Redondo
El pu?o es el sindicato y la rosa es el partido. La flor es el partido y el fruto es el sindicato Siempre ha sido as¨ª, desde que existen pu?os, sindicatos, rosas, partidos y frutos. Nicol¨¢s Redondo fue el proletario/revelaci¨®n del finado 87.Nicol¨¢s Redondo es hoy, naturalmente, mucho m¨¢s que Nicol¨¢s Redondo. Es/supone la confirmaci¨®n de una teor¨ªa freudiano/pol¨ªtica que identifica al sindicato con el yo y al partido con el superyo. Cuando estos dos entes funcionan arm¨®nicamente, el individuo vi bien. Cuando se disocian, Ferraz es una casa de locos. Por eso conviene que relean a Freud en el pr¨®ximo Congreso en voz alta, y se reconcilien. Cien a?os de honradez y proletariado se levantan hoy en Nicol¨¢s Redondo, oportuna o inoportunamente. Y con NR se levantan todos los muertos del cementerio civil, de modo que no se trata s¨®lo de una negociaci¨®n colectiva, sino de una l¨ªrica escisi¨®n en el alma del socialismo, escisi¨®n que deber¨ªa atender, quiz¨¢, mi amigo, m¨¦dico y maestro Rof Carballo Aqu¨ª, el PSOE se enfrenta consigo mismo, al fin, con su pasa do, su presente y su futuro, y con todos los tiempos verbales que ustedes quieran. El PSOE puede cambiar de direcci¨®n hist¨®rica, pero ahora est¨¢ pasando por la catarsis/ordal¨ªa de Redondo, que, contra el regocijo de la derecha, es beneficiosa para todos.
Redondo, insistimos, es ya mucho m¨¢s que Redondo. Quiz¨¢, mucho m¨¢s de lo que ¨¦l mismo sabe o supone. La lucha de clases, expulsada de la so ciedad por el neocapitalismo consumista, el capitalismo light y el chupach¨²s, se refugia/reproduce en el interior mismo de los partidos que nacieron para la lucha de clases. En el PSOE hay ya una Nomenclatura que se ha hecho soluble en Europa y un proletariat que sigue fijo en su idea berroque?a, con esa testarudez que Lenin atribu¨ªa a los hechos. (En la ciencia, en la biolog¨ªa, en la fisiolog¨ªa, en la gen¨¦tica, en Einstein y posteriores, la escisi¨®n fecunda de una c¨¦lula en dos, y de cada una de ellas en otras dos, hasta el infinito, es una verdad que explica la vida.) Entre los comunistas se est¨¢ produciendo algo parecido, pero el fen¨®meno es, al mismo tiempo, m¨¢s reducido y m¨¢s complejo. Y en cuanto a la derecha, la multiplicaci¨®n de los hechos responde nada menos que a una observaci¨®n de Schiller: "La belleza es una imposici¨®n de los fen¨®menos". Y los fen¨®menos sociales no permiten hoy a la derecha hist¨®rica ser bella, ni ser derecha, o ejercer como tal. ?O O sea, que en Ferraz deben estudiar un poco de cu¨¢ntica y de Romanticismo para comprender, compendiar y remediar el fen¨®meno. Redondo, con su voluntarismo de cazadora/impermeable, es, m¨¢s que un hombre, una ley post/einsteniana. Redondo tiene el pu?o y Gonz¨¢lez tiene la rosa: Gonz¨¢lez levanta los pies del suelo, levita hacia el futuro, hacia una Europa redimida de Rusia y una Am¨¦rica redimida de Reagan (Reagan siempre vuelve, como Franco).
La piedra sobre la que se ha edificado esta iglesia lastra un poco las botas de Gonz¨¢lez, botas de pescador en Do?ana. Todo partido tiende a organizarse como un individuo (no hay otro modelo que el humano), y el individuo acaba siempre en la neura y la depre. Eso hay que corregirlo para eludir la dispersi¨®n y salvar el proyecto. Depresi¨®n suele ser escisi¨®n en dos. Hoy, la realidad limita al Norte con la Moncloa. A partir de la Moncloa empieza el sue?o/2000, al que tambi¨¦n nos debemos. Pero Redondo sigue empujando la roca de la realidad. Redondo es El mito de S¨ªsifo. Gonz¨¢lez es Alicia en el pa¨ªs de las maravillas.
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