Aviones de la CIA sobrevuelan de nuevo Nicaragua y arrojan armas para la 'contra'
El presidente norteamericano, Ronald Rea gan, ha iniciado sus ¨²ltimos 365 d¨ªas en la Casa Blanca con la firme promesa de que no abandonar¨¢ la fijaci¨®n m¨¢s importante de sudoble mandato: la contra nicarag¨¹ense. Los aviones de la CIA llevan ya 24 horas sobrevolando de nuevo Nicaragua y arrojando armas para los rebeldes, y el presidente, haciendo caso omiso de las concesiones de Daniel Ortega, solicitar¨¢ la semana pr¨®xima al Congreso nueva ayuda militar para los insurgentes porque, ha dicho, "hay que tener el valor de estar detr¨¢s de los que contin¨²an sacrificando su vida por la democracia".
Con la misma demagogia de siempre -"este va a ser el a?o en que Estados Unidos afirmar¨¢ con fuerza que la democracia, no el comunismo, es el futuro de Centroam¨¦rica"-, Reagan se dispone a dar lo que posiblemente sea su ¨²ltima batalla contra el sandinismo. Parece imposible que el presidente consiga derrocar -al Gobierno nicarag¨¹ense antes de abandonar el poder, su verdadero objetivo desde que entr¨® en la Casa Blanca, en enero de 1981. Pero tratar¨¢ de dejarlo lo m¨¢s desestabilizado posible, arrasado econ¨®micamente y forzado a una negociaci¨®n pol¨ªtica con la contra. Los rebeldes anunciaron ayer en Miami que, al margen de conversaciones directas con los sandinistas para establecer un alto el fuego, exigen una negociaci¨®n a tres bandas en la que se siente tambi¨¦n la oposici¨®n interna.
El paso del tiempo y el deseo de pasar a la historia con una disminuci¨®n de la tensi¨®n Este-Oeste le han hecho a Reagan variar dram¨¢ticamemte su pol¨ªtica hacia la URSS y abrazarse a Gorbachov. Pero mantiene hasta el ¨²ltimo momento la obsesi¨®n con Nicaragua, un peque?o pa¨ªs por el que Reagan se embarc¨®, al margen de la ley, en el esc¨¢ndalo m¨¢s grave de su presidencia, el Irangate. "Es algo que le sale de las entra?as", y no escucha siquiera las sugerencias de pragmatismo que le hace su esposa, Nancy, dicen sus asesores m¨¢s pr¨®ximos.
El tiempo juega, sin embargo, a favor de Daniel Ortega, ya que si el 3 de febrero la C¨¢mara de Representantes rechaza la ayuda a la contra estar¨¢ salvado, y Reagan ya no podr¨¢ intentarlo de nuevo, dejando el tema en manos de los centroamericanos o de un nuevo presidente. Pero, a pesar de las concesiones de ¨²ltima hora del presidente nicarag¨¹ense -levantamiento del estado de emergencia, negociaci¨®n directa con la contra-, arrancadas bajo presi¨®n de congresistas norteamericanos y de los presidentes de la regi¨®n, la derrota de la Casa Blanca no es segura.
"Los sandinistas pueden convertir una casi victoria en fracaso", dijo ayer su mejor amigo en el Capitolio, el sena dor dem¨®crata Christopher Dodd. "Si Ortega se vuelve atr¨¢s y no cumple votar¨ªa a favor de la ayuda", dijo Dodd.
Los dem¨®cratas han puesto el grito en el cielo y hablan de que una nueva ayuda militar a la contra es un voto para derrocar a los sandinistas (Lee Hamilton), y que la Administraci¨®n lo que quiere es "una victoria militar a toda costa" (Tony Coelho). Pero a la hora de votar aten¨²an su liberalismo. La credibilidad de los hermanos Ortega es tambi¨¦n muy baja en Washington, y Reagan ha lanzado una fuerte campa?a de propaganda -la decisi¨®n depender¨¢ finalmente de 30 dem¨®cratas dudosos que en el pasado han votado, alternativamente, a favor o en contra de la ayuda- para conseguir una victoria que hace s¨®lo unas semanas parec¨ªa imposible.
Haga lo que haga Ortega, la Administraci¨®n de Reagan nunca lo considerar¨¢ suficiente. "No act¨²an de buena fe", "Es un truco para acabar con laayuda", "Echar¨¢n marcha atr¨¢s al d¨ªa siguiente de que el Congreso rechace la ayuda argumenta la Casa Blanca, que culpa s¨®lo a Nicaragua del incumplimiento del plan de paz, olvidando a Honduras o su propia actuaci¨®n. S¨®lo tiene ¨¦xito la continuaci¨®n de la presi¨®n militar, que les obligar¨¢ a negociar en serio, explica Elliot Abrams, secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos.
La Casa Blanca proyectaba pedir 270 millones de d¨®lares para 18 meses, vinculando as¨ª al pr¨®ximo presidente. Pero el pragmatismo le est¨¢ haciendo considerar una cifra m¨¢s baja, entre 50 y 100 millones, y quiz¨¢ s¨®lo hasta julio, para ver si el plan de paz de ¨®scar Arias ha surtido efecto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Declaraciones prensa
- CIA
- FSLN
- Tr¨¢fico armas
- Caso Ir¨¢n-Contra
- Guerra fr¨ªa
- Ronald Reagan
- Daniel Ortega
- Contra nicarag¨¹ense
- Nicaragua
- Orden p¨²blico
- URSS
- Revoluci¨®n Sandinista
- Centroam¨¦rica
- Bloques pol¨ªticos
- Caribe
- Servicios inteligencia
- Seguridad ciudadana
- Acci¨®n militar
- Revoluciones
- Estados Unidos
- Guerrillas
- Seguridad nacional
- Bloques internacionales
- Espionaje