La mujer militar
EL GOBIERNO ha decidido resolver por la v¨ªa r¨¢pida del decreto-ley el vac¨ªo legal que existe para la participaci¨®n de la mujer en las Fuerzas Armadas. Aunque esta cuesti¨®n deber¨ªa abordarse de manera definitiva en la futura ley de la funci¨®n militar, el Gobierno ha juzgado con acierto que no pod¨ªa esperar tanto tiempo sin esbozar una salida legal a una situaci¨®n que choca con la prohibici¨®n constitucional de discriminaci¨®n por raz¨®n de sexo. El acceso total de la mujer a los Ej¨¦rcitos era claramente una cuesti¨®n de decisi¨®n pol¨ªtica, pues Espa?a es uno de los pocos pa¨ªses, incluidos los de mayor tradici¨®n democr¨¢tica, en los que no exist¨ªa una prohibici¨®n legal expresa. Hasta ahora, sin embargo, la participaci¨®n de la mujer en las Fuerzas Armadas era m¨¢s bien simb¨®lica.El Gobierno ha sido consciente de lo anacr¨®nico de esa situaci¨®n y de la fuerte presi¨®n social que se hab¨ªa creado en tomo a esta cuesti¨®n. Hace menos de un mes, la Audiencia Territorial de Madrid, al resolver el recurso de la joven Ana Moreno contra la negativa del Ministerio de Defensa a permitirle el ingreso en la Academia General del Aire, ech¨® sobre el Gobierno la responsabilidad de establecer las f¨®rmulas legales de acceso de la mujer al Ej¨¦rcito. Que la decisi¨®n gubernamental coincida con la sentencia judicial y, por tanto, pueda ser tachada de oportunista no impide reconocer el paso positivo que representa en la historia de la mujer en Espa?a y en la de las Fuerzas Armadas.
Seg¨²n el decreto-ley aprobado, la incorporaci¨®n de la mujer a la profesi¨®n militar lo es al fin a todos los efectos, aunque para el a?o en curso se limite a 24 cuerpos y a la Guardia Civil. No se excluye, por tanto, la posibilidad de integrarse en unidades de combate, si bien habr¨¢ que esperar al adecuado desarrollo reglamentario que haga factible esta incorporaci¨®n. El paso hacia la plena participaci¨®n ya ha sido dado, aunque no se podr¨¢n echar las campanas al vuelo hasta no ver c¨®mo se recorre el camino que va de lo legal a lo real. Existe todav¨ªa el peligro de que la burocracia y los prejuicios se lleven por delante muchas de las esperanzas que esta decisi¨®n permite albergar.
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