Emiratos ?rabes Unidos, un pa¨ªs moderno en la antigua 'costa de los piratas'
El jeque Mohamed bin Rachid al Maktum, ministro de Defensa de los Emiratos ?rabes Unidos, es un hombre popular al que no resulta dif¨ªcil ver en las carreras de camellos o en alguno de los restaurantes de moda de Dubai, principal centro de diversi¨®n de la federaci¨®n. Hasta ah¨ª tan s¨®lo un rasgo de sencillez com¨²n a j¨®venes pol¨ªticos de otras latitudes. Pero ¨²nicamente en un pa¨ªs como los EAU se puede encontrar en la gu¨ªa el n¨²mero de tel¨¦fono de su palacio. Y no s¨®lo el suyo, sino el de todos los jeques de los siete emiratos que componen la federaci¨®n, incluido el de la piscina del presidente, jeque Sayed bin Sultan al Nahayan.Este detalle, que sorprende al visitante occidental y llena de: vanas esperanzas al periodista, queda lejos, sin embargo, de: ser una muestra de ingenuidad. Todas las dificultades que pueda encontrar el reportero para conseguir que sea efectivamente un jeque quien atienda al otro lado del hilo telef¨®nico se tornan facilidades cuando el que llama es un nacional. Nada nuevo en una sociedad cuyos miembros han tenido tradicionalmente acceso directo al anciano jefe de la tribu (el jeque o se?or) para tratar sus asuntos, y cuya irrupci¨®n en el siglo XXI de la mano de los beneficios del petr¨®leo no ha supuesto una ruptura con un reciente pasado n¨®mada.
'Mailis' y ordenadores
El sistema de gobierno de los EAU combina elementos de la tradici¨®n, como las majlis (tradicionales reuniones de consejeros), con los m¨¢s modernos medios inform¨¢ticos y de gesti¨®n. No se puede decir que los EAU sean una democracia en el sentido occidental del t¨¦rmino: no hay partidos pol¨ªticos, no se celebran elecciones, los poderes ejecutivo y legislativo no est¨¢n completamente separados y la sharia (ley isl¨¢mica) es el fundamento del sistema judicial (aunque tambi¨¦n existen leyes mercantiles y federales). De esto no puede inferirse, sin embargo, que el r¨¦gimen tenga un car¨¢cter dictatorial. Se trata m¨¢s bien de una f¨®rmula diferente, de acuerdo con las peculiares caracter¨ªsticas socio-econ¨®micas y culturales del pa¨ªs. La escasa poblaci¨®n aut¨®ctona apenas representa el 20% del total, hasta tal punto que ni en ¨¢rabe ni en ingl¨¦s (lengua ampliamente utilizada en el mundo de los negocios) existe un t¨¦rmino espec¨ªfico para referirse a los naturales del pa¨ªs, a los que oficialmente se denomina nacionales y en el lenguaje coloquial locales. El nivel de vida de esta minor¨ªa dominante es el m¨¢s alto.
La federaci¨®n de Emiratos ?rabes Unidos constituye el ¨²nico proyecto de uni¨®n pol¨ªtica que ha funcionado en el mundo ¨¢rabe. Tras un intento fallido al que tambi¨¦n se adhirieron Bahrain. y Qatar, seis de los llamados Estados de la Tregua (Abu Dabi, Dubai, Sharja, Um al Qaiwain, Ajman y Fujaira) se dotaron de una Constituci¨®n y obtuvieron la independencia el 2 ole diciembre de 1971. Unos meses m¨¢s tarde se un¨ªa el emirato restante, Ras al Jaima. El nombre: de Estados de la Tregua proced¨ªa de un acuerdo firmado en 1853 con el Reino Unido para acabar con la pirater¨ªa que hab¨ªa llevado a bautizar el ¨¢rea como la costa de los piratas.
El descubrimiento del petr¨®leo a partir de 1958 permiti¨® iniciar un despegue econ¨®mico que en pocos a?os alej¨® la sombra de la pirater¨ªa. Pero no todos los emiratos resultaron igual de agraciados por el subsuelo. Los desequilibrios econ¨®micos y territoriales se plasman tambi¨¦n a la hora de repartir las cotas de poder. Abu Dabi el m¨¢s extenso y rico de los siete emiratos, se ve marcado muy de cerca por Dubai, cuyos ingresos procedentes de la exportaci¨®n de crudo son mucho menos relevantes. Dubai concentra en la actualidad sus esfuerzos en convertirse en el primer puerto del ¨¢rea y ya es un importante centro comercial especializado en reexportaci¨®n.
