La profundidad de la crisis
La voluntad de unirse en Am¨¦rica Latina se deriva, m¨¢s que de postulados hist¨®ricos o filos¨®ficos, de la dura realidad cotidiana, que lleva incluso a sectores olig¨¢rquicos tradicionalmente aliados de Estados Unidos a buscar salidas independientes ante una situaci¨®n que tambi¨¦n a ellos condena a la ruina y a la quiebra. La reaganomir signific¨® m¨¢s hambre para las inmensas mayor¨ªas latinoamericanas, pero adem¨¢s llev¨® a la bancarrota a quienes siempre supieron orillar las crisis y hacer de las p¨¦rdidas ganancias. Esta vez tambi¨¦n protestan los ganaderos y cerealistas del R¨ªo de la Plata, los cafeteros colombianos, venezolanos y brasile?os, los productores de az¨²car, de plata, de cobre, de petr¨®leo...; todos tienen algo que decir contra un sistema econ¨®mico y financiero internacional que los priva de la raci¨®n m¨¢s elemental de ox¨ªgeno para continuar con sus negocios.El mercado de trabajo de Am¨¦rica Latina se ampliar¨¢ desde ahora hasta el a?o 2000 con 60 millones de j¨®venes en busca de su primer empleo, una cifra que supera a la prevista en ese mismo periodo para todos los pa¨ªses industrializados de econom¨ªa de mercado: 46,9 millones. La explosi¨®n social que amenaza estallar s¨®lo se puede comprender si se tiene en cuenta que ante ese crecimiento del mercado de trabajo la econom¨ªa est¨¢ respondiendo con una contracci¨®n derivada, en lo esencial, de las condiciones impuestas por los pa¨ªses industrializados.
En 1987, el producto interno bruto aument¨® s¨®lo 2,6%, un punto menos que el promedio de incremento del trienio anterior.
En los ¨²ltimos cinco a?os, la regi¨®n perdi¨® todo lo que progres¨® en dos d¨¦cadas y se convirti¨® en exportadora neta de capitales. En el bienio 1986-1987 dedic¨® una tercera parte de lo obtenido por sus exportaciones de bienes y servicios al pago de los intereses de la deuda externa. Alg¨²n pa¨ªs, como Per¨², limit¨® esos pagos al 10% de sus exportaciones; otro, Argentina, que no quiso limitarlo, destin¨® 51,8%, sin ser algo fuera de lo habitual, ya que en 1987 fue 53,6%; en 1983, 58,4% en 1984, 57,6%, y en 1985, 5 1,1%. ?Alguien puede pensar que puede salir de la crisis un pa¨ªs que dedique m¨¢s de la mitad de sus ingresos por exportaciones a pagar servicios de la deuda?
Los t¨¦rminos de intercambio
En el ¨²ltimo lustro, los t¨¦rminos del intercambio, es decir, la relaci¨®n entre el precio que paga por sus importaciones de productos industriales y el que recibe, por sus materias primas, cay¨® un 25% en Am¨¦rica Latina. Adem¨¢s, su participaci¨®n en el comercio mundial baj¨® del 5,7% en 1960 a 4,5% en 1985; la tasa anual de crecimiento de sus exportaciones en una d¨¦cada pas¨® de 21,3% a 12,9%; el producto interno bruto por habitante fue disminuyendo, y la regi¨®n perdi¨® importancia como destino de la inversi¨®n norteamericana, ya que Am¨¦rica Latina represent¨® el 23,5% del total en 1960; 14,7%, en 1979; 12,3%, en 1980, y 10%, en 1984, aunque sigue concentrando un 50% de su comercio con Estados Unidos. La Comunidad Europea representa para Am¨¦rica Latina el 20% de su comercio, aunque para aqu¨¦lla s¨®lo significa el 3,6% del total. ¨²nicamente con los pa¨ªses socialistas el intercambio comercial es floreciente, aunque de menor entidad.
Alfons¨ªn destac¨® en Acapulco que "otras regiones, en especial en el mundo desarrollado, gozan hoy del impulso que signific¨® para cada pa¨ªs la integraci¨®n regional", en clara alusi¨®n a la regi¨®n constituida por la Comunidad Europea.
Agreg¨®: "Estamos dispuestos a generar las condiciones que hagan posible el establecin¨²ento de un gran espacio regional integrado..., crear un gran mercado regional..., hay voluntad pol¨ªtica, hay procesos subregionales ya en marcha, contamos con la poblaci¨®n y los recursos naturales que requiere semejante empresa..., un respetable desarrollo industrial y una apreciable capacidad cient¨ªfica y tecnol¨®gica".
