Mario Soares: la pol¨ªtica como libertad
Hoy, lunes, llega a Madrid, en visita oficial, el presidente de la Rep¨²blica Portuguesa, Mario Soares, invitado por el rey Juan Carlos. Visita de Estado que, en este caso, no es convencional ni protocolaria; por el contrario, simb¨®licamente, tiene un alcance m¨¢s extenso: expresa el reencuentro de dos pa¨ªses ib¨¦ricos, con historia y cultura fronterizas, y ya insertos en el marco coincidente de la democracia constitucional y de su integraci¨®n en el mundo comunitario europeo. Desde la diferenciaci¨®n soberana, que no excluye, sirvo que facilita proyectos supranacionales europeos, este reencuentro ayudar¨¢, una vez mis, a olvidar interesadas suspicacias, apoyadas por las dictaduras que, durante casi medio siglo fomentaron la distancia cultural y pol¨ªtica entre los dos pueblos; asentar, desde la modernidad, la identidad en la forma de convivencia democr¨¢tica y pluralista, que hoy ya define a nosotros dos pa¨ªses; podr¨¢ proyectar, en fin, una cooperaci¨®n iberica, eficaz e imaginativa, dentro de la futura unidad europea, robusteciendo nuestra especificidad iberoamericana.Mario Saores es, sin duda, el estadista portugu¨¦s m¨¢s conocido en Espa?a, con un especial carisma popular, en donde se une lucidez, sencillez e inteligencia. Una larga y agitada vida p¨²blica le ha llevado de universitario-resistente a la presidencia de la Rep¨²blica. Hijo de un ministro de Educaci¨®n republicana, de la I Rep¨²blica, de 1910, continuando la tradici¨®n liberal y progresista de Herculano, Garrett, Te¨®filo Braga, Mario Soares, desde los a?os cuarenta, joven estudiante de Derecho e Historia, en la Universidad de Lisboa, hasta los actuales ochenta (cumpli¨®, en estos d¨ªas, 63 a?os), ser¨¢ uno de los m¨¢s cualificados luchadores antisalazaristas y, m¨¢s tarde, protagonista y consolidador de la democracia constitucional y pluralista. Como l¨ªder estudiantil, participar¨¢ en los movimientos de Unidad Democr¨¢tica y de la Uni¨®n Nacional Antifascista, organismos de oposici¨®n interna a la dictadura, por los a?os finales de la guerra mundial. Formar¨¢ parte, tambi¨¦n, de los comit¨¦s de apoyo a los generales dem¨®cratas en las elecciones a la Presidencia de la Rep¨²blica (Norton de Matos y Humberto Delgado, en 1949 y 1958), que la dictadura impedir¨¢ y, m¨¢s tarde, su polic¨ªa pol¨ªtica terminar¨¢ con la vida del general Delgado, de cuyo caso, como abogado, se encargar¨¢ el propio Mario Soares. En los a?os sesenta, redactar¨¢ el programa para la democratizaci¨®n de la Rep¨²blica, base ideol¨®gica para la conjunci¨®n operativa entre liberales y socialistas. Con Ramos da Costa, Tito de Morais y otros dirigentes hist¨®ricos antisalazaristas, crear¨¢ la Acci¨®n Socialista Portuguesa, embri¨®n de lo que, m¨¢s tarde, ser¨¢ el Partido Socialista Portugu¨¦s (PSP) y, dentro del cual, ser¨¢ animador m¨¢s cualificado y su secretario general. Mario Soares conoci¨® las c¨¢rceles de la PIDE, polic¨ªa pol¨ªtica salazarista; la deportaci¨®n en islas africanas-atl¨¢nticas (St. Tom¨¦), el exilio en Francia. Durante estos ¨²ltimos a?os mantuvo contactos con dirigentes pol¨ªticos europeos, americanos y espa?oles, y fue gran. amigo del profesor Tierno Galv¨¢n. El 28 de abril de 1974, con la revoluci¨®n de los claveles, Mario Soares, desde Par¨ªs, regresa a Lisboa: el tren de la libertad que pasa, todav¨ªa, por una, Espa?a franquista, le llevar¨¢, con otros dirigentes exilados, a construir un nuevo Portugal democr¨¢tico.