En pol¨ªtica exterior, la actitud de los EAU se mueve en sinton¨ªa con la del resto de los pa¨ªses del ¨¢rea, integrados todos ellos en una organizaci¨®n regional, el Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG), de car¨¢cter econ¨®mico, pero que poco a poco va extendiendo su ¨¢mbito de actuaci¨®n a otros terrenos. El presidente Sayed se ha mostrado, sin r embargo, especialmente activo e en los ¨²ltimos tiempos en relaci¨®n a la guerra irano-iraqu¨ª. El ruler de Abu Dabi propuso en
v¨ªsperas de la celebraci¨®n de la 1 cumbre ¨¢rabe extraordinaria de e Animan, el pasado noviembre, la g creaci¨®n de un comit¨¦ ¨¢rabe dotado de amplios poderes para que mediara entre ambos beligerantes. Los EAU fueron tambi¨¦n el primer pa¨ªs ¨¢rabe que restableci¨® relaciones diplom¨¢ticas con Egipto tras la cumbre.
La formaci¨®n del CCG en 1980 fue un paso importante hacia la unidad econ¨®mica de la regi¨®n. Juntos, Arabia Saud¨ª, los EAU, Kuwait, Om¨¢n, Bahrain y Qatar, tienen unos 14 millones de habitantes y un producto interior bruto (PIB) de 200.000 millones de d¨®lares, lo que les convierte en un importante mercado para exportadores del resto del mundo. Los Emiratos, aisladamente, cuentan con 1.200.000 habitantes y una renta per c¨¢pita de 25.888 d¨®lares (en 1985), la m¨¢s alta del mundo.
Regreso a Fajaira
En la playa privada del hotel Oceanic de Jor Fakan, un pu?ado de ejecutivos brit¨¢nicos se dora al sol del primaveral invierno emirat¨ª sin reparar en el peculiar tel¨®n de fondo que les enmarca: las siluetas de una decena de buques atracados frente al puerto. Los petroleros han empezado a regresar a las costas de Fujaira y de Jor Fakan desde que a primeros de noviembre las autoridades militares francesas y brit¨¢nicas declararan que la zona hab¨ªa quedado limpia de minas.Fujaira es el ¨²nico de los siete Emiratos ?rabes Unidos (EAU) que no se ba?a en el golfo P¨¦rsico. Apenas a 20 kil¨®metros hacia el Norte se encuentra Jor Fakan, que, pese a su situaci¨®n geogr¨¢fica, pertenece administrativamente al emirato de Sharja.
.?Minas aqu¨ª? No, qu¨¦ va", asegura persuasivo el camarero, un oriundo de Sri Lanka (antiguo Ceil¨¢n) espigado y atractivo. ?l se ba?a en esas playas todos los d¨ªas despu¨¦s del trabajo e invita a la periodista a comprobarlo.
El temor estall¨® el pasado agosto, cuando se encontraron varias minas en el golfo de Om¨¢n -una de ellas en la playa de Fujaira-, una zona considera hasta entonces a salvo de la conflagraci¨®n que millas m¨¢s all¨¢, al otro lado del estrecho de Ormuz, libran Ir¨¢n e Irak. Las aseguradoras incrementaron un 0,125% sus primas -en concepto de riesgo de guerra- para los barcos que visitaran esas aguas. Hasta entonces el n¨²mero de buques anclados a diario frente a la costa ¨ªndica de los EAU rondaba la centena como t¨¦rmino medio. La mayor¨ªa de los nav¨ªos sol¨ªan recalar en Fujaira o Jor Fakan para efectuar transferencias de crudo de un barco a otro, cambiar de tripulaci¨®n o abastecerse de provisiones, y de esa forma reducir al m¨ªnimo sus estancias en la zona de guerra declarada del Golfo. Ahora, una vez asegurada la limpieza de sus aguas, se espera que el tr¨¢nsito mar¨ªtimo vuelva a sus niveles habituales.
Las tareas de desminado se iniciaron despu¨¦s de que dos barcos resultaran alcanzados por minas sumergidas. El primer accidente se produjo el pasado 10 de agosto, cuando el petrolero Texaco Caribbean result¨® da?ado al chocar contra uno de esos artefactos explosivos. Cinco d¨ªas m¨¢s tarde, el barco de abastecimiento Anita se hundi¨® a resultas del estallido de otra mina. Seis miembros de su tripulaci¨®n perecieron. Los dragaminas brit¨¢nicos informaron al concluir su tarea que hab¨ªan encontrado y destruido tres minas en su ¨¢rea de operaciones. La flotilla francesa, por su parte, dio cuenta de la desactivaci¨®n de otras nueve.
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