Comedia de tel¨¦fonos voladores

En el material publicitario que acompa?a el estreno de Mujeres al borde de un ataque de nervios hay un apartado dedicado a la biofilmograf¨ªa de Pedro Almod¨®var en el que puede leerse: "Se inicia en el cine con una c¨¢mara de super 8 mil¨ªmetros atacando todos los g¨¦neros". En 1988 la c¨¢mara es una Panavision, pero el cineasta sigue atacando todos los g¨¦neros, si por atacar se entiende moverse con entera libertad dentro de sus convenciones, que respeta o no de la misma manera que afrontaba la tradici¨®n neorrealista en ?Qu¨¦ he hecho yo para merecer esto?, el melo en Entre tinieblas o la tragedia y el drama en Matador y La ley del deseo. Almod¨®var propone una relectura y reutilizaci¨®n de los viejos moldes que permite reunir a Cocteau y La Lupe, la trascendencia vanguardista con el desgarro popular, el teatro y el cine, el vodevil y Cukor, sin que el producto deje de ser coherente.El tema predilecto u obsesivo de Almod¨¢var es la falta d¨¦ reciprocidad entre los amores o los deseos. Sus personajes pueden vivir en una ciudad ideal, estilizada, ganarse muy bien la vida,y vestir con elegancia, pero nada les evita amar a otro u otra que a su vez prefiere a un tercero o tercera que tampoco se siente especialmente atra¨ªdo por ninguno de los dos anteriores, porque hay un cuarto personaje que ampl¨ªa el c¨ªrculo de pasiones no correspondidas. En Mujeres..., Carmen Maura es Pepa, una actriz de doblaje que ve c¨®mo se va a pique su relaci¨®n con Iv¨¢n (Fernando Guill¨¦n), su compa?ero y colega de oficio. Durante toda la pel¨ªcula, Pepa espera una llamada o un encuentro, desea que esa voz que tan estupendamente miente desde la pantalla cobre corporeidad o suene en directo. No hay manera. Para su desgracia, para desgracia de la chica, tal y como dir¨ªa el director, ella cree en la palabra y se desmaya cuando oye a Iv¨¢n declar¨¢ndosele a trav¨¦s de los cuerpos interpuestos de Sterling Hayden y Joan Crawford.

La importancia que la voz y la palabra tienen para Pepa son un eco de la que les concede Almod¨®var, que por algo procura rodar siempre en sonido directo. En Mujeres..., tel¨¦fonos y contestadores se ven arrancados de sus conexiones y salen volando por las ventanas.

Rid¨ªculo

Personalmente me siento m¨¢s atra¨ªdo por el Almod¨®var de Matador que por el de Mujeres..., porque la apuesta era m¨¢s arriesgada. All¨ª el peligro era el rid¨ªculo y la falsedad; aqu¨ª tan s¨®lo la falta de ritmo o los excesos verbales. Alguien que rueda planos tan hermosos como ese travelling cenital siguiendo el haz luminoso del proyector de la sala de doblaje o que se atreve a montar en formato scope y en primer plano los pasos nerviosos de una mujer abandonada no puede fallar contando algo que se ampara en la f¨®rmula de la alta comedia. El tono justo, ese matiz de maestr¨ªa tan dificil, ese toque sobre el que se escriben libros sin llegar a definirlo, eso ya no depende tanto del talento y esfuerzo del director como de la fortuna o de tener dotes que hay que suponer innatas. En Mujeres... hay algunos momentos en que las historias paralelas no se integran en el conjunto -el episodio de la investigaci¨®n policial, por ejemplo- o que est¨¢n creados y solucionados de manera convencional -casi todo lo -que ocurre en el aeropuerto.Obsesiones tem¨¢ticas al margen, el cine de Almod¨®var tambi¨¦n se caracteriza por su utilizaci¨®n de los actores. De la misma libertad que ¨¦l se otorga a la hora de forjarse un bagaje cultural se benefician los actores cuando crean sus personajes. Actrices como Carmen Maura, Julieta Serrano o Chus Lampreave son b¨¢sicas para el cineasta, pero tambi¨¦n es verdad que antes nadie hab¨ªa logrado aprovecharlas para el cine. En Mujeres... Mar¨ªa Barranco se suma al recital de actrices, y en papeles m¨¢s breves, tambi¨¦n est¨¢n magn¨ªficas Rossy de Palma, Kitti Manver y Loles Le¨®n. Los personajes masculinos son de composici¨®n, y tanto Banderas como Montesinos, ?ngel de Andr¨¦s L¨®pez o el recuperado Guill¨¦n no desmerecen a las chicas. Menci¨®n especial para Bernardo Bonezzi y su m¨²sica. S¨®lo le falta haber compuesto un fox que llevase por t¨ªtulo El gazpacho ciega mis Ojos para que su fusi¨®n con el esp¨ªritu de la pel¨ªcula fuese perfecto.