M¨¦dicos de ambulatorios piden protecci¨®n ante las amenazas de toxic¨®manos.
El personal del centro de salud Rafael Alberti, en Vallecas, ha pedido al Insalud que se le dote de medidas de protecci¨®n -vigilantes jurados- para defenderse del acoso a que est¨¢n sometidos, fundamentalmente por drogadictos, que, bajo amenazas y actos de intimidaci¨®n, les exigen recetas para conseguir productos psicotr¨®picos. La situaci¨®n de acoso que sufren los facultativos se ha generalizado por todo Madrid, seg¨²n reconocieron ayer fuentes del Insalud.
El martes, una representaci¨®n de los trabajadores del centro mantuvo una entrevista con la directora sectorial del Insalud, en la que se pidi¨® el establecimiento de un servicio de vigilantes jurados y otras medidas de protecci¨®n, como la instalaci¨®n de una caja fuerte donde guardar los talonarios de recetas, sellos de facultativos y sellos del centro los fines de semana.La situaci¨®n del centro de salud y ambulatorio Rafael Alberti no es un hecho aislado en absoluto. Informaciones recogidas en otros ambulatorios, todos ellos situados en barrios conflictivos, coincidieron en se?alar la existencia de amenazas contra los m¨¦dicos que resisten a las pretensiones de los drogadictos y se niegan a extenderles recetas. En algunos ambulatorios, como el situado en la calle Sierra de Alquife, tambi¨¦n en Vallecas, no ha habido m¨¢s remedio que recurrir a los servicios de un vigilante jurado.
"Ahora la situaci¨®n ha mejorado bastante, pero somos conscientes de que no hemos eliminado las coacciones, sino que los toxic¨®manos se han desplazado a otros centros que no cuentan con protecci¨®n".
El ambulatorio Rafael Alberti es uno de los que est¨¢n sufriendo un acoso sistem¨¢tico. En seis ocasiones, siempre en fines de semana, el centro hasufrido robos de importancia: recetas, material m¨¦dico diverso, m¨¢quinas de escribir, etc¨¦tera, adem¨¢s de los destrozos y actos de gamberrismo, como desparramar el contenido de los archivos o quemar documentos e historias cl¨ªnicas. El 30 de junio pasado, una psiquiatra de un ambulatorio de San Blas denunci¨® a un drogadicto que la golpe¨® ante su negativa a facilitarle recetas.
Alambradas
"Las amenazas siempre son del mismo tipo", declar¨® a este peri¨®dico un grupo de m¨¦dicos de ambulatorio que han recogido datos sobre la situaci¨®n general. "Que 'estoy muy mal', que ,necesito las recetas', que 'si no te voy a rajar', etc¨¦tera. Ya es grave que los m¨¦dicos tengan que trabajar en un clima de coacci¨®n continuada, pero es que, adem¨¢s, nos estamos convirtiendo en c¨®mplices forzosos del mercado negro de. f¨¢rmacos, porque sabemos perfectamente que las recetas se venden luego o se utilizan para adquirir frascos de Rohipnol y Buprex principalmente, que luego se venden tambi¨¦n a altos precios".El ambulatorio Rafael Alberti es una buena muestra de la nueva arquitectura impuesta por las circunstancias. Totalmente cerrado, su per¨ªmetroest¨¢ vallado con una pared de ladrillo de dos metros de altura y rematada por alambre de espino. Los nuevos centros del Insalud, afirm¨® ayer un portavoz del gabinete de prensa del Insalud de Madrid, se construyen como edificios cerrados, con un patio interior para que penetre la luz natural y con una sola puerta de acceso, que se supone es m¨¢s f¨¢cil de proteger.
El Insalud reconoci¨® que se cuentan por miles las recetas que se roban de los centros sanitarios, y que tales robos se producen de forma sistem¨¢tica, "pero", afirm¨® el citado portavoz, "no hay soluciones f¨¢ciles. Tenemos los casos de m¨¦dicos en concreto que son amenazados por alg¨²n drogadicto que la ha tomado con ellos. En estoscasos les cambiamos de destino, pero cuando la situaci¨®n afecta al centro en general es dif¨ªcil hacer algo. Hasta ahora hemos instalado servicio de vigilantes jurados en cuatro ambulatorios, pero no podemos extender el servicio a los 189 centros repartidos por Madrid, aparte que muchos centros tienen varias plantas y que las amenazas suelen producirse en el interior de las consultas, a puerta cerrada".
Uno de los vigilantes jurados confirm¨® a este peri¨®dico la existencia habitual de coacciones a Ios m¨¦dicos, y cont¨®, entre otros muchos incidentes, el de un toxic¨®mano "que lleg¨® al centro muy nervioso", y peg¨® un hachazo en la mesa de una m¨¦dica.
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