Cuotas e incoherencia
Coherencia es una de las palabras m¨¢s en uso en todas las actividades de la sociedad. En la pol¨ªtica, en la econom¨ªa, en la vida p¨²blica y en la privada, en el periodismo... Ser coherente resulta ser como una suprema exigencia en el comportamiento individual y colectivo.Una lectora de Madrid -ruega que no se publique su nombre- se plantea esta interrogante: ?el equipo editorial de EL PA?S "es un equipo de esquizoides"? Con perspicacia advierte que Vicente Verd¨², redactor jefe de Cultura, jer¨¢rquicamente, por tanto, vinculado al cuadro directivo del peri¨®dico, en su art¨ªculo Cuotas (¨²ltima p¨¢gina de EL PA?S, 28 de enero de 1988) "manifiesta una opini¨®n que es completamente opuesta" a un reciente editorial, "tanto en el fondo como en la forma, y en los modales".
"La gente se pregunta", escribe la lectora, "si los editoriales de EL PA?S son un monstruo de dos cabezas: an¨®nimamente se dice una cosa y con firma se dice otra". Y a?ade: "Como la coherencia del equipo que hace el peri¨®dico interesa a los lectores a la hora de su credibilidad, creo que merece la pena que se aclare en la secci¨®n del ombudsman".
Secuelas del machismo
El editorial en cuesti¨®n (EL PA?S, 11 de enero de 1988) trataba del lugar que la mujer debe ocupar en la sociedad espa?ola.
Al hilo de la propuesta que iba a formularse en el entonces inmediato congreso del PSOE, en el sentido de que el 25% de los componentes de ¨®rganos de direcci¨®n y listas electorales del partido fueran mujeres (tal cuota, como es sabido, fue aceptada), el editorial de EL PA?S se pronunciaba abiertamente a favor de la absoluta equiparaci¨®n de los sexos en todas las actividades de la sociedad. Dec¨ªa al principio: "Las secuelas de un machismo secular que hizo que el hombre se sintiera -nunca mejor dicho- due?o y se?or de su suelo y de sus circunstancias han hecho inviable una igualaci¨®n de los derechos que ha de compartir con la mujer". "Aunque el progreso social ha sido intenso desde la revoluci¨®n industrial", escrib¨ªa el editorialista, "( ... ) la humanidad ha seguido padeciendo esta discriminaci¨®n habitual como si fuera imprescindible. ( ... ) Que todav¨ªa se presente como pintoresca la figura de una mujer en un puesto ejecutivo de cualquier clase explica hasta qu¨¦ punto no se ha avanzado nada en el camino de lo que deber¨ªa ser la equiparaci¨®n de los sexos en la vida cotidiana".
M¨¢s adelante a?ad¨ªa: "Las mujeres reclaman en consonancia con lo que piden en Europa movimientos similares, que en los puestos pol¨ªticos y funcionariales dependientes de la Administraci¨®n haya un 25% de representantes del sexo femenino".
El 28 de enero, concluido el congreso socialista, Vicente Verd¨² firmaba una columna titulada Cuotas en la que, a cuenta de ese conseguido 25%, consideraba grotesco que las socialistas lo celebraran "alborozadas, tir¨¢ndose claveles o algo por el estilo". "Al parecer", dec¨ªa, "lo que euforizaba a estas mujeres es que los hombres, sus correligionarios, sus compa?eros y en algunos casos sus propios maridos, les entregaran parte de los cargos que ejerc¨ªan. ?Y cu¨¢ntos cargos? ?Todos los cargos? Los que pidieron. Ni muchos ni pocos".
'Nuestros compa?eros'
Reproduc¨ªa luego la frase de una de las peticionarias de aquel porcentaje logrado: "Nuestros compa?eros son fenomenales". Y a?ad¨ªa el periodista: "Fenomenales. Compa?eros. Todos los signos apuntan a que la palabra justa para los delegados oferentes es la de caballeros. Se?ores caballeros que dieron una respuesta ajustada al suspirante (por pasillos y despachos) requerimiento de las damas. Los hombres del socialismo quisieron y lograron redondear el 31? congreso con este espl¨¦ndido obsequio a sus mujeres". Luego reflexionaba: "Seguramente pocas veces obtuvieron beneficios tan f¨¢ciles y sustanciosos como los que les ha procurado la apelaci¨®n al machismo galante. Ellas -y los fenomenales compa?eros- se lo guisan, pero toda la sociedad lo paga".
Disidencia, no confusi¨®n
Este art¨ªculo, que por otra parte ha motivado varias cartas al director del peri¨®dico, es al que la lectora atribuye incoherencia con el editorial de unas semanas antes. Vicente Verd¨² admite: "Hay disidencia entre el contenido del editorial y mi art¨ªculo, pero no creo que ello produzca confusi¨®n".
Es de todos sabido que los peri¨®dicos como tales manifiestan su parecer en los editoriales. "Es aqu¨ª", dice Verd¨², "donde el diario decide su l¨ªnea de pensamiento pol¨ªtico y a la que cabr¨ªa requerir coherencia".
Hace ahora dos a?os, el director de EL PA?S manifestaba en esta misma secci¨®n, tambi¨¦n a prop¨®sito de una desconexi¨®n entre los editoriales del peri¨®dico y el pensamiento difundido de uno de sus redactores: "?ste es un peri¨®dico pluralista y no puede cercenar los derechos de sus redactores. Tienen derecho a manifestarse p¨²blicamente". Y a?ad¨ªa: "El director es el ¨²nico responsable ante la opini¨®n p¨²blica de la opini¨®n del peri¨®dico".
"Junto a esta opini¨®n", manifiesta Vicente Verd¨², 'el peri¨®dico publica diariamente art¨ªculos firmados de distinta ¨ªndole y de los que se hacen responsables sus autores". Verd¨² recuerda que desde su fundaci¨®n, EL PA?S ha fomentado el di¨¢logo pol¨ªtico y social publicando textos de variada inspiraci¨®n, "algunos de ellos opuestos a los criterios defendidos en la secci¨®n editorial".
Por su condici¨®n de redactor jefe de la secci¨®n Cultura, Vicente Verd¨² participa en las deliberaciones del consejo editorial de EL PA?S. Explica que en dicho consejo "no existe coincidencia absoluta sobre todas las cuestiones y, por tanto, no pocos editoriales nacen de la controversia o de acuerdos mayoritarios". "En mi opini¨®n", dice, "quienes componen la direcci¨®n de un peri¨®dico deben ser solidarios en todo aquel n¨²mero de asuntos suficiente para reconocerse afines. Nada m¨¢s. La adscripci¨®n a este proyecto intelectual y moral se hace como profesionales libres y no como profesos".
Refinada defensa
Al margen estas reflexiones, otro lector -tambi¨¦n desea permanecer en el anonimato-, a la vista de una carta publicada en el peri¨®dico en protesta por la columna de Verd¨², hace una sutil lectura de la misma. Dice: "Vicente Verd¨² ha hecho una refinada defensa de los derechos de la mujer, no sobre la base de una mezquina cuota del 25%, sino, sencillamente, sobre la base de un ilimitado porcentaje de la presencia femenina en todas las actividades, sin paternalismos machistas".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.