Por un pu?ado de juguetes

El autor destaca que muchos colombianos y espa?oles han puesto su ilusi¨®n, su tiempo y su dedicaci¨®n en lograr que los ni?os supervivientes de la tragedia del Nevado del Ruiz recibieran una peque?a alegr¨ªa materializada en unos cuantos juguetes, y se pregunta: ?qu¨¦ razones est¨¢n impidiendo que los juguetes lleguen a sus destinatarios?, ?qui¨¦n va a explicar a los ni?os donde est¨¢n sus juguetes?

En Bogot¨¢ est¨¢n bloqueados, desde el 1 de julio de ¨ª987, 74 kilos de juguetes para los ni?os hu¨¦rfanos supervivientes de la desaparecida ciudad blanca de Colombia, Armero, sepultada por la erupci¨®n del volc¨¢n Nevado del Ruiz del 13 de noviembre de 1985. No es una excepci¨®n. Ha sucedido y sucede con frecuencia en ayudas recabadas con fines humanitarios.?De d¨®nde han salido los juguetes? Son juguetes no b¨¦licos y regalos diversos, nuevos, donados por un gran n¨²mero de: espa?oles y trasladados gratuitamente a Colombia. La carga, al! parecer, est¨¢ depositada en la aduana, tan s¨®lo pendiente de arreglarse el ya largo proceso de la exoneraci¨®n de impuestos a los juguetes.

El objetivo de los juguetes era m¨¢s simb¨®lico que econ¨®mico. La idea surgi¨® en la presentaci¨®n social de la Fundaci¨®n Omayra S¨¢nchez en Madrid, el 14 de julio de 1986. Sab¨ªamos que su efectividad era escasa, m¨¢xime para remediar las consecuencias de una tragedia de tal magnitud, con sus 23.000 muertos, de ellos 8.000 ni?os, y el resto de supervivientes sin hogar. Pero era algo posible, cre¨ªmos. Algo que nos atrevemos a afirmar que Omayra, si viviera, le hubiera gustado que se realizase.

De ni?os a ni?os

Los donantes y la fundaci¨®n quer¨ªamos, era nuestra ¨²nica condici¨®n, que estos juguetes fueran entregados en mano, de ni?os a ni?os, sin mediaci¨®n de ninguna instituci¨®n pol¨ªtica, religiosa o ben¨¦fica. Con una breve carta de 126 palabras y un apartado de correos di comienzo al proyecto, el 26 de enero pasado. Su contenido eran puros sentimientos humanos, pensando en los ni?os que no ver¨ªan nunca jam¨¢s la luz de Navidad.

La fundaci¨®n tiene el objetivo de promover voluntades, y no donaciones monetarias, para prevenir y actuar a nivel internacional en el marco espec¨ªfico de las cat¨¢strofes naturales.

Vivimos en un mundo con un desarrollo tecnol¨®gico capaz de transmitir im¨¢genes en directo de la lenta muerte de la encantadora ni?a con inmensas ganas de vivir que confiaba en que la salvar¨ªamos. En la fundaci¨®n querr¨ªamos que esa tecnolog¨ªa sirviera. no s¨®lo para informar, sino sobre todo para intervenir con rapidez y eficacia, para rescatar la vida de todas las Omayras.

Los juguetes, evidentemente, no iban a conseguir esto, pero s¨ª pensamos que pod¨ªan ser un comienzo, un primer intento de aglutinar solidaridades humanas. De hacer part¨ªcipe al pueblo colombiano, a trav¨¦s de sus hijos, de que no estaban solos, que la imagen y la voz de Omayra no se hab¨ªan perdido en el olvido y con el viento...

?C¨®mo se ha llegado a esta situaci¨®n de bloqueo?

Veamos. Cuando se inici¨® el proyecto, el entonces gobernador del departamento de Tolima, Guillermo Jaramillo, y su esposa Vilma, se ilusionaron con la idea y asumieron las sencillas condiciones de la fundaci¨®n para la entrega de los juguetes: control notarial de los env¨ªos, solicitud de exoneraci¨®n de impuestos para los juguetes donados siguiendo las leyes colombianas y entrega de los juguetes a los ni?os de ese departamento por seis ni?os espa?oles, con la presencia, como ¨²nica persona adulta, de la madre de Omayra S¨¢nchez.

