Los tres grupos de la UDF

Entre los tres grandes grupos de la Uni¨®n para la Democracia Francesa (UDF), el que tiene perfiles m¨¢s diferenciados y es m¨¢s hostil a ser engullido dentro del gran partido conservador proyectado desde la RPR es el de los democristianos del Centro de Dem¨®cratas Sociales (CDS), en los que Raymond Barre ha hallado los apoyos m¨¢s incondicionales.Dirigidos por el ministro de Equipamiento y Transporte, Pierre Mehaignerie, son proclives a comprender a algunas personalidades moderadas del socialismo, en las que es posible hallar ra¨ªces o a veces ideas expresamente cristianas, como en el exministro de Econom¨ªa, y ahora presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors. En el CDS se encuentran sectores a los que repugnan los flirteos electorales con la extrema derecha.

El grupo con mayor personalidad y protagonismo dentro de la UDF, sin embargo, es el Partido Republicano (PR), fundado por Val¨¦ry Giscard d'Estaing como partido del presidente, que s¨¦ ha escapado largamente de las manos de su creador. Su dirigente, el ministro de Cultura, Fran?ois L¨¦otard, es un hombre joven, de la generaci¨®n de mayo de 1968, que confiesa haber votado por Mitterrand en 1974. Alain Madelin, ministro de Industria y brazo derecho de L¨¦otard, proviene, en cambio, de la extrema derecha de 1968, del grupo fascista Occident.

Los radicales

Los leotardistas suministraron al Gobierno de Jacques Chirac la ideolog¨ªa neoliberal m¨¢s pura y dura, aderezada por una actitud inflexible sobre derechos humanos y libertades p¨²blicas. Los j¨®venes republicanos desean convertirse en el n¨²cleo de un gran partido conservador, pero moderno y liberal, dirigido por el propio L¨¦otard, al que hubieran presentado a gusto como candidato.

El tercer grupo de la UDF es el Partido Radical, que dirige Andr¨¦ Rossinot. Heredero del Partido Radical Socialista, que colm¨® la vida pol¨ªtica de la III Rep¨²blica, el partido de Rossinot es una formaci¨®n peque?a pero a¨²n influyente, en la que el 40%. de sus afiliados simpatizan m¨¢s con Chirac que con Barre. Como en los republicanos, no hay calor en el apoyo radical a Barre, pero no hay tampoco conspiraci¨®n contra su candidato. Los radicales, tradicionalmente vinculados a la masoner¨ªa, son hostiles a las veleidades lepenistas en la mayor¨ªa, y dif¨ªcilmente podr¨ªan embarcarse en una formaci¨®n conservadora, en la que perder¨ªan su identidad como el partido m¨¢s antiguo de Francia y renunciar¨ªan a su vocaci¨®n centrista.