Un pa¨ªs de 12.000 casanovas
En los largos pasillos de muebles de metal azul descascarillados de las dependencias policiales est¨¢n identificados dos Felipe Gonz¨¢lez M¨¢rquez; uno reside en el palacio de la Moncloa y es abogado; el segundo, en un barrio de una capital espa?ola y es pensionista. Entre varones con apellidos de animales y verduras, 12.000 espa?oles figuran en las fichas bajo el nombre Casanova.En este almac¨¦n de identidades se retir¨® la tarjeta de identificaci¨®n de Francisco Franco Bahamonde hace a?os y se traslad¨® al archivo de "muertos". Otros espa?oles fallecidos al margen de la historia contin¨²an estando en el mundo de los vivos durante a?os, porque en estas dependencias no se reciben los certificados de defunci¨®n.
El edificio d¨®nde est¨¢n las cinco salas de archivos azules donde se guardan las fichas de catedr¨¢ticos, peones, estafadores, pensionistas y arist¨®cratas hasta alcanzar 32 millones de tarjetas, est¨¢ protegido con tres sistemas de incendios y un importante dispositivo policial. All¨ª, los funcionarios, vestidos con bata y con dediles, atienden las peticiones del CESID, la polic¨ªa, las comisar¨ªas, la Seguridad Social y Hacienda, que por ley deben de ser solicitadas por escrito y con la firma del jefe de servicio. Tambi¨¦n se reciben llamadas desesperadas de personas que han perdido la pista de familiares o amantes y que pretenden recuperarlos entre estos papeles.
Estos archivadores, desiguales y destartalados, que van a ser informatizados, comenzaron a elaborarse a mano en 1944, y a¨²n ahora, a pesar de la prohibici¨®n, pueden encontrarse muchos escritos en bol¨ªgrafo o pluma.
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