Fuego en la 'Pradera'
Hizo seis bises pero pod¨ªa haber seguido cantando toda la noche porque all¨ª se estaba muy bien y nadie se mov¨ªa de su butaca. Esta mujer lleva dentro mucha vida, mucha melancol¨ªa, mucha soledad sonora, un fuego sosegado, una dulzura amarga. Su voz est¨¢ en un momento de plenitud, domina todos los matices de la pasi¨®n, el desenga?o y la mesura; es una voz que se instala irremediablemente en un rinc¨®n del alma, justo ah¨ª donde tienes la pena que te dejaron tantos adioses.Airosa caminaba por el escenario, con una elegancia casi metafisica, y en cada canci¨®n se adornaba pudorosamente con velos, ponchos, mantillas, pa?oletas, mantones. En su entorno hay un algo inmaterial fieramente humano, o viceversa. Cuando ella canta que se quiere seriamente emborrachar a causa de los desenga?os, un escalofr¨ªo de solidaridad recorre la sala. Al fin y al cabo, nada m¨¢s humano que agarrarse a un tabl¨®n cuando no tienes una tabla de salvaci¨®n. Esa es una costumbre interclasista e intergeneracional, aunque semejante actitud acabe a veces como el rosario de la aurora. Mar¨ªa Dolores Pradera, incluso cuando canta cosas oscuras, lo hace exquisitamente, con elegancia, con estilo, con mucha clase.
Mar¨ªa Dolores Pradera
Los Gemelos (guitarras) Jos¨¦ Mar¨ªa Panizo (contrabajo) Pepe ?bano (percusi¨®n), Alfredo Domenech (piano). Teatro Alb¨¦niz. Madrid, 7, 8 y 9 de abril.
En el repertorio introduce junto a sus temas habituales algunas canciones de su disco reci¨¦n aparecido. Es admirable la maestr¨ªa con que mezcla a V¨¢zquez Montalb¨¢n con la luna tucumana, a Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo con la hija de don Juan Alba, a Amancio Prada con las sevillanas, a Carlos Cano con Atahualpa Yupanqui, a Agust¨ªn Lara con Pablo Guerrero. Bolero, pasodoble, tango, habanera, fado, sevillana, milonga, Am¨¦rica y Espa?a. De entre los temas del nuevo disco, espl¨¦ndido, cabe destacar una canci¨®n de estremecedora belleza: Quiero que mis amigos me dejen sola.
Luces, sonido y arreglos musicales contribuyen adecuadamente al ¨¦xito del espect¨¢culo. Y Los Gemelos, que son sabios, y cuya compenetraci¨®n con la artista es total. Ellos forman parte de la fidelidad de Mar¨ªa Dolores Pradera. Y la fidelidad es una de las claves en la dilatada trayectoria profesional de esta cantante. En algunos momentos del concierto se incorpora una peque?a rondalla cuya participaci¨®n no aporta la brillantez deseada, sino m¨¢s bien leves desajustes y un ligero emborronamiento del sonido. Pepe ?bano, Panizo y Domenech, excelentes.
A pesar de la ternura y la pasi¨®n, a pesar de la lisura que derrama, quiz¨¢ lo m¨¢s fascinante de Mar¨ªa Dolores Pradera sea ese sereno y melanc¨®lico especticismo del texto de Pedro Salinas con que inicia el concierto: "No me f¨ªo de la rosa de papel ni de la otra rosa verdadera".
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