La Orquesta de Gran Canaria, entre su p¨²blico

ENVIADO ESPECIAL, La Orquesta Filarm¨®nica de gran Canaria ocup¨® el teatro P¨¦rez Gald¨®s para la tercera jornada del festival y estuvo dirigida por un maestro de prestigio: el polaco Anton Witt (Cracovia, 1944), destacado disc¨ªpulo de Penderecki y Henryk Czyz. Su programa, en el que desempe?¨® un papel protagonista el pianista alem¨¢n Justus Frantz, un viejo y querido amigo de las Canarias y de su festival, inclu¨ªa m¨²sica polaca de ayer y de hoy mismo junto al l¨ªrico concierto pian¨ªstico del noruego Grieg y las felices Variaciones sobre un tema de Purcell, de Benjamin Britten. Frantz se hizo aplaudir tras su exuberante traducci¨®n de Grieg.

La Orquesta de Gran Canaria, de tan prolongada historia, adquiere gran estabilidad a partir de 1980 y en estos momentos espera la soluci¨®n total de sus problemas pendientes, econ¨®micos en su mayor parte, para dar un avance musical definitivo y conquistar una situaci¨®n laboral s¨®lida y con perspectivas ciertas de continuidad. Hoy por hoy, el conjunto es muy estimable en general, y verdaderamente admirable y digno de los aplausos recibidos, al enfrentarse con las dificultades instrumentales de las Variaciones de Britten o el lenguaje posmodernista de Woicieck Kilar (1932) en su Krzesany, una pieza potente y atractiva que acoge en su lenguaje actual -conectado con el de Ligeti, Penderecki y Ludoslawskynumerosos elementos de origen popular.

El amontonamiento de disonancias directas en una sucesi¨®n de fort¨ªsimos clusters, m¨¢s agresivos por las combinaciones t¨ªmbricas, no complaci¨® a una parte de la audiencia, que manifest¨® su protesta; pero la mayor¨ªa ovacion¨® reiteradamente y con entusiasmo la nueva p¨¢gina, incluso con mayor vehemencia que la dispensada a Moniuszko (1819-1872), tras escuchar su amable poema Bajka.

El trabajo del director Anton Witt result¨® excelente por cuanto revelaba de preparaci¨®n en los ensayos y de realizaci¨®n segura, c¨¢lida y vigilante a lo largo de todo el concierto. Es un maestro que a sus dotes profesionales une el valor de su naturaleza art¨ªstica. Dato a comentar es el hecho de que los mel¨®manos de Las Palmas llenasen el P¨¦rez Gald¨®s para escuchar a su orquesta, pues importa mucho a quien hace una labor sentirse asistido por el entorno social al que se dirige y que en este caso puede calificarse de popular.