La polic¨ªa mantiene la calma en Tibet en el aniversario de la insurrecci¨®n antichina
Las fuerzas de seguridad chinas lograron ayer evitar un nuevo brote de violencia nacionalista en Tibet en el aniversario de la insurrecci¨®n antichina de 1959. Tras los enfrentamientos del s¨¢bado pasado, la calma reinaba en Lhasa, la capital, donde fuertes contingentes de polic¨ªa armada y hombres solitarios con gafas oscuras patrullaban la ciudad.
Seg¨²n las escasas informaciones de que se dispone, Lhasa est¨¢ siendo patrullada por camiones militares, y los tibetanos necesitan un salvoconducto para acercarse a su catedral, el templo de Jojang, donde se desencadenaron los disturbios del pasado d¨ªa 5 durante las celebraciones del a?o nuevo tibetano.?sta es la segunda vez que los separatistas desaf¨ªan al Estado comunista chino en menos de medio a?o. La primera, vez, a finales de septiembre y principios de octubre, los enfrentamientos causaron unos 13 muertos, a pesar de que China ha negado siempre que las fuerzas de seguridad hayan abierto fuego contra los manifestantes.
Id¨¦ntica controversia opone ahora la versi¨®n china de los acontecimientos del pasado d¨ªa 5, que da un muerto y 300 heridos en las fuerzas del orden, a la de agencias occidentales, que hablan de entre 8 y 10 muertos entre ambos bandos.
Radio T¨ªbet, captada ayer en Pek¨ªn, ha anunciado, por su parte, la detenci¨®n, el pasado mi¨¦rcoles, de tres personas, que "cometieron desmanes" durante los sucesos del s¨¢bado, lo cual marca una diferencia con las manifestaciones del a?o pasado, a las que no sucedi¨® ning¨²n anuncio de detenci¨®n o represalia.
El actual Gobierno reformista chino se plantea un dilema que le habr¨ªa gustado evitar: abrir o cerrar el T¨ªbet. Ambas soluciones suscitan demasiadas amenazas. Cerrarlo supondr¨ªa crear una especie de zona de apartheid, y no pasar¨ªa semana sin que los medios de propaganda china se vieran obligados a salir al paso de alg¨²n malintencionado que se lo recordara. Abrirlo significa otorgar a los separatistas su. principal arma, de la que carecieron durante a?os: tener testigos, poder manifestar ante los ojos; del mundo y sensibilizar as¨ª a la opini¨®n internacional. Los disturbios del s¨¢bado ocurrieron en la primera ocasi¨®n, desde los sucesos de octubre pasado, en que se permiti¨® la entrada de la Prensa extranjera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.