Muri¨® Milton Caniff, ¨²ltimo superviviente de la edad de oro del 'comic' norteamericano
El guionista y dibujante de comics Milton Caniff, ¨²ltimo gran superviviente de la edad de oro de la narrativa dibujada en la Prensa norteamericana, falleci¨® el domingo en su domicilio de Nueva York a la edad de 81 a?os, v¨ªctima de un c¨¢ncer. Hab¨ªa nacido en Hilisboro, Ohio, el 28 de febrero de 1907, e inici¨® su carrera como autor de comics en 1933 con la serie Dickie Dare. De 1934 a 1946 realiz¨® Terry y los piratas, en 1942-46, Mak Cafi, y de 1947 hasta la actualidad, Steve Canyon. El coleccionable Comies, cl¨¢sicos y modernos de El Pa¨ªs Semanal, dedic¨® su quinto cap¨ªtulo a Caniff y reprodujo la c¨¦lebre secuencia de la muerte del personaje Raven Sherman.
Desde 1933, Milton Caniff suministraba una entrega diaria de comics a la Prensa norteamericana, y esta cadencia de publicaci¨®n le permit¨ªa conmemorar, a?o tras a?o, fechas que hab¨ªan resultado trascendentales a su mundo de ficci¨®n. Como si hubiera estado pose¨ªda del m¨¢gico aliento de Caniff, la muerte le ha sobrevenido cuando se cumpl¨ªa, con toda exactitud, medio siglo de uno de los momentos estelares de su obra: la proclama de la hermosa Dragon Lady (se?alizada en los diarios desde el 30 de marzo hasta el 3 de abril de 1938), a un grupo de bandoleros para impulsarles a luchar contra el ej¨¦rcito japon¨¦s que, en Teny y los piratas y en la realidad hist¨®rica, hab¨ªa invadido China.En aquellos momentos, pr¨®ximos a la II Guerra Mundial, tales vi?etas de Teny y los piratas conmocionaron a un p¨²blico adicto al aislacionismo y constituyeron un valiente discurso pol¨ªtico de car¨¢cter antifascista. Abanderaron, adem¨¢s, una actitud creativa que abjuraba de los derroteros evasivos de los comics de aventuras y que tomaba partido ideol¨®gico al lado de la pujante intelectualidad de izquierdas en el ocaso, de la Depresi¨®n.
Agon¨ªa en 10 entregas
Amigo de personalidades progresistas como el dramaturgo MaxweIl Anderson y el compositor Kurt Weill, Milton Caniff incrust¨® la acci¨®n de Terry y los piratas (que desarrollaba desde 1934) en la actualidad b¨¦lica. Poco antes de Pearl Harbour, aquella obra volv¨ªa a conmover a los lectores: una rica heredera norteamericana, Raven Sherman, desplazada a China por razones humanitarias, agonizaba durante diez entregas consecutivas hasta morir. La publicaci¨®n de la serie simult¨¢neamente en centenares de peri¨®dicos ocasion¨® un revuelo nacional: flores, telegramas y cartas, mensajes de p¨¦same y de protesta, cayeron en las redacciones de los diarios y en el propio hogar de Caniff.Dos a?os despu¨¦s de esa tira, en 1943, uno de los personajes de Terry y los piratas efectuaba a lo largo de toda una p¨¢gina en el suplemento del domingo un emocionante discurso en torno a la participaci¨®n comunitaria en el esfuerzo b¨¦lico. La secuencia fue reproducida y comentada editorialmente por m¨²ltiples diarios, y tratada en el mismo Congreso de los EE UU.
Terry y los piratas era propiedad de la agencia que distribu¨ªa sus tiras diarias y sus p¨¢ginas dominicales a la Prensa. Deseoso de poseer plenos derechos sobre sus realizaciones, Caniff abandon¨® aquella serie al finalizar 1946 y cre¨® otra nueva, Steve Canyon, que le perteneciera por completo. Rodeada de una gran expectaci¨®n Steve Canyon inici¨® su andadura cotidiana de cuatro d¨¦cadas el 13 de enero de 1947.
Al igual que la anterior obra de Caniff, Steve Canyon se amold¨® a los acontecimientos hist¨®ricos, con presencia de los protagonistas en los principales escenarios de la pol¨ªtica exterior de EE UU; pero, de acuerdo con ¨¦sta, la ¨®ptica del autor hab¨ªa cambiado. Las directrices del Pent¨¢gono resultaron decisivas en la evoluci¨®n de Steve Canyon, cuyo protagonista explicaba a otro personaje que se hab¨ªa enrolado en la Air Force cuando comenz¨® el conflicto coreano. Caniff explic¨® muchas veces que su rumbo ideol¨®gico estaba determinado por el amor a su pa¨ªs antes que por otras consideraciones.
Reflexiones pol¨ªticas aparte, la obra de Caniff goza de un¨¢nime reconocimiento en torno a su decisiva trascendencia en la historia de los comics. Espl¨¦ndido escritor, fabulador de gigantesco aliento, Caniff edific¨® Terry y los piratas a lo largo de una docena de a?os con presencia cotidiana en la Prensa como una monumental novela-r¨ªo, y luego aplic¨® la misma estrategia a Steve Canyon. Por otra parte, el autor revolucion¨® el enfoque gr¨¢fico en los comics de expresi¨®n realista, con adicci¨®n de procedimientos impresionistas y un empleo de las angulaciones y de la iluminaci¨®n que deb¨ªa mucho a la est¨¦tica cinematogr¨¢fica.
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