Cruz y raya
El 21 de marzo de 1988 se public¨® en este peri¨®dico un art¨ªculo de Fernando Savater en el que se daba cuenta de un debate mantenido en San Sebasti¨¢n entre ¨¦l y yo acerca de la negociaci¨®n. En dicho art¨ªculo se hac¨ªa una exposici¨®n de lo que all¨ª yo dije. Mi intenci¨®n en lo que sigue es fijarme, muy sint¨¦ticamente, en el contenido de lo escrito por Fernando Savater en lo que respecta a mis palabras. Para nada deseo entrar en cuestiones personales que poco me interesan. Y mucho menos en una posible pol¨¦mica.Antes de nada quiero dejar bien claro que mi pensamiento no tiene por qu¨¦ interpretarlo nadie. Me basto a m¨ª mismo para decir o no decir lo que desee y existen medios adecuados que se puedan hacer cargo de las palabras que uno vierte p¨²blicamente. En este sentido, nadie le ha pedido vela alguna para que traduzca el producto de mi charla. Pero es que, para rematarlo, lo que escribe que yo dije es falso y acusatorio.
Seg¨²n El Diario Vasco, yo sostuve que "ETA no representa a nadie, pero lo que defiende, lo defiende tambi¨¦n una parte importante del pueblo vasco". Y, seg¨²n Egin, "S¨¢daba indic¨® que, efectivamente, ETA no representa al pueblo vasco, pero lo que defiende es lo que defiende una parte importante del pueblo vasco". Recojo estos testimonios de dos peri¨®dicos locales y con distintos colores que, en lo m¨¢s delicado y pol¨¦mico, son mucho m¨¢s objetivos que Savater. Pero lo que es m¨¢s importante: la sustancia de mi intervenci¨®n se centr¨®, por encima de todo, en la paz. Dije que, por m¨²ltiples razones, la paz es superior a la guerra. Y lo apoy¨¦, ciertamente, con lo que suele entenderse por razonamiento filos¨®fico. En calidad de tales ¨ªbamos y por ello me detuve en los aspectos morales, l¨®gicos y pol¨ªticos del problema. Todo lo dem¨¢s es parcial, descontextualizado o no haberse enterado de nada.
Pero, adem¨¢s, lo que Savater afirma es acusador. ?Qu¨¦ le parecer¨ªa a cualquier persona sensata que yo escribiera en un diario vasco que Savater es un buen chico, pero que, en el fondo, apoya o anima a los GAL? Le parecer¨ªa, como m¨ªnimo, una insensatez. Que no se preocupe que nunca har¨¦ tal cosa. Es, no obstante, y en la forma opuesta, lo que se seguir¨ªa de su escrito. Y eso, repito, es falso. Mi intenci¨®n ha sido y sigue siendo la de romper la l¨®gica de la guerra que atraviesa a Euskadi. Y si estoy dispuesto a defender hasta el final lo que creo que son los derechos democr¨¢ticos de quien sea, m¨¢s dispuesto estoy a¨²n a defender la paz. Precisamente y antes de comenzar lo que iba a ser el contenido de mi charla, le¨ª, al pie de la letra, un folio en el que advert¨ªa lo siguiente: a pesar de mi admiraci¨®n por el pueblo vasco, era hora de reconocer que a los vascos se nos ha endurecido el alma, por lo que ser¨ªa necesaria una consideraci¨®n sin miramientos de las fatales consecuencias que conlleva la p¨¦rdida de maneras y la instalaci¨®n continua de la muerte.
Dije, naturalmente, muchas cosas m¨¢s. Habl¨¦, indirectamente, por ejemplo, de la autodeterminaci¨®n. Igual que dije, en un momento dado, que no era democr¨¢tico, verbigracia, que no aparezca nunca en un programa de televisi¨®n un eurodiputado elegido por sufragio como Txema Montero, mientras est¨¢n todo el d¨ªa otros pol¨ªticos vascos menos votados. Independientemente de que tengan m¨¢s raz¨®n unos u otros. Supongo que esto irrita. E irrita porque no hay modo de refutarlo. O, mejor, la ¨²nica refutaci¨®n consistir¨ªa en que ma?ana mismo se desbloquearan los medios p¨²blicos y la tolerancia democr¨¢tica hiciera vanas mis palabras. No creo que tal cosa ocurra. La cadena de obediencias es tan grande y la sumisi¨®n ha llegado a tal punto que la ¨²nica seudoargumentaci¨®n que espero es la que se salda con el silencio o la calumnia. M¨¢s a¨²n, si no tengo raz¨®n en lo que digo, desafiar¨ªa a Savater a que podamos exponer claramente lo que ambos dijimos en San Sebasti¨¢n en cualquier medio de difusi¨®n nacional que sea realmente tal. Si los poderes son democr¨¢ticos, que se note, y si no, que se reconozca.
No voy a a?adir m¨¢s en lo que ata?e a la negociaci¨®n. Simplemente estoy a favor de ella y, se interprete como se quiera, siempre tendr¨¢ una adjetivaci¨®n pol¨ªtica. Si se hace a tiempo, con inteligencia y concesiones, se conseguir¨¢, para todos, mucho m¨¢s que hablando a lo tonto. Por eso es absurdo tergiversar cualquier opini¨®n discordante, como se est¨¢ haciendo ¨²ltimamente, con una irresponsabilidad que asusta. En cuanto se dice algo que no es oficial, sale el mandao de turno y te llama neoanarquista o alguna bobada semejante.
Se puede pedir la libertad de Revilla, estar en contra de cualquier atentado y pedir, entre otras cosas, que se respeten los deseos de autodeterminaci¨®n. Esto no es jugar a Cantinflas (quien, por cierto, me gusta). Es, sencillamente, distinguir y razonar. El que no distingue, sonaba un viejo adagio filos¨®fico, confunde. Naturalmente, yo no soy culpable de que no se quiera o no se pueda ejercitar dicho arte. Como no soy culpable de que la gente no aplaudiera a Savater o encontrara pobre su exposici¨®n o nulos sus argumentos. No es extra?o que, despu¨¦s y a toro pasado, se cuente otra historia.
Repito qu¨¦ s¨®lo acepto una discusi¨®n p¨²blica en las condiciones expuestas. Y repito que no voy a contestar a Savater en este peri¨®dico aunque diga misa. Mi decisi¨®n es irrevocable (con permiso de Anguita). Al pan pan y al vino vino, pero sin que est¨¦n adulterados. Todo lo dem¨¢s me parece ejercer el oficio m¨¢s antiguo del mundo: el de acusica. Por mi parte, cruz y raya.
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