El torero Antonio Posada
El torero Antonio Posada instrument¨® ayer en Valencia una serie de muletazos sacando el novillo a los medios, como pocas veces se ve en la hora actual de la tauromaquia. El torero Antonio Posada es hijo del matador de toros Juan Posada -a la saz¨®n cr¨ªtico taurino de Radiocadena- y se le nota la escuela a la legua. En realidad, a todos los toreros y toreritos se les advierte la escuela, a poco que uno escarbe las capas de su personalidad. Espartaco Chico, ayer cabecera del cartel, es continuador de la que abraza su fraternal hom¨®nimo, y El Jose sigue la que le ense?aron profesores, aderezada de una valencian¨ªa art¨ªstica que tampoco le viene mal.El torero Antonio Posada repite en Las Ventas aquellos ayudados, aquellas trincheras ce?id¨ªsimas, aquellos pases de la firma, aquellos cambios de mano, todo ligado en andadura hacia el centro del redondel, donde remat¨® con un pase de pecho de cabeza a rabo, y se coloca en lo cimero del escalaf¨®n, para siempre jam¨¢s. El p¨²blico valenciano no es que dejara de aplaudirle, pues refrend¨® la tanda con una ovaci¨®n, pero las palmas no hac¨ªan humo, ni vibraba el tendido, y se duda mucho, por tanto, que llegara a entendler la categor¨ªa de los muletazos cl¨¢sicos, el m¨¦rito del artista que los interpretaba a ley.
Higuero / Espartaco Chico, Jose, Posada
Cuatro novillos de Miguel Higuero; 5?, sobrero de Alcurruc¨¦n; 6?, de Montalvo: chicos, flojos, sospechosos de pitones, manejables. Espartaco Chico: pinchazo hondo ca¨ªdo y media delantera (silencio); pinchazo y estocada (palmas y saludos). El Jose: estocada corta contraria -aviso con retraso- y descabello (palmas y saludosk estocada corta trasera y cuatro descabellos (vuelta). Antonio Posada. cinco pinchazos, dos de ellos perdiendo la muleta -aviso con retraso- y dos descabellos (palmas y saludos); pinchazo a toro arrancado perdiendo la muleta, otro pinchazo -aviso- y estocada desprendida (palmas). Plaza de Valencia, 14 de marzo. 2? corrida fallera.
Apuntes de toreo bueso
Continu¨® Antonio Posada su faena jalon¨¢ndola de apuntes de toreo bueno, pero sin continuidad, ni continencia para rematarla cuando el novillejo le pecha la muerte. Lo mismo la del sexto, en la que incluy¨® unos naturales de frente, Hevando al toro muy toreado. El torero Antonio Posada est¨¢ claro que ha penetrado en el sentido de la lidia y sabe que al toro hay que ganarle el terreno. Sus ver¨®nicas -unas juntas las zapatillas, otras abierto el comp¨¢s-, eran siempre de paso adelante para rematar en los medios, e igual t¨¦cnica empleaba en los naturales, redondos y restante repertorio de muleta. No ha comprendido, sin embargo, la medida que deben tener las faenas bien constru¨ªdas, y las hac¨ªa interminables.El pegapasismo interminable y desaforado es, por otra parte, vicio de la ¨¦poca, muy arraigado entre matadores de campanillas, y se entiende que los novilleros sigan su ejemplo. Espartaco Chico, absolutamente fiel a lo que se lleva, no paraba de pegarles pases a sus dos inv¨¢lidos novillos, y debi¨® dar cien por pit¨®n.
Tambi¨¦n fue pegapasista El Jose en su primero, un manso de solemnidad que intent¨® tres veces brincar la barrera, huy¨® despavorido de la acorazada de picar y lleg¨® reserv¨¢n al ¨²ltimo tercio. En cambio se destap¨® la finura estil¨ªstica de El Jose con el boyante sobrero, al que mulete¨® con dominio de la situaci¨®n, suavidad y ritmo, y asimismo con la suerte descargadilla, que es otra triqui?uela propia de figuras, y se la ha aprendido.
Este peculiar toreo al rev¨¦s caracteriza la actual tauromaquia, y por eso sorprende -y, desde luego, se agradece- que irrumpa en el escalaf¨®n de novilleros uno inibu¨ªdo de torer¨ªa para ponerlo al derecho. El torero imbu¨ªdo de torer¨ªa es hijo de Juan Posada, que hace ya 30 a?azos sab¨ªa torear -y toreaba- como los ¨¢ngeles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.