J. G. Ballard dice escribir "a modo de advertencia"
Hoy se estrena en Europa 'El imperio del sol', basada en su novela hom¨®nima
J. G. Ballard era un autor conocido cuando Steven Spielberg decidi¨® llevar su novela "El imperio del sol (publicada en Espa?a por Edhasa) al cine. Era conocido por sus obras de ficci¨®n cient¨ªfica o, como ¨¦l mismo las define, de ficci¨®n especulativa, pero tambi¨¦n por la narraci¨®n que ha servido de base al filme de Spielberg, que era, precisamente, su primera novela radicalmente fuera del g¨¦nero, con fuertes componentes autobiogr¨¢ficos. La visi¨®n de la pel¨ªcula, que hoy se estrena en diversas ciudades de Europa, le ha dejado satisfecho respecto a la obra y emocionado en la medida en que ha revivido momentos de su propio pasado en Shangai. Ballard, que se niega a considerarse un autor pesimista, afirma que escribe "a modo de advertencia
J. G. Ballard ha escrito m¨¢s de una veintena de libros y sigue trabajando en nuevos relatos aunque con un ritmo roto por entrevistas, presentaciones de la pel¨ªcula, y otros actos sociales. Hace unos meses que termin¨® una novela, The Day of Creati¨®n, que este mismo a?o aparecer¨¢ en ingl¨¦s, franc¨¦s e italiano y, entre viaje y viaje, acto y acto, escribe narraciones cortas. Pero lo que verdaderamente le absorbe el presente es el seguimiento del filme. "La pel¨ªcula de Steven Spielberg", afirma Ballard, "es muy emocionante y me ha impresionado mucho. Me pareci¨® muy cercana al esp¨ªritu de mi novela, e incluso a la letra. Creo que Spielberg ha sido muy fiel al libro. Obviamente, una pel¨ªcula no puede contener todos los episodios de la novela, de lo contrario durar¨ªa 30 horas, pero el resultado es impresionante e interesante. Parece una pel¨ªcula ¨¦pica, pero de hecho es un profundo estudio psicol¨®gico del chico que es el protagonista. Es muy poco usual encontrar la forma ¨¦pica aplicada a un estudio psicol¨®gico de la ni?ez".Ballard narra en el libro la historia de un muchacho ingl¨¦s residente en Shangai e internado por los japoneses en un campo de concentraci¨®n durante la segunda guerra mundial. Es su propia historia, s¨®lo que en la ficci¨®n el muchacho se ve aislado de los padres y en la realidad estuvieron juntos. Al terminar la guerra, Ballard, march¨® a Inglaterra y all¨ª vive, en Shepperton, una peque?a ciudad de Middlessex, no muy lejos de Londres. Jam¨¢s ha vuelto a Shangai. "Al ver el filme" explica, "fue muy extra?o ver de nuevo la ciudad de la que me fui para no volver en 1946". Tambi¨¦n le afect¨® la visi¨®n del muchacho que protagoniza la pel¨ªcula: "Se parece mucho a m¨ª. Mis fotograf¨ªas de cuando ten¨ªa 10 o 12 a?os tienen una carra muy similar. El imperio del sol es una novela semibiogr¨¢fica. Describe muchas experiencias de las que yo fui testigo, Shangai, mi casa, la calle donde viv¨ªa, mis padres, el campo de concentraci¨®n en el que me tuvieron los japoneses, pero, claro, en la pel¨ªcula los personajes est¨¢n interpretados por actores brit¨¢nicos. Los conozco, los he visto en muchas pel¨ªculas y, por lo tanto, s¨¦ que es una pel¨ªcula. Pero Spielberg ha podido hacer algo que yo no he podido, ¨¦l fue a Shangai y rod¨® la pel¨ªcula all¨ª. Yo s¨®lo puedo describir el Shangai de la novela, ¨¦l describe el verdadero Shangai".
Para Ballard, el ni?o que representa el papel protagonista, Christian Bale, hace la mejor actuaci¨®n que haya visto hacer jam¨¢s a un ni?o. Creo que, debido a su riqueza psicol¨®gica, hay muy pocos ni?os actores que pudieran crear la impresi¨®n de lo que ser¨¢n cuando sean adultos y este ni?o lo consigue. Al final de la pel¨ªcula se ven en sus ojos, s¨®lo tiene 13 a?os, una mirada que expresa lo que ser¨¢ cuando crezca".
