El virus del SIDA y varias 'sabrinas' animaron un discreto desfile de carrozas
M¨¢s de 100 carrozas, charangas y bandas de m¨²sica participaron ayer en un discreto desfile de carnaval, animado a ratos por la presencia multitudinaria de sabrinas y por parodias como las del SIDA o la ca¨ªda de la bolsa. La cabalgata, que recorri¨® el paseo de la Castellana desde las siete de la tarde hasta las diez de la noche, caus¨® numerosos atascos de tr¨¢fico en el centro de Madrid. La musa, Norma Duval, viaj¨® en una carroza dise?ada por los dibujantes Gallego y Rey y estuvo acompa?ada por los leones de las Cortes y las caricaturas de Felipe Gonz¨¢lez, Alfonso Guerra, Antonio Hern¨¢ndez Mancha y Adolfo Su¨¢rez.
Ni la chispa de C¨¢diz ni el color de Tenerife. El desfile del carnaval madrile?o de ayer, de acuerdo con los comentarios extendidos entre el p¨²blico, fue "soso y sin gracia". S¨®lo alguna original charanga animaba de cuando en cuando una sucesi¨®n interminable de carrozas fletadas por juntas municipales o por locales nocturnos a la caza de clientes carnavaleros.El monstruo del SIDA, un gigantesco virus de lona con boca de pira?a, fue quiz¨¢ la comparsa que levant¨® m¨¢s carcajadas. El grupo de scouts de Carabanchel hac¨ªa las veces de anticuerpos, gl¨®bulos rojos y enfermeras, y se dedicaban a incordiar al bicho cada vez que abr¨ªa la boca. Por detr¨¢s, una larga cola de adultos encapuchados cual condones. Una maltrecha ambulancia, con sus altavoces simulando la m¨¢s cruel de las batallas campales, iba abriendo camino al grupo.
De dos misteriosos coches salieron 10 sabrinas de pechos de pl¨¢stico y piernas peludas. No fueron los ¨²nicos. Las mujeres bien dotadas salpicaron todo el desfile.
La comparsa del Comit¨¦ Anti-OTAN de Madrid sembr¨® el paseo de la Castellana de d¨®lares falsos. Un doble casi perfecto de Felipe Gonz¨¢lez repart¨ªa -"sin acrit¨²"- fotocopias de billetes de 5.000 pesetas. No se hab¨ªa enterado de la ca¨ªda de la bolsa.
La comparsa del club de la tercera edad de Tetu¨¢n encabezaba el desfile con una parodia del descenso a los infiernos. Los ancianos recuperaban su juventud perdida y coc¨ªan a sus nietos en una monumental caldera.
La nota de color la pusieron comparsas como las dos de Villaca?as y la de Villafranca de los Caballeros (Toledo). Esta ¨²ltima estaba compuesta por 500 personas e iba acompa?ada por una carroza que reproduc¨ªa el patio de los leones de la Alhambra. La comparsa La Chamberga, de Villaca?as, incorporaba un peque?o reba?o de ovejas acosado por un concierto de petardos. Destacaron tambi¨¦n dos cabalgatas medievales, con equinos incorporados a los disfraces, y una vieja furgoneta Citroen sudando horrores bajo su imponente disfraz de caracol gigante.
Menos vistosa estuvo la musa, Norma Duval, envuelta en un lustroso abrigo negro y un tanto torpe a la hora de lanzar serpentinas. Su carroza, sin luz ni m¨²sica, defraud¨® al numeroso p¨²blico congregado.
El contrapunto lo puso el baile de m¨¢scaras del C¨ªrculo de Bellas Artes y las fiestas de disfraces concertadas por el Ayuntamiento en 23 locales nocturnos.
Caos de tr¨¢fico
La celebraci¨®n del desfile oblig¨® a cortar el tr¨¢fico entre siete de la tarde y diez de la noche en los carriles centrales del paseo de la Castellana. Las protestas de los automovilistas y de los viajeros de los autobuses fueron continuas. Grandes atascos de tr¨¢fico se produjeron a esas horas en los carriles laterales del paseo y en todas las calles adyacentes. El furg¨®n de cola del desfile lo compon¨ªan varios camiones de la limpieza que barr¨ªan el paseo de la Castellana con potentes chorros de agua. Numerosas botellas y desperdicios se acumulaban junto a los sumideros de la calle. Las alcantarillas celebraron a su modo el carnaval.
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