?Machismo o feminismo?
A ra¨ªz de los actos celebrados en el D¨ªa Internacional de la Mujer por grupos feministas cabe, qu¨¦ menos, hacer unas reflexiones al respecto.En ese d¨ªa, miles de voces se alzaron contra el sexismo, los malos tratos, las violaciones. Se concentraron miles de personas, en distintos puntos del globo, para reivindicar los derechos de la mujer, para hacer p¨²blicos problemas e injusticias, para dar a conocer proposiciones y soluciones. Miles de personas, ni?os, mujeres y hombres.
En Madrid no fue distinto. Diversas organizaciones feministas convocaron actos p¨²blicos, concentraciones, manifestaciones y fiestas. A todos ellos -bueno, a casi todos- asistieron miles de personas en un ambiente de libertad, de cooperaci¨®n y de solidaridad. Mujeres, ni?os y hombres aunaron sus voces, su entusiasmo y sus ideas en pro de una misma causa. Abogaron por la no discriminaci¨®n en el mercado de trabajo por raz¨®n de sexo, por que las violaciones sean justamente castigadas, por que la mujer decida por ella misma en una serie de cuestiones personales, etc¨¦tera. Durante todo el recorrido, desde la plaza de Jacinto Benavente hasta Atocha, los gritos en contra del machismo, a favor del aborto, en contra de la Conferencia Episcopal, se sucedieron. Miles de voces, femeninas y masculinas, dijeron lo mismo, se unieron, porque se entendi¨® que en la uni¨®n est¨¢ la lucha.
Cuando, al final del trayecto, se corearon los ¨²ltimos gritos, se convid¨® en p¨²blico a una fiesta en un lugar c¨¦ntrico, cercano a la plaza de Santa Ana. La gente se disolvi¨®. Era el ¨²ltimo acto, era un acto l¨²dico, broche de oro para una brillante jornada.
Pero el broche de oro se convirti¨® en lat¨®n. En la fiesta no dejaban pasar a los hombres, a esos mismos que hab¨ªan apoyado los actos; que corearon, junto con las mujeres, las mismas consignas; que son conscientes del cambio social, de las injusticias contra este sexo; que entienden que la mujer tiene un puesto de honor en esta nueva sociedad. A estos hombres, los grupos feministas que llevaron el peso de la organizaci¨®n no les dejaron entrar. Han ca¨ªdo, como los machistas, en la misma discriminaci¨®n: han ca¨ªdo en el sexismo. S¨®lo hay una cosa que diferencia el machismo del feminismo mal entendido: el primero mea de pie, y el segundo, sentado, pero a ambos se le sale del retrete.-
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