Simetr¨ªa
S¨®lo tiene un fallo la exposici¨®n sobre la simetr¨ªa del Museo de la Ciencia de Barcelona. Junto a los espejos, caleidoscopios, fractales y cubos me hubiera gustado contemplar un peri¨®dico. Porque sospecho que ahora mismo hay m¨¢s simetr¨ªa bilateral o rotatoria en el mundo de lo cotidiano que en el de la ciencia. Al menos en estado bruto, sin refinar. De acuerdo. Basta colocarse desnudo delante de un espejo con los brazos abiertos para verificar nuestra indecente simetr¨ªa bilateral. Ahora bien, esa cruz no es una patente de corso para estar simetrizando todo el santo d¨ªa como si no hubiera m¨¢s posibilidad de acci¨®n que esa geometr¨ªa fundada en la semejanza de las extremidades, que s¨®lo busca el equilibrio e instaura la tediosa armon¨ªa de los extremos. La prueba del peri¨®dico es tan gr¨¢fica como la del espejo. Devuelve figuras sim¨¦tricas dignas de exposici¨®n. Hoy, por ejemplo.Uno: tan idiota es acusar a Y¨¢?ez de esnifar como demandar a Tamames por acusar. Dos: el problema no es que sea imposible el tercer sindicato, sino la paraaarite semejanza bilater¨¢l a la que han llegado los dos brazos sindicales. Tres: el pesimismo est¨¢ de moda, vale, pero sin olvidar su enorme simetr¨ªa cronol¨®gica y est¨¦tica con lo ocurrido hace un siglo, y tambi¨¦n que para evitar semejanzas filos¨®ficas con el denostado optimismo es insuficiente la melancol¨ªa o esa ira simple que s¨®lo es el polonegativo de la risa boba. Cuatro: las primarias no son para elegir dos candidatos a la Casa Blanca, sino para simetrizarlos, para transformarlos en ¨¢guila de dos cabezas. Vayamos m¨¢s r¨¢pido. El p¨²blico aplaude la simetr¨ªa bilateral de las fusiones bancarias, se hace pajas con la simetr¨ªa rotatoria de Sabrina, suspira por la simetr¨ªa local del chal¨¦ adosado, vota equilibrio, se cabrea con el Barga porque ya no es la contrafigura geom¨¦trica del Real Madrid, inventa famas con nombres de simetr¨ªa: Ol¨¦ Ol¨¦, los Albertos, Gil y Gil. S¨®lo hab¨ªa visto cosas as¨ª en los dibujos sumerios, los mosaicos bizantinos, los disc¨ªpulos de Borges y las vajillas de Lladr¨¢.
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