La autodeterminaci¨®n seg¨²n la OLP
A pesar de que la OLP exige la autodeteminaci¨®n para los palestinos, esta organizaci¨®n evita detallar ante la opini¨®n p¨²blica occidental en qu¨¦ consiste esa. autodeterminaci¨®n seg¨²n su doctrina. Para conocer cu¨¢les son los conceptos b¨¢sicos de esa, organizaci¨®n que reclama la exclusiva representaci¨®n de los palestinos, hay que acudir al Pacto Nacional Palestino. Ese documento b¨¢sico, la constituci¨®n de la OLP, ha sido adoptado en 1964 y confirmado en todos los encuentros oficiales de la organizaci¨®n desde entonces.Empecemos por el propio nombre de la OLP -la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina- Cuando la OLP habla de Palestina no alude solamente a Cisjordania y Gaza, como la mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica mundial tan inocentemente piensa, sino a todo el territorio que actualmente ocupa Israel, incluidos los territorios ocupados desde 1967. El art¨ªculo 2 del pacto lo dice claramente: "Palestina, con las fronteras que tuvo durante el Mandato Brit¨¢nico, constituye una unidad territorial indivisible". Por tanto, Palestina no es solamente Nablus, Gaza y Hebr¨®n sino tambi¨¦n Tel Aviv, Haifa y Jerusal¨¦n. En ese territorio un solo pueblo tiene derechos, los palestinos. As¨ª dice el art¨ªculo 1: "Palestina es la patria del pueblo ¨¢rabe palestino". Por otro lado, los jud¨ªos no tienen ning¨²n derecho a esa tierra porque, seg¨²n el art¨ªculo 20: "Las pretensiones de lazos hist¨®ric0s o religiosos de los jud¨ªos con Palestina son incompatibles con los hechos de la historia...", y la OLP, que tanto desea la autodeterminaci¨®n para su propio pueblo, no tiene ning¨²n inconveniente en ser ella quien determine qu¨¦ son los jud¨ªos. As¨ª, el art¨ªculo 20 dice tambi¨¦n: "El juda¨ªsmo, siendo una religi¨®n, no es una nacionalidad independiente. Tampoco constituyen los jud¨ªos una naci¨®n ¨²nica con una identidad propia".
El segundo paso
El segundo paso despu¨¦s de exigir la exclusiva autodeterminaci¨®n para los palestinos y negar la de los jud¨ªos es, l¨®gicamente, negar el propio derecho del Estado de Israel a existir. El Pacto Nacional Palestino evita muchas veces utilizar el propio nombre de Israel -es demasiado repugnante-, y cuando se refiere a ¨¦l habla a menudo de la entidad sionista o simplemente del sionismo, como por ejemplo en el art¨ªculo 15: "La liberaci¨®n de Palestina... intenta repeler la agresi¨®n sionista... y aspira a la eliminaci¨®n del sionismo en Palestina".
La OLP, a la que tanto le gusta apoyarse en las resoluciones de las Naciones Unidas que ,condenan a Israel, no tiene el mismo respeto por las resoluciones internacionales que forman la base jur¨ªdica para el establecinmento de Israel. El art¨ªculo 19 dice: "La partici¨®n de Palestina en 1947 y el establecimiento del Estado de Israel son absolutamente ?legales, cualquiera sea el tiempo transcurrido", y se repite en el art¨ªculo 20: "La Declaraci¨®n Balfotir, el Mandato para Palestina y todo lo que ha sido basado en ellos son considerados nulos e inv¨¢lidos". De la negaci¨®n al derecho a la existencia del Estado de Israel al siguiente paso -el de la necesidad de destruirlola distinci¨®n casi no existe.
Leemos en el art¨ªculo 21: "El pueblo ¨¢rabe palestino, expres¨¢ndose a s¨ª mismo a trav¨¦s de la revoluci¨®n armada palestina, rechaza todas las soluciones que sean sustitutos de la total liberaci¨®n de Palestina". Y el ¨²nico camino para llegar a su meta es el de la violencia -no hay otro-. As¨ª dicen ellos mismos en el art¨ªculo 9: "La lucha armada es el ¨²nico camino Cara la liberaci¨®n de Palestina. Esta es la estrategia total, no meramente una fase t¨¢ctica". Y hay tambi¨¦n una justificaci¨®n directa al terrorismo en el art¨ªculo 10: "Las acciones de comando constituyen el n¨²cleo de la guerra de liberaci¨®n popular palestina".
