Tregua en la guerra de religi¨®n
Papandreu quiere reducir las tensiones al m¨ªnimo. Con Turqu¨ªa, con Estados Unidos, con los sindicatos, con la Iglesia. No parece el mismo que hace menos de un a?o provoc¨® la airada protesta de miles de popes por las calles de Atenas.El primer ministro pas¨® por el Parlamento la ley que expropiaba las bienes rurales de los monasterios ortodoxos y cuestionaba la independencia de la Iglesia en la administraci¨®n de su discutido y abundante patrimonio. Pero, aunque el texto fijaba un plazo de aplicaci¨®n de seis meses, han pasado casi 12 y no se ha devuelto una sola hect¨¢rea.
Papandreu y el arzobispo Seraf¨ªn de Atenas se reunieron a mediados de febrero y acordaron una tregua con una fecha tope: el 31 de marzo. Si la jerarqu¨ªa ortodoxa no tiene para entonces la autorizaci¨®n de los monasterios para entregar las tierras al Estado, la ley se aplicar¨¢. Adem¨¢s se crea un comit¨¦ mixto que elaborar¨¢ un informe del que puede salir el nuevo dise?o global de las relaciones entre los dos poderes, estrechamente relacionados en la historia de Grecia.
Mitsotakis considera la actitud del primer ministro como una victoria propia. "Desde el principio", asegura, "nuestro partido ha mantenido que la ¨²nica forma de resolver el problema era a trav¨¦s del di¨¢logo. Cuando el Gobierno se dio cuenta de que saldr¨ªa perjudicado si insist¨ªa en la aplicaci¨®n de la ley, dio marcha atr¨¢s".
La capilla y el ministerio
Por su parte, Antonis Tritsis, de 50 a?os, ministro de Educaci¨®n y Asuntos Religiosos, aut¨¦ntico padre de la ley, se muestra convencido de que la actitud m¨¢s conciliadora de la Iglesia es resultado de la aprobaci¨®n de la ley.Tritsis tiene en su despacho un icono del Sagrado Coraz¨®n, y el edificio de su ministerio es propiedad de la Iglesia (a la que paga un elevado alquiler) y se levanta sobre una centenaria capilla bizantina. En los ¨²ltimos meses, ha sido la bestia negra de la jerarqu¨ªa ortodoxa. A mediados de febrero present¨® su dimisi¨®n, que retir¨® tras "clarificar que no se cambiaba la pol¨ªtica".
Tritsis est¨¢ de acuerdo en que la clave de la ley no es la tierra (sobre gran parte de la cual no tiene la Iglesia t¨ªtulos claros), sino la administraci¨®n de los bienes e ingresos a trav¨¦s de consejos no dominados por la jerarqu¨ªa ortodoxa.
"Hasta nuestra llegada al poder, parte del sueldo de los 9.000 sacerdotes era pagada por la Iglesia", recuerda el ministro. "Nosotros les hemos dado los mismos beneficios que a los funcionarios p¨²blicos". Pero, dice, la Iglesia es en Grecia, por ley, "un cuerpo p¨²blico, como un ministerio", y no puede actuar libre de todo control.
Aunque el actual Gobierno sea socialista y de vocaci¨®n laica, la separaci¨®n entre la Iglesia y el Estado no est¨¢ en cuesti¨®n. "En nuestro programa", dice Tritsis, "figura delimitar claros campos de responsabilidad, pero la religi¨®n ortodoxa es componente de la cultura, civilizaci¨®n e identidad griegas". El 97% de la poblaci¨®n griega es ortodoxa.
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