En esta larga lucha, de opositor interno a opositor en el exilio, Mario Soares representar¨¢ y simbolizar¨¢ la concentraci¨®n de amplios sectores pol¨ªticos, de modo especial, republicanos (liberales y radicales) y socialistas. Conjugar libertad, orden y paz, ser¨¢ una constante y un triple objetivo como resistente dem¨®crata y como constructor de una nueva convivencia: "La libertad", dir¨¢, "no es incompatible con el orden y la paz p¨²blicas, necesarios con el progreso. Pero el orden que se apoya sobre ¨¦l desprecio de los derechos humanos y la ausencia de libertades es el orden de los cementerios".
Restaurada la democracia, con una revoluci¨®n pac¨ªfica, despu¨¦s de 50 a?os de dictadura, con Salaar primero y m¨¢s tarde con Caetano, Mario Soares ser¨¢ uno de los grandes art¨ªfices de la nueva v¨ªa modernizadora en libertad, del asentamiento de los, derechos humanos, de la incorporaci¨®n de Portugal a Europa. Es, en este ¨²ltimo aspecto, en donde la gesti¨®n de Mario Soares fue ejemplarmente eficaz: como ministro de Asuntos Exteriores, como primer ministro, consigue el reconocimiento internacional de Portugal, inicia y desarrolla el proceso de descolonizaci¨®n africana y asi¨¢tica, firma el tratado de adhesi¨®n de Portugal a la Comunidad Europea. Tres veces primer ministro, mantendr¨¢, en todo momento, una posici¨®n inflexible en defensa de la libertad y del pluralismo, restablecer¨¢ la primac¨ªa del poder civil, ahondar¨¢ en la vocaci¨®n europea e iberoamericana de Portugal. En 1986 es elegido presidente de la Rep¨²blica, primer civil que ostenta la m¨¢s alta magistratura pol¨ªtica desde hace m¨¢s de 60 a?os, sucediendo al general Eanes -hombre liberal y progresista de los militares dem¨®cratas.
La universidad de Salamanca le nombrar¨¢, en esta semana, doctor honoris causa: solemne reconocimiento acad¨¦mico a un universitario y pol¨ªtico, hombre de acci¨®n y de estudio, que ha entendido y practicado la. libertad con compromiso total: jurista, historiador de las ideas pol¨ªticas, profesor en la Sorbona (durante su exilio franc¨¦s), Mario Soares es, ante todo, un radical dem¨®crata dentro de la gran tradici¨®n ib¨¦rica y europea del humanismo ¨¦tico y secularizador. Dos de sus obras (Las ideas pol¨ªtico-sociales de Te¨®filo Braga y Justificaci¨®n jur¨ªdica de la Restauraci¨®n y la teor¨ªa del origen popular del poder pol¨ªtico) marcar¨¢n sus pasos ideol¨®gicos en su acci¨®n pol¨ªtica: enlazar la I Rep¨²blica liberal, primer intento de modernizaci¨®n portuguesa, con la nueva Rep¨²blica democr¨¢tica de nuestros d¨ªas: superar la sentencia de Montesquieu: "Los espa?oles y los portugueses; est¨¢n todav¨ªa bajo tutela en Europa". Cultural, pol¨ªtica y socialmente, ser¨¢n -y han sido- sus objetivos prioritarios: salir de la tutela para entrar en el protagonismo de la libre modernidad. Hoy, como presidente de la Rep¨²blica, por encima de partidos, la personalidad de Mario Soares expresa el consenso de un pueblo fraterno que avanza en su despegue hacia una sociedad pol¨ªtica. m¨¢s libre y justa.
Esta visita de Estado, entre un Rey que habla portugu¨¦s y fue trasterrado, y un presidente republicano que habla espa?ol y conoci¨® exilios, tiene una connotaci¨®n singular: servir de base para un nuevo iberismo democr¨¢tico, con integraci¨®n europea y proyecci¨®n ultramarina. Frente a caducos iberismos, con aspiraciones hegem¨®nicas o imperialistas, frente al iberismo y contra-iberismos que solapaban una reducci¨®n cultural y pol¨ªtica, frente a las distancias impuestas por las dictaduras, Portugal y Espa?a, pa¨ªses plenamente europeos, sin dejar de ser ib¨¦ricos e iberoamericanos, pueden y deben relanzar una cooperaci¨®n eficaz, sin ret¨®ricas, que aleje las dictaduras y aproxime las identidades.
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