Fariseos
Est¨¢ visto que no salimos de la fatalidad de elegir entre el exilio exterior o el exilio interior. Este pa¨ªs ha producido hist¨®ricamente sucesivas oleadas de perseguidos que han ido por esos mundos pidiendo asilo pol¨ªtico, asilo ling¨¹¨ªstico, asilo econ¨®mico, y ahora est¨¢ a punto de generar un cuerpo de fumadores exiliados, en cuanto se ponga en vigor la nueva ley contra el tabaco, que se ha adelantado, sospechosa mente, a la ley sobre la contaminaci¨®n del medio ambiente o a leyes severas sobre el control sanitario de lo que comemos. El fumador es el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena de agentes contamina dores. Da m¨¢s cornadas el paro o los tubos de escape de los coches o las centrales nucleares o las industrias que pudren nuestros r¨ªos o las que se cargan nuestros bosques con lluvias de vitriolo... pero el fumador es el chivo expiatorio d¨¦bil que va a convertirse en la coartada de la miserable sanidad espa?ola.Una cosa es que se eduque a los fumadores, con las leyes encima de la mesa, para que no impongan su humo a los dem¨¢s, y otra, que se les prefigure como un enemigo interior, habida cuenta de lo feroz que es este pa¨ªs cuando puede perseguir impunemente a algo o a alguien. De prosperar el clima de linchamiento, s¨®lo nos queda o bien el exilio exterior hacia para¨ªsos de fumadores o el interior tratando de que se nos tolere fumar en el retrete, lugar por otra parte id¨®neo para la. conservaci¨®n de los puros. Ya podemos cambiar de r¨¦gimen o de p¨¢gina, que inevitablemente el retrete es el espacio de libertad al que volvemos, aunque pueda temerse en un futuro un sistema de seguimiento olfativo a cargo del servicio de informaci¨®n del Ministerio de Sanidad, que ser¨¢ el ¨²nico servicio que funcionar¨¢ de tan hipot¨¦tico ministerio, convertido en cementerio de ministros olvidables.
A partir de ahora, el farise¨ªsmo del que se queja porque le fuman en sus narices y no dice ni p¨ªo porque le contaminan hasta el caf¨¦ con leche queda legitimado. Fumar no es moderno. Lo ha dicho El Gran Hermano, es decir, El Gran Modernizador.
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