Repugnante banquete
George A. Romero, aficionado a los comics fant¨¢sticos, estudioso de la pintura, con experiencia en teatro y televisi¨®n, triunf¨® en 1968 con la original y truculenta La noche de los muertos vivientes, y se especializ¨® en el g¨¦nero de terror, retornando a sus criaturas para Zombie y ahora en El d¨ªa de los muertos. En esta ocasi¨®n vuelve a sacar de paseo a sus resucitados con su habitual apariencia de pase de modelos necrof¨ªlico.
Harapientos, con semblante viol¨¢ceo y verdoso, rostro pustulento y andares ortop¨¦dicos, extienden sus brazos amenazadores en busca de la presa humana.
Conseguida ¨¦sta, la descuartizan con sus propias manos, devoran sus intestinos y chupan sus huesos. El asco vuelve a sustituir al terror en esta historia en la que los supervivientes procuran continuar si¨¦ndolo, se enfrentan entre ellos y tratan de vencer a la plaga de los zombies.
El d¨ªa de los muertos
Director y gui¨®n: George A. Romero. Fotograf¨ªa: Michael Gornick. M¨²sica: John Harrison. Producci¨®n: Zilla Clinton. EE UU, 1986. Int¨¦rpretes: Lori Cardille, Terry Alexander, Joseph Pilato. Estreno en Madrid:. Proyecciones, Carlton, La Vaguada 2, Europa y Candilejas
La intriga de la pel¨ªcula reside en esperar a presenciar si los protagonistas lograr¨¢n sus prop¨®sitos de no perecer ante los mordiscos de la plaga terror¨ªfica.
Romero, en esta carnicer¨ªa reiterativa, vuelve a ejemplificar su gusto por el realismo, obviando la sugerencia y basando el espect¨¢culo en los efectos especiales, que aumentan el sentimiento de repugnancia por la acumulaci¨®n con que es ofrecida al espectador.
Menos lograda que sus t¨ªtulos anteriormente citados, aunque evidenciando cierta soltura y funcicinalidad en la realizaci¨®n, El d¨ªa de los muertos puede servir como ejemplo del masoquismo voyeurista de quienes soporten su visi¨®n sin apartar la mirada de la pantalla.
Babelia
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