Contraespionaje en casa
Empresas privadas venden sistemas electr¨®nicos para averiguar si un tel¨¦fono est¨¢ intervenido
El tel¨¦fono hace ruidos extra?os, o vuelve a dar la se?al para marcar mientras se est¨¢ marcando, o incluso permite escuchar una conversaci¨®n mantenida anteriormente y que, evidentemente, ha sido grabada. A veces las sospechas no son consistentes, pero un importante puesto en el ramo industrial o de la pol¨ªtica induce a un ciudadano a pensar que tiene el tel¨¦fono intervenido, como le ha ocurrido la pasada semana al director general de Asuntos Consulares. El usuario puede entonces recurrir a una empresa privada que comprueba si el aparato tiene esp¨ªas a la escucha. Pero que tambi¨¦n proporciona, a precios asequibles, otros instrumentos de espionaje.
"Los modernos sistemas de escuchas telef¨®nicas son absolutamente indetectables para los particulares. Son tambi¨¦n muy caros y exigen un alto nivel de especializaci¨®n, por lo que s¨®lo est¨¢n al alcance de organizaciones que tengan medios considerables, tanto humanos como econ¨®micos", explic¨® a este peri¨®dico un experto en este campo, que prefiri¨® no dar su nombre ni el de la empresa que dirige. "Este tipo de escuchas", a?adi¨®, "s¨®lo puede ser detectado por alguna organizaci¨®n que tenga, al menos, el mismo nivel que la que hizo el pinchazo".El experto en cuesti¨®n afirm¨® que en el mercado existe ya, entre otros muchos sistemas de alta tecnolog¨ªa, uno de patente estadounidense, al que se podr¨ªa definir como un superamplificador de muy bajo ruido, cuya conexi¨®n con la l¨ªnea telef¨®nica a controlar se basa en una pinza toroidal que rodea el cable del tel¨¦fono sin llegar a tocarlo f¨ªsicamente, por lo que ni siquiera deja marca. La conexi¨®n puede efectuarse en cualquier tramo de la l¨ªnea. Esa conexi¨®n, por decirlo as¨ª, chupa la comunicaci¨®n y permite conocer cualquier llamada que se haga o se reciba por dicha l¨ªnea.
La instalaci¨®n de un sistema de estas caracter¨ªsticas exige una organizaci¨®n potente y un cierto margen de complicidad. Alguien debe facilitar el acceso de los pinchadores a alguno de los tramos de la l¨ªnea telef¨®nica a intervenir. "Con dinero y expertos, en el campo de la microelectr¨®nica se puede hacer cualquier cosa. La intimidad telef¨®nica no existe ya. Ha sido completamente desbordada por las posibilidades t¨¦cnicas", a?adi¨® el experto.
Seg¨²n el experto, existen tambi¨¦n aparatos y sistemas igualmente avanzados que permiten saber si un tel¨¦fono est¨¢ pinchado. Sistemas de detecci¨®n se anuncian y se venden en las tiendas especializadas. Un ejemplo es el denominado analizador telef¨®nico computerizado CTA-6000. El folleto publicitario se?ala: "El computador controlado CTA 6000 detecta autom¨¢ticamente, durante 24 horas al d¨ªa, intervenciones en su sistema telef¨®nico. Un indicador computerizado le muestra a usted cualquier cambio que pueda ocurrir, minuto a minuto, y puede darle una llamada de alerta en un lugar remoto".
Otro de los aparatos detectores m¨¢s complicados, el MIJ-2001, "es el ¨²ltimo monitor secuencial l¨®gico controlado por computador", seg¨²n se indica en su folleto comercial. "?ste efect¨²a y muestra autom¨¢ticamente 1.275 comparaciones combinatorias al¨¢mbricas sobre una pantalla plana.
El experto no duda que, al margen de los modernos aparatos que est¨¢n en el mercado, existen derivados o aparatos acomodados a las necesidades espec¨ªficas de las organizaciones policiales o de defensa que los utilicen.
El campo dom¨¦stico
El mercado del espionaje se est¨¢ desarrollando a grandes pasos en lo que se podr¨ªa llamar el campo dom¨¦stico. "El mercado se est¨¢ extendiendo mucho en este terreno. El 95% de nuestras ventas, en aparatos asequibles, peque?os y f¨¢ciles de manejar, va a parar a manos de esposos o esposas mosqueados por posibles infidelidades amorosas, o de padres que quieren saber as¨ª las amistades o relaciones de sus hijos, o incluso por peque?os empresarios que desean controlar fugas de informaci¨®n o pr¨¢cticas desleales de sus empleados".En este campo, la oferta electr¨®nica es muy amplia y adecuada a todas las necesidades. Existen micr¨®fonos telef¨®nicos inal¨¢mbricos que, disimulados junto al tel¨¦fono o dentro de ¨¦l, permiten grabar las conversaciones; micr¨®fonos que permiten grabar la voz en un radio de acci¨®n de ocho metros y transmiten la se?al a un receptor situado hasta a 500 metros de distancia. Una derivaci¨®n del anterior permite captar las conversaciones en un radio de acci¨®n de 90 a 100 metros, y que tambi¨¦n puede usarse como micr¨®fono direccional. Los precios de todos ellos oscilan entre las 10.000 a las 20.000 pesetas.
O un esc¨¢ner, que ya vale alrededor de las 100.000 pesetas, y que permite interferir las se?ales de cualquier onda de radio. Por supuesto, cada aparato tiene su contrario. La persona que sospeche que sus conversaciones son controladas puede utilizar un aparato localizador, que le permite averiguar si en su habitaci¨®n hay instalado un micr¨®fono. El sistema se basa en que dicho micr¨®fono emite se?ales en una cierta frecuencia, que es detectada por el localizador. Existen tambi¨¦n los denominados secr¨¢fonos, distorsionador de voz acoplado a su tel¨¦fono que convierte la voz en ininteligible. Tambi¨¦n existe el contrario del contrario, es decir, otro aparato que anula la acci¨®n del distorsionador.
La existencia de aparatos de escucha puede ser descubierta por un detector que informa de si la l¨ªnea est¨¢ intervenida o no, pero siempre que el sistema de escucha sea uno de los denominados dom¨¦sticos. Sin embargo, en casos de espionaje de altos vuelos, el experto insisti¨® en que es pr¨¢cticamente imposible que un particular pueda descubrirlo por s¨ª mismo.
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