Raz¨®n de Estado
Cuando estudiantes de bachillerato, siempre hab¨ªa uno que era m¨¢s listo, m¨¢s atrevido o m¨¢s ingenuo. Sol¨ªa preguntar en clase de religi¨®n, regentada, naturalmente, por el cura, cuestiones en aquella ¨¦poca impreguntables.El profesor, muy versado en materia religiosa, para eso hab¨ªa estado un mont¨®n de a?os en el seminario, o bien se sal¨ªa por la tangente o bien intentaba cuadricular el c¨ªrculo, aparte de que no estaba bien visto ese tipo de preguntas, pues eso pon¨ªa en entredicho la veracidad palpable, mediante la fe, de un dogma.
La transparencia del dogma resid¨ªa en eso: era un dogma. Simplemente as¨ª. Estaba claro, ?no? Si no lo estaba, se echaba mano de la fe.
Antes los dogmas entraban demasiado temprano en las cabezas hispanas -las razones de Estado, no- porque a¨²n los espa?oles ¨¦ramos peque?itos. La causa era obvia: mientras la Iglesia, al menos, delicadamente dec¨ªa que aquello no se pod¨ªa preguntar, el Estado, muy astuto, no daba pie a preguntar nada; as¨ª, seguramente, pensar¨ªa ahorrarse las molestias de inoportunas demandas.
Luego, en el devenir del tiempo y cambiados los asuntos de la naci¨®n, el Estado no tiene m¨¢s remedio que aguantar las preguntas que le hacen aquellos precisamente que ya comienzan a dudar, y resulta que ahora vienen con otro dogma, no religioso, sino civil: la raz¨®n de Estado, que nada tiene que ver con la mente del Estado. Repasando, repasando, durante la ¨¦poca de la dictadura seguramente casi todo debi¨® ser raz¨®n de Estado, pero as¨ª lo m¨¢s abultado mayormente ser¨ªa el descontento de parte del pa¨ªs, los convenios de EE UU, bases americanas, para entendemos, puesto que casi se limitaba a eso y a la verdad. Naturalmente, es comprensible que en una dictadura la verdad sea raz¨®n de Estado.
Pasando por alto la recolonizaci¨®n del S¨¢hara como materia reservada, igual a raz¨®n de Estado, nos meten en la OTAN y no nos sacan a los americanos por aquello de la seguridad del Estado, igual a raz¨®n de Estado, ?y cu¨¢ntas m¨¢s cosas que no conocemos ... !
Veo claro si los dogmas van perdiendo vigencia, las razones de Estado son cada d¨ªa m¨¢s razones y todos quisi¨¦ramos una explicaci¨®n cada vez que se produce tal fen¨®meno. Creo que tenemos derecho, ?no? Un servidor cree que s¨ª.
El mejor Estado ser¨ªa el que nunca tuviera razones.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.