Coches locos, chalados conductores

Cuidado con las confusiones. Cannonball, la pel¨ªcula que esta noche emite TVE, no est¨¢ interpretada por Burt Reynolds; aqu¨¦lla, como su secuela, a la que hab¨ªa que poner un sencillo 2 detr¨¢s, era Los locos de Cannonball.Situado, pues, el margen de todos los posibles errores, hay que decir que Cannonball, de todos los t¨ªtulos aqu¨ª citados, es el mejor. Una genuina serie B de acci¨®n y fantas¨ªa, con infinidad de coches destrozados, arquet¨ªpicos malos y estereotipados buenos lanzados a 200 por hora a esas ?legales carreras de costa a costa estadounidenses. Puro viento. Temblorosos cactos. Polvaredas. De fondo, una elementalidad psicol¨®gica que no enturbia el placer del ruido y la furia y las nada subversivas piruetas circenses. A destacar las apariciones epis¨®dicas de gente como el propio Corman, Scorsese, Carl Gottlieb, Allan Arkush, Jonathan Kaplan, Joe Dante y Sylvester Stallone. Por tanto, tambi¨¦n un filme de culto.

Por su parte, El amor brujo es el segundo filme gitano de Rovira-Beleta tras Los tarantos y, como aqu¨¦l, el segundo intento de conseguir, por la v¨ªa folcl¨®rica, la m¨¢s f¨¢cil v¨ªa: el Oscar de la Academia. En realidad, El amor brujo, con m¨²sica, no falla, de Manuel de Falla, no est¨¢ a la altura de Los tarantos, pues le falta riesgo y penetraci¨®n en los personajes, pero es muy probablemente una adaptaci¨®n m¨¢s hermosa que la que a?os despu¨¦s filmar¨ªa Saura, en absoluto despreciable.