La balsa

Es claro que Portugal est¨¢ de moda en Espa?a, y que a ello parece haber contribuido de modo muy notable la f¨¢bula de Jos¨¦ Saramago A jangada de pedra (La balsa de piedra), al reivindicar la vieja utop¨ªa iberista frente a Europa. Recordar¨¦ que sobre lo mismo ha escrito muy bellamente Julio Llamazares en EL PA?S del pasado jueves 17 de diciembre (Balada de Portugal).

Hace unos d¨ªas, de paso por Amsterd¨¢m, el gran novelista portugu¨¦s Almeida Faria avisaba, sin embargo, sobre los peligros de volver a estas ideas milenaristas, que bien pudieran conducir a un nuevo aislamiento de los dos hermanos pobres de Europa.

Cuando menos, llama la atenci¨®n que luego del anhelado ingreso en la Europa comunitaria portugueses y espa?oles hayan de resucitar viejos ideales de uni¨®n federalista y de orgullo racial en contra de los europeos. Tal actitud, desde luego, no parece demasiado coherente.

En mi opini¨®n, la batalla de los dos pa¨ªses ib¨¦ricos frente a Europa ha de plantearse en el terreno de la modernidad y el progreso, sin est¨¦ticas y hueras miradas a un pasado ciertamente no ejemplar. Aceptemos el reto de Europa sin miedos ni complejos de inferioridad, por m¨¢s que las dificultades sean muchas y grandes.

Y, eso s¨ª, conozc¨¢monos mejor portugueses y espa?oles. La cultura de ambos pa¨ªses, transmitida mediante dos de las lenguas m¨¢s hermosas y habladas del mundo, se merece una mejor estima reciproca. Pero amarremos con fuerza la balsa ib¨¦rica a los Pirineos; de otra forma, pudiera zozobrar.

Catedr¨¢tico de Literatura Espa?ola. Departamento de Estudios Hisp¨¢nicos y Portugueses. Universidad de Amsterdam