Los presidentes de Argentina, Brasil, Colombia, M¨¦xico, Panam¨¢, Per¨², Venezuela y Uruguay identificaron en Acapulco 10 desaf¨ªos fundamentales para la regi¨®n y se comprometieron a concertar sus pol¨ªticas y acciones en frentes que representan lo esencial tanto interna como externamente.
La paz y cooperaci¨®n en Centroam¨¦rica (que incluye un plan de emergencia), la deuda externa, un plan com¨²n para erradicar la pobreza absoluta, el respaldo al Parlamento latinoamericano, la actuaci¨®n en los organismos internacionales, las negociaciones del GATT, la lucha contra represalias comerciales de terceros pa¨ªses y la integraci¨®n regional son los cap¨ªtulos m¨¢s llamativos sobre los que se comprometieron a actuar concertadamente.
El compromiso pol¨ªtico para la integraci¨®n regional fue calificado por los ocho de "capital importancia" e "instrumento de cambio y modernizaci¨®n que debe comprometer la activa participaci¨®n de todos los agentes econ¨®micos y sociales". Para concretarlo decidieron reforzar los procesos de integraci¨®n en marcha para el establecimiento de un espacio econ¨®mico ampliado cuyo objetivo final es constituir un mercado com¨²n latinoamericano.
Asimismo acordaron impulsar un programa de asociaci¨®n y cooperaci¨®n en ciencia y tecnolog¨ªa, fomentar los intercambios de experiencia en alfabetizaci¨®n y ense?anza e incrementar las experiencias conjuntas en la investigaci¨®n, formaci¨®n de recursos humanos y producci¨®n editorial.
Adem¨¢s, "conscientes de la importancia del acercamiento cultural y educativo como instrumento que favorecer¨¢ la integraci¨®n", resolvieron impulsar acciones para la preservaci¨®n y el enriquecimiento del patrimonio hist¨®rico y natural y el uso de los medios de comunicaci¨®n social para un mayor conocimiento de los diversos valores de la regi¨®n.
Obst¨¢culos de diverso signo
Por cierto, que ese proceso integracionista encuentra y encontrar¨¢ obst¨¢culos de diverso signo, y quiz¨¢ los m¨¢s serios vendr¨¢n de quienes ser¨¢n los principales beneficiarios del proceso: los empresarios, acostumbrados a mirar corto y m¨¢s preocupados de cuidar su peque?o mercado de cada d¨ªa que de otear el horizonte.
Esa inmensa y rica parte del mundo que es Am¨¦rica Latina y el Caribe dio un fuerte impulso hacia su unidad e integraci¨®n. Desde la cumbre de Acapulco, el 27,28 y 29 de noviembre de 1987, ya son vanas las misiones que partieron hacia los cuatro puntos cardinales para comunicar el compromiso mutuo: dejar claro que algunas cuestiones (como la renegociaci¨®n de la deuda y el proteccionismo) deben encontrar una soluci¨®n concertada a corto plazo y buscar socios con criterios igualitarios, pluralistas y democr¨¢ticos para un proyecto de futuro. Los presidentes adoptaron algunas decisiones, que se abstuvieron de volcar en el papel, referentes a los plazos de espera para esas soluciones negociadas antes de dar nuevos pasos y acciones concertadas en cuestiones espec¨ªficas.
Inmediatamente despu¨¦s de Acapulco se redoblaron los trabajos integracionistas bi, tri y multinacionales. Quienes hablaron sistem¨¢ticamente del fracaso de Contadora y recibieron con escepticismo el plan Arias y los acuerdos de Esquipulas todav¨ªa no se recuperaron de la sorpresa ante la din¨¢mica de paz desatada en Centroam¨¦rica que cada d¨ªa presenta u?a nueva realidad. Algo similar est¨¢ ocurriendo a partir de Acapulco en el campo de la concertaci¨®n, la acci¨®n com¨²n y la integraci¨®n de Am¨¦rica Latina, ,con acciones que tomar¨¢n a muchos por sorpresa.
Ahora cabe esperar las reacciones. Si Europa se somete a los dictados del Fondo Monetario Internacional y a pesar de su mejor posici¨®n t¨¦cnica para encarar con realismo la cuesti¨®n de la deuda sigue dilatando las respuestas, si no comprende que su pol¨ªtica de excedentes agr¨ªcolas no s¨®lo encierra un mal en s¨ª misma sino que es uno de los obst¨¢culos m¨¢s serios para su relaci¨®n con Am¨¦rica Latina, si no apuesta a una pol¨ªtica de expansi¨®n, compartida solidariamente, como manera de ganar adem¨¢s mercados para su producci¨®n de equipos y su tecnolog¨ªa, en suma: si no hace realidad el lema del Consejo de Europa de "interdependencia y solidaridad", es posible que llegue tarde a la cita.
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