Campa?a para que Mitterrand vuelva a aspirar al Eliseo

La campa?a para la elecci¨®n del presidente de la Rep¨²blica Francesa, que deber¨¢ ocupar la jefatura del Estado durante siete a?os a partir de 1988, ha arrancado ya ruidosamente con una campa?a m¨¢s particular, destinada a conseguir que el actual titular, Fran?ois Mitterrand, vuelva a presentarse como candidato del Partido Socialista.

Una asociaci¨®n llamada Para Nosotros es ?l, formada por 350 alcaldes; otra titulada Con Fran?ois Mitterrand, un grupo de 58 personalidades de la cultura, el deporte y los espect¨¢culos reunidas por Globe, una de las revistas mensuales m¨¢s marchosas, y un sinf¨ªn de clubes y asociaciones afines al socialismo han empezado ya a pedir p¨²blicamente a Mitterrand que se presente.Renaud, uno de los cantantes m¨¢s populares entre los m¨¢s j¨®venes, ha publicado una p¨¢gina entera en los peri¨®dicos titulada Tonton, laisse pas beton (Tontones el apelativo cari?oso utilizado para designar al presidente, y la frase, en jerga juvenil, significa no abandones). El dise?ador Philippe Starck ha realizado en la misma l¨ªnea un cartel para Gl¨®be con una frase de id¨¦ntico significado: Mimi, nous lache pas.

Mitterrand, convertido en Tonton o en Mimi, piensa mantener su silencio hasta marzo. Por el momento, se ha limitado a felicitar a Michel Rocard, el ex ministro socialista que se declara ya candidato a la presidencia, a pesar de las dudas sobre Mitterrand y de las dificultades con su propio partido. El motivo de la felicitaci¨®n fue un debate en el que Rocard se opuso al ministro de Econom¨ªa, Edouard Balladur. Para los admiradores de Mitterrand, una felicitaci¨®n a Rocard equivale a un elegante suspenso.

El Partido Socialista no puede todav¨ªa pronunciarse por la candidatura oficial a la presidencia, como consecuencia de los acuerdos con la corriente rocardista, pero los partidarios de Mitterrand tienen otros medios de acci¨®n, al margen del partido, destinados a crear un aut¨¦ntico clamor popular que debe llevarle a que se pronuncie sin dificultades y pueda iniciar una campa?a electoral como una marcha triunfal. Los planes de Mitterrand, ni sus propios amigos los conocen, seg¨²n gusta decir ¨¦l mismo.