Primer triunfo del Madrid de Beenhakker ante el Bar?a
El Real Madrid derrot¨® al Barcelona en la que supuso la primera victoria de Leo Beenhakker como t¨¦cnico blanco ante el equipo azulgrana. En realidad, el Bar?a comenz¨® el nuevo a?o exactamente igual que acab¨® el anterior, entre la confusi¨®n y el despiste. Beenhakker coloc¨® finalmente a Michel de libre e hizo debutar a los castillistas Maqueda y Aldana, que cumplieron con decoro ante el peor equipo azulgrana de los ¨²ltimos a?os.
Salvo lo que suele hacer Javier Clemente en el Espa?ol -equivocarse y entregar generosamente un tiempo con una alineaci¨®n que no entiende nadie y que luego corrige, ya con uno o dos goles en contra-, hay dos sistemas t¨¢cticos utilizables contra el Madrid. El m¨¢s com¨²n consiste en colocar a dos centrales sobre Butrague?o y Hugo, un libre y dos laterales para cortar a Michel y Gordillo. Es la t¨¢ctica empleada, por lo general, por los equipos conscientes de su inferioridad.
El segundo m¨¦todo trata de mantener la propia identidad, preocup¨¢ndose s¨®lo del marcaje por zonas. Es el usado por los conjuntos de alto nivel, pocos, de la Liga espa?ola. Es el caso del Atl¨¦tico y del Bar?a. En Europa lo suele practicar, por cierto, el Bayern M¨²nich.
El Madrid suele encontrar problemas cuando se enfrenta con esta ¨²ltima f¨®rmula; mucho m¨¢s que cuando sus jugadores, de espl¨¦ndida t¨¦cnica individual, se ven obligados al uno contra uno. Y anoche el flojo Barcelona actual salt¨® al estadio Bernab¨¦ii con una ventaja a?adida que no contempla como infracci¨®n el reglamento: con Beenhakker en el banquillo, el Madrid hab¨ªa sido incapaz de derrotarle. Bien es cierto que el t¨¦cnico holand¨¦s tiene raz¨®n en que estos choques no deciden el t¨ªtulo. Y lo dice con pruebas en la mano.
As¨ª que el Barcelona se plant¨® con su defensa de cuatro en l¨ªnea, un centro del campo bien delineado con Schuster -aunque ayer dibuj¨® mal la mayor¨ªa de sus pases-, con Roberto en la media punta, Urbano y V¨ªctor en las bandas, y Carrasco y Lineker arriba. Enfrente, Beenhakker trat¨® de no descompensar su bloque, ciertamente roto por las bajas de Sanchis y Tendillo, y dispuso a su equipo con un criterio valiente, con Chendo y Camacho de marcadores, la sorpresa de Michel -algo m¨¢s que el cuarto jugador de Europa- como libre y el juvenil Maqueda tapando a Roberto. Y, adem¨¢s, Beenhakker envid¨® y apost¨® por la velocidad de Llorente, apoyado por Mart¨ªn V¨¢zquez, para compensar la falta obligada de las penetraciones de Michel por la derecha.
Sin embargo, muy pronto comenz¨® a intuirse que quedaban algunos detalles por resolver. Al Madrid le costaba, como siempre, bastante trabajo entrar en la zona azulgrana. Y al Bar?a se le echaba en falta algo m¨¢s de am'bici¨®n porque Luis no se atrevi¨® a echar el resto sacando a Clos como doble ariete junto a Lineker -algo menos que el quinto mejor jugador europeo- para explotar la improvisaci¨®n del sistema defensivo madridista. En medio de todo ello hab¨ªa algo peor: un mal ¨¢rbitro.
Ur¨ªo, el mismo que hace dos temporadas anul¨® un gol legal a Archibald en el Camp Nou, en una espectacular demostraci¨®n de desconocimiento del fuera de juego, se empe?¨® en compensar el primer penalti a favor del Madrid con otro para el Barcelona, que desat¨® una fuerte pol¨¦mica en la m¨¢s pura tradici¨®n de la rivalidad Madrid-Bar?a.
Pero el Madrid, a falta de buen f¨²tbol, reaccion¨® con genio y aprovech¨® la alarmante falta de reflejos de los veteranos Gerardo y Migueli. El segundo anda mal, en la m¨¢s pura realidad del t¨¦rmino andar, y el primero no est¨¢ ya para controlar la cintura de Butrague?o.
El segundo tiempo sobr¨®, salvo para confirmar que la plantilla del Barcelona no necesita 14 cambios como alguien le ha apuntado esta semana a N¨²?ez. Quiz¨¢ baste con una decena. Result¨® especialmente significativa la falta de reacci¨®n de Luis: dej¨® acabar el partido a los 11 hombres que lo hab¨ªan comenzado. Todo un castigo.
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