Dar una oportunidad a la paz

El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, abandon¨® Mosc¨² el pasado 23 de febrero con la esperanza de que las tropas sovi¨¦ticas dejaran Afganist¨¢n a final de a?o. Funcionarios sovi¨¦ticos aseguraron en privado que, despu¨¦s de la visita de Shultz, ten¨ªan m¨¢s esperanzas de que Washington les ayudase a conseguir su autoimpuesta limitaci¨®n de tiempo persuadiendo a Pakist¨¢n de que fuera menos obstinado respecto a un Gobierno provisional en Afganist¨¢n. Pakist¨¢n asegura que un Gobierno de esta naturaleza. facilitar¨ªa la estabilidad necesaria en Afganist¨¢n para llegar a convencer de que volvieran a sus casas a los tres millones de refugiados afganos existentes en Pakist¨¢n. Funcionarios norteamericanos afirmaron que tanto Estados Unidos como los sovi¨¦ticos deseaban un arreglo que venciera la resistencia tanto de Pakist¨¢n como de los elementos m¨¢s conservadores de la Administraci¨®n de EE UU. Pakist¨¢n tom¨® a EE UU por sorpresa con su postura de que no firmar¨ªa el acuerdo negociado por la ONU hasta que se formara un Gobierno provisional aceptable para los muyahidin. Estas nuevas posturas plantearon a Washington el dilema de obligarle a que fueran aceptadas y llegar a representar el obst¨¢culo para la paz o ser condenado por haber sacrificado los intereses de Pakist¨¢n y de los muyahidin para conseguir una armoniosa cumbre final entre Reagan y Gorbachov.6 de marzo