Comienza la cuenta atr¨¢s para el conflicto afgano
El acuerdo marcar¨ªa un hito en el entendimiento de las superpotencias en el Tercer Mundo
La semana definitiva para la soluci¨®n del problema afgano se inicia hoy en Ginebra. La Uni¨®n Sovi¨¦tica tiene que firmar un compromiso de retirada de Afganist¨¢n, y Estados Unidos, el de cesar el suministro de armamento de la resistencia. Ambas superpotencias son las que mueven desde los bastidores del escenario negociador los peones afgano y paquistan¨ª para un acuerdo que marcar¨¢ un hito en la soluci¨®n de los conflictos del Tercer Mundo.
Las tropas de la URSS entraron en Afganist¨¢n en 1979 tras la petici¨®n del Gobierno procomunista de Kabul. Hoy, la ansiedad sovi¨¦tica por retirarse es tan clara que el embajador itinerante de Mosc¨², Nikolai Kozirev, se lamentaba el jueves pasado de que a¨²n no sean directas las conversaciones entre Pakist¨¢n y Afganist¨¢n sobre la consecuci¨®n del acuerdo que debe firmarse ma?ana para que el 15 de mayo comiencen a abandonar Afganist¨¢n los 115.000 soldados del Ej¨¦rcito rojo.El mediador de las Naciones Unidas, Diego Cordovez, inici¨® hace cinco a?os y medio negociaciones indirectas con los Gobiernos de Kabul e Islamabad, cuyos representantes han venido 11 veces a Ginebra sin encontrarse. Se esperaba que esta ronda, que deber¨ªa ser la ¨²ltima, hubiese sido directa. Iniciada el pasado d¨ªa 2, ha logrado un significativo consenso sobre que el 50% de los soldados sovi¨¦ticos se vayan en tres meses, y el resto en los seis siguientes. Sin embargo, la falta de un mayor entendimiento entre las dos superpotencias y las presiones sobre Pakist¨¢n de una resistencia afgana dividida est¨¢n frenando la posibilidad de acuerdo.
Washington quiere que con la salida de las tropas finalice la ayuda militar sovi¨¦tica a Afganist¨¢n. Mosc¨² arguye que la cooperaci¨®n entre Estados soberanos es absolutamente distinta del apoyo a los grupos levantados en armas. Las concesiones que las superpotencias hagan en este terreno servir¨¢n de modelo a la hora de resolver los conflictos de Angola, Camboya e incluso Nicaragua.
Divisi¨®n en la guerrilla
La divisi¨®n de la resistencia muyahidin dificulta enormemente el escenario afgano. Sebjatul¨¢ Modjadedi, uno de sus l¨ªderes m¨¢s moderados, abandon¨® el lunes pasado la alianza de siete partidos que trata desde hace un mes de formar un Gobierno provisional que reemplace al de Kabul. Seg¨²n Modjadedi, Pakist¨¢n sustenta a los grupos m¨¢s fundamentalistas. Modjadedi volvi¨® a integrarse en la alianza el mi¨¦rcoles tras afirmar que ha logrado "ciertos compromisos" de Pakist¨¢n y que hab¨ªa sido presionado por los dem¨¢s dirigentes tribales y comandantes para que permaneciera en la coalici¨®n.Son los muayhidin integristas, el brazo m¨¢s fuerte de la guerrilla, quienes rechazan al ex monarca Zahir Shah -la figura que tiene mayor respeto popular- y est¨¢n contra las conversaciones que auspicia la ONU, por no estar representados, y aseguran que la guerra continuar¨¢ tras la retirada sovi¨¦tica.
Pakist¨¢n, portavoz de la guerrilla, exige que la firma del acuerdo est¨¦ ligada a la ca¨ªda de Mohamed Najibul¨¢ y a un claro compromiso de que se instalar¨¢ un Gobierno que recoja el espectro nacional y amplia aceptaci¨®n.
Tambi¨¦n en Ginebra, la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU ha hecho un llamamiento a todas las partes para que el nuevo Gobierno de Kabul garantice "el libre ejercicio del derecho a la autodeterminaci¨®n" y permita la vuelta de los m¨¢s de cinco millones de refugiados afganos, tres de los cuales est¨¢n en Pakist¨¢n y dos en Ir¨¢n.
"Debe llegarse muy pronto a una determinaci¨®n sobre la soluci¨®n", dijo el embajador sovi¨¦tico en la primera conferencia de prensa que realiza en Ginebra y en la que se respiraba el deseo del Kremlin de un acuerdo.
Mijail Gorbachov quiere que la retirada haya comenzado cuando se reuna con Ronald Reagan en mayo, en Mosc¨².
[Yunis Jalis, jefe de la alianza de siete partidos de la resistencia, dimiti¨® ayer de su puesto alegando "problemas de salud"].
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