Hechos y sensaciones
Ballard reconoce que una de las dificultades de la pel¨ªcula era adaptar el tono objetivo de la novela en la que un narrador en tercera persona va describiendo hechos y sensaciones, siempre apegado al personaje principal, pero cree que, dentro de las convenciones que el cine impone, Steven Spielberg lo ha conseguido."Creo que al final de la historia, por ejemplo, durante el ataque de los americanos al campo de aviaci¨®n, muy pr¨®ximo al campo de concentraci¨®n, los acontecimientos son tan extra?os que uno no sabe si han sido inventados por la imaginaci¨®n del chico o si realmente existen fuera de ella. Y eso es un tributo a Spielberg, porque es capaz de sugerir ese- punto final al que uno llega en tiempos de crisis, no importa si es un accidente de aviaci¨®n o de autom¨®vil, o la guerra o el derrumbe de un edificio p¨²blico. Cuando uno se siente impactado por un suceso como ¨¦sos, no est¨¢ seguro de si es real o lo ha imaginado".
La expresi¨®n que da t¨ªtulo a la novela, El imperio del sol, es polis¨¦mica. Por una parte tiene el referente obvio del imperio japon¨¦s, pero tambi¨¦n, y ello se aprecia perfectamente en la novela, a la bomba at¨®mica: "el otro imperio del sol, el que gana", explica Ballard, "y es ese sol at¨®mico lo que Jim, el muchacho, cree estar viendo en los momentos finales de la guerra. ?l cree estar viendo los destellos de la bomba sobre Nagasaki y es ese otro sol el sol que brillar¨¢ en todo el mundo cuando termine la segunda guerra mundial y lo que le lleva a pensar que est¨¢ empezando una tercera guerra mundial, por entregas".
Surrealismo
Ballard cree que la educaci¨®n tradicional inglesa recibida ha influido en el conjunto de su obra, pero resalta, entre sus autores favoritos, a Swift, Defoe y Coleridge, mientras que dice no estar en absoluto interesado en los realistas. "Es imposible", afirma, "escribir nada de ficci¨®n cient¨ªfica, que es lo que yo escrib¨ªa al principio de mi carrera, sin la influencia de Los viajes de Gulliver y de Robinson Crusoe". Y contin¨²a: "Creo que tambi¨¦n he sido influido por la novela psicol¨®gica, los mitos y leyendas antiguos y los grandes poetas simbolistas del siglo XIX". Pero, en especial, Ballard reconoce el impacto del surrealismo y del psicoan¨¢lis en su producci¨®n. "El surrealismo del siglo XX tiene una gran conexi¨®n con el psicoan¨¢lisis, se podr¨ªa decir que ¨¦ste proporciona la principal fuente de s¨ªmbolos para los surrealistas. Yo empec¨¦ a estudiar medicina y, cuando era joven, quer¨ªa ser doctor, algo bastante habitual. El psicoan¨¢lisis me parec¨ªa y me parece uno de los medios m¨¢s efectivos para investigar en los paisajes intemos de la mente, al tiempo que proporciona el escenario de la narrativa, del mundo interior".En su opini¨®n, todas sus novelas son "historias de realizaci¨®n psicol¨®gica. Como los mitos cl¨¢sicos, mis h¨¦roes pasan por muchas pruebas, como Jon¨¢s, el h¨¦roe b¨ªblico tragado por la ballena. Mis h¨¦roes descienden al submundo, al infierno, antes de descubrirse a s¨ª mismos y llegar a realizarse. La gente dice que soy un escritor pesimista porque toda mi narrativa se basa en una especie de paradoja, en una paradoja l¨®gica. El h¨¦roe tiende a abrazar objetos de los que la mayor¨ªa huir¨ªa. Pero no soy pesimista, en todas mis novelas, el h¨¦roe acaba realiz¨¢ndose, encontrando su propia identidad".
Ha escrito muchos libros que, habitualmente, han sido catalogados como ficci¨®n cient¨ªfica, pero ¨¦l prefiere otras denominaciones: "escribo ficci¨®n especulativa... ficci¨®n sobre el mundo actual, el mundo de la tecnolog¨ªa. Escribo a modo de advertencia. Si en una calle un hombre pone una se?al que dice 'curvas peligrosas', no es un pesimista, est¨¢ avisando a la gente, a los conductores, pero eso no lo convierte en pesimista".
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