Elsa Ortiz
La boda de una pionera de la lucha de las madres solteras
Acaba de regresar de una accidentada luna de miel por tierras francesas e italianas con final en un hospital de G¨¦nova por culpa de problemas intestinales. Elsa Ortiz, de 36 a?os, presidenta desde su fundaci¨®n, hace 11 a?os, de la Asociaci¨®n de Madres Solteras para la Igualdad Jur¨ªdica y Social de sus Hijos, contrajo matrimonio el 1 de febrero con Fortunato Morini, Beppe, un delineante italiano de 30 a?os. Su nuevo estado civil la obliga a dimitir o a cambiar los estatutos de la asociaci¨®n, que agrupa a 500 mujeres.
"Est¨¢ claro que un hijo siempre es cosa de dos, pero en el caso de las madres solteras parece olvidarse que tambi¨¦n tiene que haber un padre". Elsa Ortiz reconoce que ha dedicado su tiempo libre y no libre a la asociaci¨®n, que por ella ha perdido incluso un trabajo como secretaria de direcci¨®n. "El jefe dijo que no pod¨ªa renovarme el contrato, porque hab¨ªa convertido la oficina de mi trabajo en una prolongaci¨®n de la asociaci¨®n. Menos mal que justo entonces el Ministerio de Trabajo nos concedi¨® una subvenci¨®n anual de tres millones de pesetas, la primera". De esto hace tres a?os."?Ha merecido la pena? S¨ª y no. De acuerdo con que en 1981 se promulg¨® una ley sobre filiaci¨®n, que reconoce el derecho de la madre soltera a la investigaci¨®n de la paternidad; pero el procedimiento de aplicaci¨®n ofrece tantas trabas que el porcentaje de mujeres que inician la investigaci¨®n no llega ni con mucho al 10%. Ahora tenemos una compa?era que lleva cinco a?os de pleitos". Y a?ade: "En Espa?a, por cada 25 nacimientos matrimoniales, uno es no matrimonial".Elsa Ortiz, madrile?a, ten¨ªa 23 a?os, estudiaba COU y trabajaba como auxiliar administrativa cuando naci¨® su hija Elsita. "La verdad es que mi caso ha sido de los menos dificiles y traumatizantes, aunque s¨ª lo suficiente como para saber la magnitud del problema que supone traer un hijo al mundo sola". Elsita fue reconocida voluntariamente por su padre, un chico canario que despu¨¦s la visitaba a menudo. "No nos casamos porque no nos quer¨ªamos tanto como para vivir juntos", cuenta Elsa Ortiz. "Para conseguir que me pasara una pensi¨®n mensual tuve, sin embargo, que presentarle una demanda por alimentos. Yo reclamaba 50.000 pesetas, el juez s¨®lo aprob¨® 20.00.
Afirma convencida que tener un hijo siendo soltera supone un enfrentamiento social mucho menor ahora que hace 10 a?os. "Es de las cosas menos raras que actualmente pueden pasar. Pero los ni?os siguen sufriendo lo mismo la ausencia del padre. Todos se inventan situaciones para disimular, diciendo que sus padres est¨¢n separados o divorciados. Elsita tambi¨¦n lo ha hecho".
En la conversaci¨®n, Elsa pasa de su hija a la asociaci¨®n, y viceversa, sin apenas darse cuenta. "Atravesamos un mal momento. Si no nos conceden una subvenci¨®n que permita que dos personas puedan liberarse y dedicarse de pleno a ella, la asociaci¨®n puede disolverse. Nuestro empecinamiento por ser independientes y no aceptar ninguna concomitancia pol¨ªtica nos ha hecho perder m¨¢s de un carro". Cuando comienza a hablar de su matrimonio, coge cari?osamente de la mejilla a Beppe, que no pierde baza: "?Por qu¨¦ no cuentas lo del bolet¨ªn monogr¨¢fico que hab¨¦is empezado a editar en la asociaci¨®n?".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.