Triunfo de Barenboim
ENVIADO ESPECIAL, El segundo concierto del Festival de Canarias estuvo a cargo de Daniel Barenboim, una de las naturalezas musicales de mayor potencia que han existido en mucho tiempo. Con un programa todo Mozart, multiplic¨® el ¨¦xito del d¨ªa anterior, apoyado en Schumann, Chopin y Ashkenazy.
Mozart es, en contra de lo que creyeron nuestros padres y abuelos, un m¨²sico hondamente problem¨¢tico. A lo largo de su condensada existencia, inund¨® la m¨²sica europea de bellezas, transformaciones del pasado y preavisos del futuro. M¨¢s a¨²n: ante el teclado, ante la orquesta, aparece siempre en Mozart el autor oper¨ªstico. No es cuesti¨®n de "atormentamientos", como todav¨ªa se escribe, sino de conceptos est¨¦ticos y sentimientos art¨ªsticos. La naturaleza musical de Barenboim se parece a la de Mozart si trasladamos el mundo de la creaci¨®n al de la interpretaci¨®n.
IV Festival de M¨²sica de Canarias
Recital de Daniel Bareriboim, pianista. Obras de Mozart. Teatro P¨¦rez Gald¨®s. Las Palmas, 8 de enero.
Secreto mozartiano
Si el salzburgu¨¦s realiz¨® su ideal art¨ªstico a trav¨¦s de una clara y vertiginosa evoluci¨®n y atacando en todos los frentes, Bareriboim interpreta fiel y creadoramente desde el piano, al frente de las orquestas sinf¨®nicas, y en las ¨®peras de Par¨ªs, de Berl¨ªn o de Bayreuth. Ese es el verdadero secreto mozartiano del excepcional pianista que, para empezar, mantiene y perfecciona un sonido propio. Sin esto, no hay aut¨¦ntico int¨¦rprete, como supo bien Rubinstein y ha sabido siempre Barenboim.Otros pianistas poseen la perspectiva del teclado; en ¨¦l est¨¢ su mundo y desde ¨¦l intuyen los m¨¢s trascendentes todo lo dem¨¢s. El caso Barenboim es distinto: cerca al piano desde los otros horizontes musicales y establece dentro de cada obra un proceso de acci¨®n en modo dram¨¢tico cargado de tensiones, expansiones l¨ªricas, retenciones, declamaciones, silencios y hasta comentarios aparte.
Con ello no hace Barenboim sino desentra?ar a Mozart tal cual es, en su compleja integridad, hasta evidenciarlo cuando aparece anunciando la Pat¨¦tica de Beethoven o cierra el c¨ªrculo dram¨¢tico musical propio y casi sin verdadera continuaci¨®n en la historia de la Fantas¨ªa y sonata en do menor. Y consigue Barenboim los m¨¢s bellos resultados quiz¨¢ porque aborda sus versiones desde la m¨¢s hermosa serenidad, incluso cuando est¨¢n previstos resultados convulsivos.
As¨ª es el arte supremo de este fuera de serie: sereno, vital y conmovedor; as¨ª fue tambi¨¦n la creaci¨®n de Mozart, capaz de conmoci¨®n si se vive y explica con la perfecta veracidad con que lo hizo Barenboim a un auditorio que llenaba el teatro y que cuando termin¨® el ensimismamiento se volc¨® en ovaciones aclamatorias, tan calurosas como las que hace medio siglo parec¨ªan reservadas al Liszt m¨¢s espectacular.
Babelia
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