La reconciliacion libio-tunecina
LA DECISI?N de los Gobiernos de T¨²nez y de Libia de restablecer sus relaciones diplom¨¢ticas pone fin a una ruptura que, en el momento en que se produjo, en 1985, tuvo rasgos casi explosivos. No s¨®lo el coronel Gaddafi expuls¨® a miles de trabajadores tunecinos sino que era manifiesta la voluntad libia de injerencia y de desestabilizaci¨®n, en unos momentos en que la sucesi¨®n del anciano presidente Burguiba pod¨ªa dar lugar a situaciones peligrosas. Sin embargo, la tensi¨®n de 1985 fue perdiendo progresivamente grados de intensidad. El contencioso financiero ha sido resuelto de modo favorable para T¨²nez y desde hace alg¨²n tiempo exist¨ªan ya relaciones consulares entre los dos pa¨ªses. Ahora se restablecen relaciones plenamente normales, incluso amistosas, con la visita a Tr¨ªpoli, el mes pasado, del nuevo ministro de Asuntos Exteriores tunecino, Maliniud Mesteri.Pero esta normalizaci¨®n de las relaciones entre T¨²nez y Tr¨ªpoli no es simplemente la soluci¨®n de un conflicto pasajero limitado a esas naciones ¨¢rabes. Se enmarca en un proceso m¨¢s general, que abarca al conjunto de los pa¨ªses del Magreb. Desde 1983, un tratado de fraternidad y concordia agrupa a tres Estados de esta parte del mundo: Argelia -iniciador y factor m¨¢s activo de este proceso-, Mauritania y T¨²nez. Este tratado, con -objetivos limitados, tiende a fomentar una concordancia en las cuestiones intemacionales y una creciente cooperaci¨®n econ¨®mica. Desde el principio estaba abierto a los otros paises de la zona, en concreto Marruecos y Libia, aunque estos dos pa¨ªses, por causas diferentes, han visto siempre con malos ojos un tratado que Argelia hab¨ªa propiciado.
En dos ocasiones recientes, la megaloman¨ªa del coronel Gaddafi ha puesto en marcha planes de "unificaci¨®n" de Libia con otros Estados encaminados a convertir a Tr¨ªpoli en el centro de la unidad del Magreb e incluso de una nueva "unidad ¨¢rabe" como la so?ada en otra ¨¦poca por el coronel Nasser. En 1984, en Uxda, se firm¨® el tratado de unidad de Libia y Marruecos, con objetivos tan ambiciosos como un Parlamento ¨²nico y pol¨ªticas conjuntas en lo internacional y lo estrat¨¦gico. El rey Hassan tuvo un inter¨¦s, no muy duradero, en esa "unidad", en la medida en que le permit¨ªa restar apoyos al Frente Polisario.
Las profundas diferencias entre Libia y Marruecos ten¨ªan, sin embargo, que provocar la ruptura, lo que ocurri¨® en 1986. En el curso de 1987, Gaddafi ha reanudado sus intentos unificadores, esta vez con Argelia; en diversos mom¨¦ntos declar¨® que estaba a punto de firmar un tratado de unidad pol¨ªtica y econ¨®mica con Argel, proyecto que nunca lleg¨® a plasmarse a causa de las reservas del presidente Chadli Benyedid.
Mientras fracasaban uno tras otro los planes aparatosos del coronel Gaddafi, Argelia ha lo-, grado consolidar de modo poco espectacular, con peque?os pasos, su tratado con Mauritania y T¨²nez. En el momento de producirse, en noviembre de 1987, la. sustituci¨®n de Burguiba por el nuevo presidente, Ben Al¨ª, surgieron muchas dudas sobre la orientaci¨®n que ¨¦ste adoptar¨ªa en pol¨ªtica exterior.
Los hechos de las ¨²ltimas semanas indican una inclinaci¨®n nacionalista, un deseo de marcar distancias con Francia, y una cordialidad net¨¢ en las relaciones con Argel. Ello ha facilitado la reuni¨®n, el pasado 20 de diciembre, de los ministros de Exteriores de Argelia, T¨²nez y Mauritania, para dar nuevo vigor al tratado que los asocia. El tema de su ampliaci¨®n fue abordado y qued¨® claro que la condici¨®n previa para una posible adhesi¨®n por parte de Libia ser¨ªa la normalizaci¨®n de las relaciones entre dicho pa¨ªs y T¨²nez. Este paso ya ha sido dado. Los planes expansionistas y fantasiosos de Gaddafi y los reiterados fracasos que ha suffido han llevado a Libia a una situaci¨®n de aislamiento, no s¨®lo frente a otros pa¨ªses mediterr¨¢neos sino incluso dentro del mundo ¨¢rabe. Todo esto ha propiciado actitudes m¨¢s sensatas, como la que ha permitido la normalizaci¨®n de las relaciones con T¨²nez. En todo caso, el afianzamiento en el plano de la pol¨ªtica interior de Ben Al¨ª como presidente de T¨²nez y la consolidaci¨®n de su posici¨®n internacional son factores positivos para la ansiada estabilidad en el Magreb.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.