Jes¨²s P¨¦rez, 'Spike'
La vuelta a la nostalgia y al galanteo er¨®tico
Son dos personajes en uno. El diurno, Jes¨²s P¨¦rez, tiene 28 a?os, da clases de bailes de sal¨®n y posee la apariencia de lo que podr¨ªa calificarse como un chico corriente. El nocturno, Spiker, no tiene edad, es misterioso, viste traje negro de raso, lleva una peluca rubia a lo Amadeus Mozart, se pone gafas oscuras y, con un abanico, baila vals, swing, ragtime y tangos. Jes¨²s P¨¦rez, Spiker, quiere recuperar el placer del baile por el baile. Es la vuelta a la nostalgia, al galanteo er¨®tico, a los grandes salones de ¨¦poca.
Naci¨® en Mandayona (Guadalajara) y asegura que su pasi¨®n por el baile le surgi¨® a la edad de 10 a?os, en una boda, cuando vio a una pareja bailando un rock and roll. "Yo me dije que alg¨²n d¨ªa ten¨ªa que llegar a hacerlo". Jes¨²s P¨¦rez vino a Madrid a estudiar Derecho -en la actualidad est¨¢ en 4? curso-, y en el colegio mayor Chaminade comenz¨® a organizar clases de bailes de sal¨®n, como una m¨¢s de las actividades culturales, gracias a la idea tra¨ªda por un amigo procedente de la Universidad americana. "Entonces fue una peque?a bomba". Pero el curso, dirigido en un principio a estudiantes, se fue extendiendo, y ahora Jes¨²s P¨¦rez asegura que a sus clases asisten ejecutivos, diplom¨¢ticos, amas de casa, profesores de Universidad y hasta alg¨²n militar.En opini¨®n de Jes¨²s P¨¦rez, hay mucha gente que durante sus correr¨ªas nocturnas se aburre porque no sabe bailar, y est¨¢ empe?ado en hacer part¨ªcipe y revitalizar lo que ¨¦l considera un verdadero placer: el baile por el baile y "no el baile como expresi¨®n vertical de un deseo horizontal", dice. "Cuando yo, Spiker, voy a las discotecas, veo a muchas personas que lo ¨²nico que hacen es beberse un cubalibre e intentar ligar a una t¨ªa o a un t¨ªo". ?l, que no bebe ni fuma y s¨®lo toma batidos de chocolate, asegura que la verdadera diversi¨®n est¨¢ en perderse en el baile, sin necesidad de "tener que colocarse con anfetaminas o lo que sea". "A m¨ª lo que me coloca es el baile".
Pero este tipo de bailes no se pueden realizar en cualquier sitio y con cualquier vestuario, recalca Jes¨²s P¨¦rez. Chocan con los vaqueros en una discoteca poco iluminada y moviendo el cuerpo en un solo metro cuadrado. Cada baile tiene su vestuario adecuado, y es necesaria una identificaci¨®n plena con la presencia f¨ªsica del bailar¨ªn. El tango necesita amplios espacios y ambiente adecuado, y "es imprescindible que el traje de la mujer tenga una amplia abertura lateral". Para el vals, un esmoquin para el hombre y traje largo para la mujer. Pero Jes¨²s P¨¦rez no se amilana y a todo le saca ventajas. "Es una manera de utilizar un tipo de vestuario que de otra manera no nos podr¨ªamos poner".
Ha viajado a Par¨ªs y Londres para entablar contactos con personas relacionadas con el baile en aquellas ciudades, donde, al igual que en Nueva York, se est¨¢ experimentando un gran revuelo y auge de este tipo de bailes, especialmente el tango. Entre sus proyectos figura la organizaci¨®n de una gran fiesta de gala en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, por aquello de los salones de ¨¦poca, y de manera continua ofrecer este tipo de servicios en cruceros, paradores nacionales... en la creencia de que ser¨ªan un completo ¨¦xito.
Y entre refinamiento y elegancia, el erotismo del tango, que Jes¨²s P¨¦rez define como una lucha pasional entre el cuerpo de la mujer y el hombre".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.