VValdheim asiste en silencio a la ceremonia oficial del aniversario de la anexi¨®n de Austria por la Alemania nazi
ENVIADO ESPECIALEl Presidente austriaco, Kurt Waldheim, asisti¨® ayer en silencio a la ceremonia oficial del 50? aniversario de la anexi¨®n de Austria a la Alemania nazi, que se celebr¨® en el Palacio Imperial de Viena. La capital austriaca vivi¨® una jornada dominada totalmente por el recuerdo del fat¨ªdico 11 de marzo de 1938 en que Austria dej¨® de existir integr¨¢ndose al III Reich. A las 11.10 se guard¨® un minuto de silencio en todo el pa¨ªs.
En Viena se produjeron escenas impresionantes de centenares de personas quietas guardando silencio mientras repicaban. las campanas de la catedral de San Esteban. Tambi¨¦n callaron las emisoras de radio. Se celebraron decenas de actos de homenaje a las v¨ªctimas del nazismo, que continuar¨¢n hoy y ma?ana.Muchos de los actos se convirtieron en manifestaciones contra el jefe del Estado. Hoy se espera una gran concentraci¨®n para pedir su dimisi¨®n. Por la tarde grupos de antiguos resistentes antinazis se reunieron ante el monumento a las v¨ªctimas del nazismo en la plaza Morzin, junto al barrio jud¨ªo de Viena donde se encontraba el cuartel general de la Gestapo. El monumento, sobre el que unos desconocidos pintaron una cruz gamada hace d¨ªas se hallaba cubierto por ramos de flores y velas encendidas.
En principio estaba previsto que fuera Waldheim quien pronunciara el discurso conmemorativo en el acto oficial. Ante la amenaza de miembros socialistas del Gobierno y Parlamento de boicotear el acto en caso de intervenci¨®n de Waldheim, ¨¦ste se avino a que fueran el canciller socialdem¨®cra Frank Vranitzky y el vicecanciller democristiano Alois Mock quienes tomaran la palabra. Los embajadores acreditados en Viena no fueron invitados por voluntad expresa del jefe del Estado.
Vranitzky y Mock recordaron la complicidad de muchos austr¨ªacos con el r¨¦gimen nazi alem¨¢n pero tambi¨¦n los enormes sufrimientos de muchos que fueron v¨ªctimas de la persecuci¨®n, entre ellos la inmensa mayor¨ªa de la colonia jud¨ªa, as¨ª como los padecimientos de toda la poblaci¨®n en una guerra provocada por el nacionalsocialismo. Vranitzky hizo un llamamiento a la autocr¨ªtica y al debate, que no s¨®lo no es perjudicial para el Estado, dijo, sino "demuestra una gran preocupaci¨®n y vinculaci¨®n a la suerte del Estado".
Seg¨²n Vranitzky el violento debate que ha levantado en Austria la pol¨¦mica en torno al jefe del Estado y que se prolonga ya dos a?os no cuestiona el consenso b¨¢sico del Estado austr¨ªaco. Mock, por el contrario, llam¨® a acabar con la pol¨¦mica autodestructiva. El vicecanciller, el m¨¢ximo defensor de Waldheim, cuyo futuro pol¨ªtico parece ya irremisiblemente vinculado al del jefe del Estado, pidi¨® un "nuevo patriotismo" abierto a Europa y al mundo.
En un Consejo de Ministros extraordinario el canciller hab¨ªa se?alado que "s¨®lo podemos conquistar el futuro si lo cimentamos en el pasado". Aunque los dos dirigentes del Gobierno citaron el a?o 1934 como origen de la tragedia, la valoraci¨®n de aquellos a?os sigue enfrentando a los dos grandes partidos austr¨ªacos.
El partido de Mock se considera heredero del legado pol¨ªtico de los gobiernos autoritarios clericales de Dollfuss y Schussnigg, a quien consideran un combatiente antinazi. Los socialistas, por el contrario, consideran que fueron los gobiernos cl¨¦rico-fascistas los que abrieron el camino hacia la anexi¨®n a la Alemania nazi.
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