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La investigaci¨®n gerontol¨®gica indica cu¨¢ndo se agota la vida humana
Predecir el momento exacto de la muerte no es posible, pero ahora ya es m¨¢s f¨¢cil averiguar con antelaci¨®n cu¨¢ndo terminar¨¢ el ciclo de nuestro proceso biol¨®gico. El objetivo, de la mano de la gerontolog¨ªa, es llegar a esta ¨²ltima fase de la vida en las mejores condiciones. Para ello se requiere una preparaci¨®n que empiece por saber en qu¨¦ punto se agota la vida humana. ?ste es el planteamiento del estudio presentado recientemente en Madrid por Antonio Ruiz Torres, director del Instituto de Investigaci¨®n Gerontol¨®gica de la universidad Aut¨®noma de Madrid.
La gerontolog¨ªa es la ciencia que investiga el envejecimiento. Ruiz Torres, director del Instituto, se?ala las diferencias entre geriatr¨ªa y gerontolog¨ªa al decir que si la primera "va encaminada a recuperar el bienestar perdido por el anciano", la segunda "preserva contra un envejecimiento prematuro". El instituto, dependiente de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, es el ¨²nico centro de Espa?a que se dedica exclusivamente a la investigaci¨®n gerontol¨®gica. Fundado en 1982, est¨¢ ubicado en un hospital del Insalud: el de la Princesa de Madrid.El estudio se inicia con la afirmaci¨®n de que los seres humanos envejecen a una misma velocidad. Si no aparecen enfermedades o accidentes, todos deber¨ªamos llegar a viejos en las mismas condiciones. Pero esto no es as¨ª, y lo cierto es que unos individuos envejecen antes que otros. La raz¨®n est¨¢, seg¨²n sus conclusiones, en que son causas externas, de car¨¢cter ambiental y sociol¨®gico, las que reducen el per¨ªodo de vida previsto para un ser humano.
La investigaci¨®n se ha realizado en cinco provincias espa?olas. Sus autores afirman que "las diferentes circunstancias medioambientales conducen, en el curso del envejecimiento, a las distintas esperanzas de vida". Ruiz Torres asegura: "Si un individuo va a morir m¨¢s o menos tarde, ello va a depender del lugar donde haya vivido la mayor parte de los a?os".
El m¨¦todo para determinar el momento de la muerte fisiol¨®gica se basa en un modelo matem¨¢tico establecido en los a?os setenta por el f¨ªsico alem¨¢n Beier para el c¨¢lculo del crecimiento. En primer lugar, se realizan gr¨¢ficos correspondientes al envejecimiento de poblaciones de una de terminada zona geogr¨¢fica y de un n¨²cleo social concreto. A continuaci¨®n, se somete al individuo objeto de estudio a una serie de an¨¢lisis y mediciones sangu¨ªneas, cuyos resultados se ponen en relaci¨®n con su talla y peso.
De esta forma, se pretende averiguar en qu¨¦ medida act¨²an en la persona los dos par¨¢metros b¨¢sicos de la actividad humana, a los que se denomina de mantenimiento y de producci¨®n. La fase denominada anab¨®lica o de producci¨®n tiene lugar en nuestro organismo durante la juventud. La mayor parte de la energ¨ªa se destina entonces al crecimiento y maduraci¨®n de las estructuras del cuerpo. La fase catab¨®lica ser¨ªa en la que, pasada la ¨¦poca de crecimiento, la energ¨ªa se destina a mantener todas las funciones vitales del organismo y evitar su deterioro. Estos resultados se aplican sobre una curva final de referencia, que indicar¨¢ el estado o edad biol¨®gica del individuo y el tiempo que le separa del final de su vida.
M¨¢ximo de vitalidad
La gr¨¢fica permite saber cu¨¢l es el momento m¨¢ximo de vitalidad (que en un individuo sano se sit¨²a en torno a los 28 a?os) y la fase en que la vitalidad es m¨¢s baja. As¨ª, en el estudio se define como "el punto de inflexi¨®n de la curva de decreciente vitalidad".Antonio Ruiz Torres explica que el declive de la vitalidad humana empieza cuando el par¨¢metro del mantenimiento es mayor que el de la producci¨®n. Por ello, opina, "todo lo que se haga para cambiar el declive normal del proceso de envejecimiento es in¨²til y hasta contraproducente"
Este investigador pone el siguiente ejemplo: no se puede aumentar la producci¨®n de una f¨¢brica con una maquinaria envejecida. "De igual modo", dice, "el especialista habr¨¢ de cuidar pero no forzar, todo lo que suponga buen mantenimiento del viejo, sin esperar de ¨¦l que aumente su reducida capacidad de producci¨®n".
Este aspecto lo destaca Francisco Guill¨¦n Llera, jefe del servicio de geriatr¨ªa del hospital de la Cruz Roja de Madrid, para quien este m¨¦todo presenta una importante aplicaci¨®n pr¨¢ctica cuando se va a someter a tratamiento u operaci¨®n a un anciano enfermo, o para proporcionarle una mejor calidad de vida. "Tomar la medida de la edad biol¨®gica con mayor exactitud nos permite actuar sobre los factores que influyen en el envejecimiento".
El estudio presentado por el Instituto se centra en las pautas que marcan el envejecimiento biol¨®gico, que no siempre coincide con el estrictamente cronol¨®gico. Entre sus conclusiones, se afirma que hay que empezar a estudiar el envejecimiento de un individuo cuando ¨¦ste es todav¨ªa joven, y siempre en relaci¨®n al entorno en que vive, lo que abre un campo ilimitado y nuevo a la medicina preventiva.
Otras investigaciones, a t¨ªtulo individual, son las de Jaime Miquel Calatayud, de la universidad de Alicante, y J. F. Mac¨ªas N¨²?ez, de la de Salamanca. "La investigaci¨®n gerontol¨®gica en Espa?a ha sido siempre fruto de un esfuerzo personal y aislado", comenta Francisco Guill¨¦n Llera, geriatra del hospital de la Cruz Roja de Madrid y director de la Revista Espa?ola de Geriatr¨ªa y Gerontolog¨ªa.
La edad avanzada o incluso muy avanzada, no es una contraindicaci¨®n de una pol¨ªtica dirigida a la prevenci¨®n, ya que los principales problemas que aquejan a nuestros ancianos son los que se refieren a la salud, la econom¨ªa y la soledad o aislamiento, seg¨²n un estudio sociol¨®gico denominado El m¨¦dico y la tercera edad, auspiciado por la Sociedad Espa?ola de Geriatr¨ªa y Gerontolog¨ªa y publicado en 1986. S¨®lo un tercio de los ancianos acude al m¨¦dico como precauci¨®n o seguimiento de una patolog¨ªa concreta. La incidencia de las enfermedades y la coexistencia de diferentes dolencias es mayor entre los ancianos. La tendencia de las enfermedades hac¨ªa la cronicidad e invalidez es frecuente y, seg¨²n el estudio, "exige medidas de prevenci¨®n primaria y secundaria".
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