La huelga general de hoy en Portugal, un reto para Cavaco Silva
La huelga general de 24 horas convocada para hoy por las dos centrales sindicales portuguesas -la CGTP, de orientaci¨®n comunista, y la UGT, que agrupa a socialistas, socialdem¨®cratas y democristianos- coloca al Gobierno del socialdem¨®crata An¨ªbal Cavaco Silva ante la mayor protesta laboral de los ¨²ltimos dos a?os en Portugal.Es la primera vez que las dos centrales sindicales aceptan luchar codo a codo, aunque no juntas, contra el proyecto de revisi¨®n de la legislaci¨®n laboral centrado en la liberalizaci¨®n del despido y la generalizaci¨®n del empleo temporal para los j¨®venes de menos de 25 a?os. Cerca de 200 sindicatos, que afirman representar m¨¢s de dos millones de trabajadores portugueses, se han unido al movimiento que parti¨® de una inciativa de la UGT y tiene el apoyo de todos los partidos de la oposici¨®n, desde los comunistas al partido democristiano.
El Gobierno afirma que la movilizaci¨®n no le quita el sue?o y que est¨¢ seguro de que la mayor¨ªa de los trabajadores portugueses no apoyar¨¢n el paro, que tiene, seg¨²n Cavaco Silva, "objetivos claramente pol¨ªticos". La legislaci¨®n laboral, que ser¨¢ votada el 14 de abril por el Parlamento de Lisboa, donde el Gobierno dispone de una confortable mayor¨ªa absoluta, corresponde, en opini¨®n del Gobierno, a una necesidad: asegurar la competitividad de las empresas portuguesas en los mercados europeos y permitir la creaci¨®n de puestos de trabajo para los 200.000 j¨®venes que buscan actualmente un lugar en la vida econ¨®mica activa.
Presiones pol¨ªticas
Pese al optimismo oficial acerca del "fracaso de la manipulaci¨®n laboral", el Gobierno ha hecho todo lo posible para desmovilizar la huelga y limitar sus efectos m¨¢s visibles. Las empresas estatales de transporte p¨²blico han sido obligadas a prestar servicios m¨ªnimos que incluyen el funcionamiento al 100% en las llamadas horas punta. Las fuertes presiones pol¨ªticas sobre los sindicalistas socialdem¨®cratas han provocado serias divergencias en el interior de la UGT que han dado origen a una profunda crisis en la direcci¨®n de la central, con dimisiones en serie. Sin embargo, se descarta una eventual ruptura en el interior de la direcci¨®n de la UGT, ya que los enfrentamientos no son entre a los sindicalistas socialistas y socialdem¨®cratas, sino que dividen a estos ¨²ltimos entre ellos.Seg¨²n los observadores, la prueba de fuerza entre el movimiento sindical y el Gobierno tendr¨¢ efectos graves para ambas partes a medio plazo. Para las centrales sindicales, un eventual fracaso o un ¨¦xito limitado de la huelga puede acelerar el proceso de desmovilizaci¨®n de los trabajadores portugueses, ya que todos admiten que la legislaci¨®n laboral ya no puede volver atr¨¢s. Para el Gobierno, la ruptura del pacto laboral y del di¨¢logo con las centrales sindicales significa un mayor aislamiento frente a las presiones de las organizaciones patronales y de la derecha radical.
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