Bush tambi¨¦n perdi¨® Madrid
Los delegados se deciden en el ambiente familiar de las cocinas
George Bush tambi¨¦n perdi¨® en Madrid, un pueblo de 2.000 habitantes a 35 kil¨®metros al norte de Des Moines, bautizado as¨ª por un audaz espa?ol que el siglo pasado dio un golpe de mano para cambiarle su antiguo nombre: Swede Point. Cuando el presidente del caucus republicano celebrado en la escuela superior local cont¨® los votos de los 133 electores, Dole ten¨ªa 55; Robertson, 34, y Bush, 25. En la cancha escolar, los Tigres de Madrid derrotaban en un partido de baloncesto a la escuela rival de Cedar Valley.
La elite republicana local, antes de recogerse para seguir la no che electoral por televisi¨®n, aseguraba: "Dole es del Estado vecino, ofrece liderazgo y sabe en tender nuestros problemas, y Robertson ha sabido movilizar a las iglesias y muestra la in fluencia de los fan¨¢ticos religiosos".Tres kil¨®metros m¨¢s all¨¢, 36 votantes dem¨®cratas ofrec¨ªan un ejemplo de aut¨¦ntica demo cracia vecinal en el caucus de la escuela primaria del pueblo. Al calor de unos termos de caf¨¦ y unas pastas caseras de almen dras, votaron en primer lugar una resoluci¨®n antinuelear y pa saron un sobre para recoger di nero para la campa?a del partido. El escenario: la cocina y una clase de la escuela.
A las 7.30 comenzaron a reunirse en grupos para manifestar sus preferencias: los de Gephardt, junto a la ventana; enfrente, los de Simon; los de Dukakis, junto a la cocina; los de Jackson, en el centro de la habitaci¨®n; los de Babbitt, al lado de la nevera; los de Gore, al fondo, y los de Hart, en una esquina. S¨®lo Gephardt, Simon y Jackson consiguieron grupos viables, esto es, con al menos un 15% de los asistentes.
Y comenz¨® un apasionante chalaneo en el que los viables trataron de atraer a su campo a los que no ten¨ªan seis personas en su grupo. Un Reagan j¨®ven sonre¨ªa desde un calendario en la pared. Haciendo chistes y en un ambiente muy familiar, se desat¨® una discusi¨®n sobre si Estados Unidos est¨¢ o no preparado para elegir a un presidente negro. "Esto no ocurrir¨¢ ni en 30 a?os. Ser¨¢ triste pero es el color de la piel lo que importa", admiti¨® un votante de Gephardt. Finalmente, los de Dukakis se sumaron al grupo de Jackson, y uno a Gephardt, y los de Gore se unieron a Simon. ?ste consigui¨® nueve votos y dos delegados para la convenci¨®n dem¨®crata del condado (partido judicial), el 26 de marzo, y dos tambi¨¦n cada uno, Gephardt y Jackson, con 14 y 13 votos, respectivamente.
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