Ra¨²l Ruiz , la magia de la imaginaci¨®n en la semana de cine de M¨¢laga

La 16? Semana Internacional de Cine de Autor de M¨¢laga, que estos d¨ªas se celebra en el Palacio de Congresos de la Costa del Sol, situado en Torremolinos, contin¨²a ofreciendo personal¨ªsimos y valorables filmes, enmarcados en la pol¨ªtica de autores y dentro del esp¨ªritu de Benalm¨¢dena -denominaci¨®n anterior del certamen- ofreciendo nuevas cinematograf¨ªas, difundiendo la obra de nuevos autores y permitiendo reflexionar sobre la obra de algunos pocos conocidos, tal como declar¨® el director de la Semanautor, Julio Diamante, en su manifestaci¨®n de principios programativos.Adem¨¢s de los ciclos, retrospectivas y homenajes (Georges Franju, Eric von Stroheim, Vicente Aranda, Mitsuo Yanagimachi, Arturo Ripstein, Humberto Sol¨¢s), de una selecci¨®n de de las mejores pel¨ªculas espa?olas del a?o y de un espacio dedicado al v¨ªdeo, La imagen sublime, muestra antol¨®gica de la creaci¨®n espa?ola en dicho medio desde 1970, el inter¨¦s se extiende a la secci¨®n Panorama hoy, que engloba la secci¨®n oficial y la informativa. Entre los t¨ªtulos hasta ahora programados en ella, un cineasta latinoamericano, Ra¨²l Ruiz, con El mochuelo ciego, ha despertado el mayor inter¨¦s de p¨²blico y cr¨ªtica.

La coproducci¨®n francesa El mochuelo ciego est¨¢ basada en el relato hom¨®nimo de Sadegli Hedayat y en El condenado por desconfiado, de Tirso de Molina. Su argumento se inicia con la atracci¨®n que siente un proyeccionista de cine por el filme que est¨¢ proyectando, una serie B oriental.

A partir de aqu¨ª -cine dentro del cine-, Ra¨²l Ruiz, el cineasta chileno exiliado en Francia y mito de los cin¨¦filos europeos, libera su fantas¨ªa, fascin¨¢ndonos con sus im¨¢genes, dando rienda suelta a su m¨¢gica facilidad para hacer cine con m¨ªnimos ejementos, y sorprendi¨¦ndonos con su fascinante creatividad. Ruiz, que afirma que la idea de acabamiento est¨¢ en total contradicci¨®n con el cine, entre el laberinto circular surrealista, la tradici¨®n de los cuentos ¨¢rabes y el recuerdo del infierno de Dante, sorprende y seduce, tanto por la palabra como por la imagen, y devuelve la fe en el poder de atracci¨®n subconsciente del cinemat¨®grafo.