La Administraci¨®n inicia el pago de los 4.000 millones de indemnizaci¨®n por la marea negra del 'Urquiola'

La culminaci¨®n del proceso judicial por el naufragio en la Breta?a francesa del petrolero liberiano Amoco-C¨¢diz, cuya sentencia se hizo p¨²blica el pasado lunes en Chicago (EE UU), ha coincidido con el pago por parte de la Administraci¨®n espa?ola de las primeras indemnizaciones -por un total de 3.934 millones de pesetas- a los afectados por el naufragio del petrolero Urquiola, ocurrido en mayo de 1976 a la entrada del puerto de La Coru?a. Los da?os causados a la naturaleza por estos dos accidentes amenazan con reproducirse ahora en las costas gallegas, donde se encuentra embarrancado el carguero Cason. El tiempo "no ha curado", en opini¨®n de varios navegantes, los males de la marina mercante espa?ola, que registr¨® en 1986 -¨²ltimas cifras conocidas- un ¨ªndice de siniestralidad superior al del resto de los pa¨ªses europeos.

Casi doce a?os han tardado los tribunales y la Administraci¨®n espa?ola en curar las catastr¨®ficas secuelas de la herida mortal causada por una aguja submarina, no se?alizada en los mapas, al casco del Urquiola. El 12 de mayo de 1976, el Urquiola, un petrolero botado tres a?os antes en Sestao, entraba pefectamente enfilado al puerto de la Coru?a. Procedente del Golfo P¨¦rsico, el buque transportaba 110.000 toneladas de petroleo crudo.El Urquiola, que no era un novato en el puerto coru?¨¦s, donde. hab¨ªa entrado en otras 16 ocasiones, navegaba siguiendo las orientaciones de la carta de navegaci¨®n, de uso obligatorio, elaborada por el Instituto Hidrogr¨¢fico de la Marina. Pese a ello, a las 08.20, el buque toc¨® fondo. Fue un contacto suave: "Me pareci¨® que el buque se arrastraba", declar¨® posteriormente el tercer oficial . Este contacto provoc¨® "graves aver¨ªas", pero la situaci¨®n del Urquiola "no era peligrosa y la posibilidad de hundirse o embarrancar era nula", se?alaba un estudio del accidente realizado por el Sindicato Libre de la Marina Mercante (SLMM).

No obstante, la autoridad de Marina orden¨® al buque que saliera de nuevo al mar hasta una distancia de 200 millas. Dos remolcadores asistieron al Urquiola en la maniobra de ciabogar (dar la vuelta), tras la cual el capit¨¢n orden¨® a las m¨¢quinas avante toda. Dos minutos despu¨¦s, cuando el barco se encontraba en el mismo lugar de la primera tocada, se oy¨® un fuerte impacto seguido de una violent¨ªsima vibraci¨®n. Inmediatamente, el crudo almacenado en los tanques inund¨® la cubierta y escap¨® al mar.

Nueve a?os despu¨¦s, el 8 de mayo de 1985, el Tribunal Supremo estableci¨® que el accidente "tuvo causa directa, inmediata y exclusiva en el anormal funcionamiento del servicio p¨²blico de Cartograf¨ªa Marina y de Informaci¨®n sobre el Mar y el Litoral" y conden¨® al Estado a indemnizar a los afectados. Los tribunales reconocieron lo que la Administraci¨®n hab¨ªa negado reiteradamente: el Urquiola embarranc¨® a causa de un error en las cartas de navegaci¨®n.

Sin embargo, este pronunciamiento judicial no restituy¨® los da?os provocados por la cat¨¢strofe. Las compa?¨ªas aseguradoras, que en su d¨ªa hicieron frente a los gastos ocasionados por el accidente, todav¨ªa no han percibido -aunque esperan cobrarla "de inmediato"- la indemnizaci¨®n de 2.420 millones fijada por el tribunal. Algunos de los afectados por la prohibici¨®n de "pescar, explotar y comerciar con los moluscos existentes en el ¨¢rea ba?ada por los crudos del Urquiola, dictada en su d¨ªa por la autoridad de Marina, ya han cobrado parte de los 1.514 millones que les corresponden. Los denominados mariscadores libres todav¨ªa no han percibido una peseta, seg¨²n inform¨® uno de ellos a Xos¨¦ Manuel Pereiro.

Desastre at¨ªpico

El del Urquiola es un caso at¨ªpico en la historia de los siniestros mar¨ªtimos ocurridos en la costas espa?olas en los ¨²ltimos a?os, tanto por los da?os causados en la flora y fauna marina como por ser uno de los pocos -entre los de cierta importancia- cuyas causas, efectos y responsabilidades han quedado definitivamente aclaradas.La marea negra del Urquiola es recordada como "la m¨¢s importante de las que se han registrado en las costas espa?olas, seg¨²n coinciden en se?alar todas las fuentes consultadas. No obstante, ninguna de ellas -tampoco la subdirecci¨®n general de Seguridad Mar¨ªtima y Contaminaci¨®n- dispone, seg¨²n sus portavoces, no ya de un estudio serio sobre los efectos de la poluci¨®n provocada por los accidentes mar¨ªtimos, sino de una simple relaci¨®n de los casos m¨¢s significativos.

En una conferencia pronunciada en octubre en Barcelona, Fernando Pardo Marcos, jefe del servicio de contaminaci¨®n de la mencionada subdirecci¨®n general, explic¨® que, en general, los accidentes s¨®lo provocan el 12% de la contaminaci¨®n marina por hidrocarburos. Las operaciones rutinarias de los buques (limpieza de tanques y sentinas, entre otras) inciden en un 37,7%. "De ah¨ª", se?ala el conferenciante, "que el convenio [el acuerdo MARPOL, elaborado tras al naufragio del Torrey Canyon, ocurrido en marzo de 1967 en el suroeste de Gran Breta?a] proponga a los Gobiernos que "tomen medidas contra los transgresores" y "aseguren que las sanciones sean suficientemente severas".