Escaso eco de la 'ofensiva' ultraderechista en Argentina
La ofensiva ultraderechista en Argentina, anunciada desde peri¨®dicos de edici¨®n nacional, panfletos, emisiones clandestinas de radio y pintadas en los muros de las grandes ciudades del pa¨ªs, se consumi¨® el pasado fin de semana en una breve marcha que iniciaron 30 autom¨®viles por el centro de Buenos Aires. El Gobierno de la Uni¨®n C¨ªvica Radical (UCR) y la oposici¨®n del Partido Justicialista (peronista) coincidieron en adjudicar la desmesurada "acci¨®n psicol¨®gica" a grupos de civiles que intentan arrastrar detr¨¢s de s¨ª a los sectores fundamentalista de las fuerzas armadas.
El d¨ªa clave de la semana fue el s¨¢bado, en el que coincid¨ªan dos aniversarios delicados para la estabilidad democr¨¢tica en Argentina: la rebeli¨®n militar de la Semana Santa de 1987 y el 2 de abril, fecha en que se recuerda el desembarco de tropas argentinas en las islas Malvinas, hace seis a?os.La ultraderecha, entusiasmada con la cadena de atentados con bombas en sitios de gran concentraci¨®n de p¨²blico (estallaron tres en salas de cine y fueron desactivadas cinco: en un bar, una terminal de autobuses, otra de trenes y en otros dos cines), enarbol¨® sus banderas sobre los coches y form¨® una estridente caravana de unos 30 veh¨ªculos que se dispers¨® al recorrer 10 calles.
Por su parte, las minor¨ªas de izquierda extraparlamentaria se reunieron junto a los ex combatientes en torno al tradicional obelisco del centro de la ciudad y unas 1.000 personas que insultaron al Gobierno y quemaron banderas brit¨¢nicas.
Panfleto en los cuarteles
Hasta el propio ex teniente coronel Aldo Rico, l¨ªder de la llamada operaci¨®n dignidad -iniciada la Semana Santa de 1987 y de la rebeli¨®n que acab¨® con su rendici¨®n en el cuartel Monte Caseros, el pasado enero-, se ocup¨® de desmentir a quienes le se?alaban como inspirador de los atentados desde su celda en el penal militar de Magdalena, a 50 kil¨®metros al sur de Buenos Aires. En el bolet¨ªn n¨²mero 8 de su peri¨®dico folleto titulado Fortaleza, que se difunde en los cuarteles de forma clandestina, Rico hab¨ªa anunciado unos supuestos "ataques contra unidades del Ej¨¦rcito de Tierra que ser¨ªan atribuidos a quienes apoyan el Operativo Militar, y esa ser¨¢ la excusa para decretar el estado de sitio, profundizar la purga en el seno de la instituci¨®n".El panfleto, de seis folios, est¨¢ dividido por temas de actualidad. En el primero, titulado ?mbito psico-social, Aldo Rico analiza los titulares semanales de Prensa. Luego, en ?mbito pol¨ªtico critica la acci¨®n del Gobierno radical de Alfons¨ªn y de la oposici¨®n peronista. Por ¨²ltimo, se dirige a sus camaradas en el ?mbito militar. Desde sus primeras consignas hasta sus ¨²ltimos juicios sobre la realidad del pa¨ªs, se advierte en el ex teniente coronel carapintada una evoluci¨®n hacia objetivos mayores. Rico ya no se detiene en la cr¨ªtica de su jefe natural, el general Jos¨¦ Caridi. Va m¨¢s all¨¢ de lo que hab¨ªa calificado en principio de "un problema interno" del Ej¨¦rcito, y pronostica una 'generalizada desobediencia civil". La Secretar¨ªa de Inteligencia del Estado inform¨® al presidente Alfons¨ªn que tres de los cuatro oficiales del Ej¨¦rcito que pasaron a la clandestinidad tras la rebeli¨®n de Monte Caseros, el pasado enero, se encuentran ya en Paraguay. El cuarto fue detectado en Chile.
La noticia destacada fue la indiferencia de la sociedad: nadie se ha sentido convocado por las consignas extremas. Tampoco prendi¨® en el ¨¢nimo de los habitantes el "terror indiscriminado" que se pretendi¨® mediante bombas, cientos de Ramadas tel¨¦fonicas que mantuvieron en vilo a los bomberos. S¨ª preocupa la inflaci¨®n, que se calcula superior al 14% en marzo, y la huelga por tiempo indeterminado que cumplen los maestros en todo el pa¨ªs, a los que se han sumado ya los profesores de instituto y de la Universidad. La dram¨¢tica situaci¨®n econ¨®mica es la que infunde un verdadero terror.
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