?Y qu¨¦ pasar¨¢ con los jud¨ªos despu¨¦s de la victoria palestina? Pues seg¨²n el art¨ªculo 6: "Los jud¨ªos que normalmente resid¨ªan en Palestina hasta el comienzo de la invasi¨®n sionista ser¨¢n considerados palestinos". Cuando se habla de la invasi¨®n sionista se refiere, seg¨²n la interpretaci¨®n aceptada por la OLP, al comienzo de la Regada de los jud¨ªos a Palestina en el a?o 1882 o, en el mejor de los casos, a la Declaraci¨®n Balfour de 1917. ?Cu¨¢l ser¨¢ el destino de los dem¨¢s jud¨ªos, los miflones que llegaron a Israel desde Europa despu¨¦s del holocausto nazi y desde el mundo ¨¢rabe, donde han sido tratados con la tradicional tolerancia ¨¢rabe? Bueno, el documento no llega a dictar el destino de esos jud¨ªos, aunque en declaraciones para consumo interno, distintas a las que dirigen en Occidente, se menciona la mar como sitio preferido.
Eso es la OLP seg¨²n su propia autodefinici¨®n, y los que argumentan que ese terrorismo declarado ha cambiado y ha dejado lugar al proceso pol¨ªtico se autoenga?an o se dejan enga?ar por las declaraciones que hacen los dirigentes de la OLP para el consumo occidental. En sus reuniones interiores siguen manifestando su total adhesi¨®n a ese documento que representa el nacionalismo ¨¢rabe-palestino en su verdadera cara fea, que no es otra que la del nacionalismo extremista por excelencia. Efectivamente, el Consejo Nacional Palestino, en su reuni¨®n en Argelia en la primavera de 1987, vuelve a afirmar: "Basada en el Pacto Nacional Palestino... recalcamos que... a nivel palestino, la continuaci¨®n de la lucha en todas sus formas, la masa armada y la lucha pol¨ªtica, para la realizaci¨®n de las metas nacionales que es la liberaci¨®n de las tierras palestinas y ¨¢rabes de la ocupaci¨®n israel¨ª".
Destrucci¨®n del Estado
Esa doctrina de la destrucci¨®n del Estado y la matanza de sus ciudadanos no son meras declarac¨ªones. Somos testigos del hecho de que la organizaci¨®n terrorista utiliza todos sus esfuerzos continuamente para realizar esa doctrina. Ella no distingue entre blancos militares o civiles.
La lucha armada est¨¢ llevada contra cualquier blanco pos¨ªble, declarando p¨²blicamente que esa diferencia entre el mil?tar y el civil no existe, o disfrazando ataques contra civiles argumentando que eran blancos militares o del Mossad (el asesinato de los dos marineros israel¨ªes en Barcelona o el asesinato de los viajeros del autob¨²s de Dimona). La Organizaci¨®n tampoco tiene vacilaciones en cometer asesinatos de masas en los medios de transporte p¨²blico, mercados, cines, escuelas y playas, y ejecutar cualquier palestino acusado de tomar posiciones independientes o de colaboraci¨®n con los israel¨ªes.
No tenemos duda de que el ¨²nico prop¨®sito de la OLP es la liquidaci¨®n del Estado de Israel, sean los que fueren los m¨¦todos utilizados. El Pacto Nacional Palestino no deja lugar para el compromiso ni para la coexistencia. Para eliminar ese dogma de la liquidaci¨®n de Israel, los palestinos tendr¨¢n que reescribir el Pacto Nacional de principio a fin y cambiar toda su visi¨®n pol¨ªtica e incluso cambiar el mismo nombre de la Organizaci¨®n. En otras palabras, no ser¨¢ ya la OLP -pues mientras exista no nos haremos ilusiones- Esta Organizaci¨®n se ha descalificado a s¨ª misma como interlocutor v¨¢lido en las negociaciones de paz; hay que buscar otras que est¨¦n dispuestas a entender que Israel est¨¢ all¨ª para permanecer, y que el destino de los israel¨ªes y de los palestinos es el de convivir uno al lado del otro.
Israel reconoci¨® en el marco de los acuerdos de Camp David "los leg¨ªtimos derechos de los palestinos" y acept¨® la participaci¨®n de ellos en las negociaciones de paz. Pero exigir de Israel que acepte la participaci¨®n de una Organizaci¨®n que tiene como ¨²nica meta su destrucci¨®n ser¨ªa contrario a todo sentido com¨²n.
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