Se estableci¨® por parte del gobernador que los juguetes se enviasen y depositasen en Colombia a nombre del Comit¨¦ de Acci¨®n Social Departamental (CASD). Por ser ¨¦sta una entidad sin ¨¢nimo de lucro, cuya presidencia recae siempre en la esposa del gobernador, se pens¨® que era la v¨ªa id¨®nea para lograr a la mayor brevedad la citada exenci¨®n fiscal aduanera. Fue un pacto por un objetivo com¨²n: los ni?os que hab¨ªan sobrevivido a la triste noche de la inundaci¨®n.

Tras el cese a finales de junio de Jaramillo, el nuevo gobernador, Juan Tole Lis, me confirma telef¨®nicamente el 12 de julio su inter¨¦s por realizar con rapidez el proyecto en los t¨¦rminos ya pactados con su predecesor y por promover la fundaci¨®n en la propia Colombia a partir de las personas de all¨ª que ya estaban colaborando, sugiri¨¦ndome el env¨ªo inmediato de los juguetes, "ya que los ni?os de la, zona del desastre los est¨¢n esperando desde hace meses" e invit¨¢ndome a acompa?ar la carga.

El d¨ªa 15 llego a Colombia, y en los d¨ªas siguientes supuestamente los juguetes. Pero, desgraciadamente, un accidente de helic¨®ptero que presenci¨¦ en Ibagu¨¦ a la puerta de su casa, junto a su hijo menor, el 18 de julio, siega la vida de este entusiasta gobernador. En su escaso mandato de 13 d¨ªas mand¨® iniciar un proceso judicial para esclarecer la desaparici¨®n de bienes nuevos y dinero que el mundo entero y los colombianos hab¨ªan entregado para los supervivientes de Armero. La acc¨ª¨®n se retorna de la mano del gobernador en funciones, Edgar Osorio, que accede gustoso a colaborar con los datos y documentos anexados. El 28 de julio se interesa por t¨¦lex ante los m¨¢ximos representantes de la l¨ªnea a¨¦rea transportadora por la carga, que no aparec¨ªa.

Otro Gobierno

A primeros de agosto tomo contacto con la nueva presidenta del CASD, esposa del reci¨¦n nombrado gobernador de Tolima, Huertas, perteneciente al mismo partido pol¨ªtico que los gobernadores anteriores, quien expresa que no acepta los acuerdos anteriores. Alega, sorprendentemente, que son "acuerdos de otro Gobierno".

No obstante, me consta que las 89 cajas con los 740 kilos de juguetes han sido trasladados a finales de agosto desde el almac¨¦n de Avianca a la aduana interior de Bogot¨¢. La ¨²nica persona legalmente autorizada para tal gesti¨®n era la presidenta del CASD, puesto que como se hab¨ªa pactado fueron enviados a la Fundaci¨®n Omayra S¨¢nchez, CASD, gobernaci¨®n del Tol¨ªma.

En contra de lo que niega a la corresponsal de EL PA?S en Colombia (v¨¦ase la edici¨®n del 14 de noviembre de 1987) el responsable de la aduana de Bogot¨¢, 'que nadie los ha reclamado", el 2 de septiembre, estuvimos la madre de Omayra y yo en su despacho a solicitar los juguetes o, cuanto menos, verlos. El responsable nos mand¨® a la calle con cajas destempladas. Al d¨ªa siguiente sal¨ª de Colombia. Desde aquella triste y ¨²ltima jornada han pasado cuatro meses y 11 d¨ªas. Los ni?os siguen sin poder jugar y se acerca la Navidad.

?Se est¨¢ esperando para su aparici¨®n la v¨ªspera de las elecciones de marzo de 1988? ?Por qu¨¦ no se entregan ya en un acto sencillo y privado, sin protagonismos de nadie que no sean ellos mismos? ?Qui¨¦n se va a responsabilizar de su posible deterioro o merma?

La fundaci¨®n, siguiendo sus propios postulados, no va a cejar en su empe?o de hacer llegar a los ni?os colombianos, a trav¨¦s de un pu?ado de sencillos juguetes, todo el afecto que otros hombres y ni?os concretos sienten hacia ellos desde Espa?a.