A la segunda va la vencida

Eduardo Gonz¨¢lez Arenas, Eddie, de 41 a?os, jefe del grupo paramilitar Edelweis, se enfrentaba a una petici¨®n fiscal de 450 a?os de prisi¨®n por su intervenci¨®n en 75 delitos de corrupci¨®n de menores con agravante de reincidencia, ya que Gonz¨¢lez Arenas ya fue condenado en 1982 por ese mismo delito. A pesar de lo elevado de la petici¨®n, si el tribunal hubiera estimado la solicitud del fiscal, Gonz¨¢lez Arenas s¨®lo hubiera cumplido 18 a?os de c¨¢rcel, es decir el triple de la pena m¨¢s alta, que eran seis a?os.

El jefe de Edelweis huy¨® a Portugal en diciembre de 1984 cuando estall¨® el esc¨¢ndalo del grupo y a los pocos d¨ªas fue detenido en Lisboa. Las autoridades portuguesas concedieron su extradici¨®n a los seis meses de su detenci¨®n para que fuera juzgado en Espa?a. A continuaci¨®n ingres¨® en la c¨¢rcel de Carabanchel donde pas¨® 24 meses. La permanencia en prisi¨®n de Gonz¨¢lez Arenas no pod¨ªa prolongarse por imperativo legal, a pesar de que las autoridades sospechaban que podr¨ªa intentar fugarse como ya hizo en 1984.

El 4 de julio de 1987 sali¨® en libertad provisional y en la puerta de Carabanchel manifest¨® que pensaba volver a levantar Edelweis y que no iba a escaparse de Espa?a, porque abrigaba plena confianza en salir absuelto del juicio que ten¨ªa pendiente.

Sin embargo, esa confianza debi¨® debilitarse habida cuenta que Gonz¨¢lez Arenas ya hab¨ªa sido condenado en 1971 y 1976 por delitos de estafa; en 1979, por esc¨¢ndalo p¨²blico, y en 1982, por corrupci¨®n de menores.

El juicio se retras¨® m¨¢s de dos a?os debido a los numerosos menores perjudicados a los que se ofreci¨® el ejercicio de acciones, y porque el Tribunal Supremo tuvo que pronunciarse si el caso era competencia de la Audiencia Nacional o de la Audiencia Provincial.