Autodeterminaci¨®n palestina
La opini¨®n de Mordechai Amichai sobre la OLP y su concepci¨®n de la autodeterminaci¨®n del pueblo palestino (v¨¦ase EL PA?S de 5 de abril de 1988) reflejan intenciones de muy dudosa credibilidad para muchos de los occidentales que contemplamos con impotencia las matanzas que las tropas israel¨ªes han cometido y cometen contra los palestinos que, despojados por Israel de sus tierras, subsisten en miserables condiciones en los campos de refugiados. Descalificar a la OLP como interlocutor bas¨¢ndose en los criterios reflejados en su Constituci¨®n en 1964 no parece muy limpio. Desde entonces, el Ij¨¦rcito israel¨ª ha cepillado muchos miles de vidas entre los palestinos y los ¨¢rabes de sus pa¨ªses vecinos. La Guerra de los Seis D¨ªas, la guerra del Yom Kipur, la invasi¨®n de L¨ªbano y la de strucci¨®n de Beirut oeste, las matanzas de ancianos, mujeres y ni?os en Sabra y Chatila, la feroz represi¨®n en los territorios ocupados... han demostrado a los palestinos que la reconquista de sus tierras por las armas es un sue?o lejano.Los palestinos saben que una paz negociada en unas condiciones dignas es su alternativa m¨¢s viable, y de ah¨ª que en la situaci¨®n actual no parezca disponer de mucha credibilidad el que un secretario de la diplomacia israel¨ª pretenda justificar la descalificaci¨®n de la OLP como interlocutor por su car¨¢cter terrorista. Es cierto que la OLP ha atentado contra personas o intereses jud¨ªos tanto en Israel como entre los jud¨ªos de la di¨¢spora, pero no es menos cierto que el Ej¨¦rcito y el Mosad israel¨ªes han cobrado sobradamente esos actos con sangre palestina. Tampoco debemos olvidar que el actual premier israel¨ª, Isaac Shamir -al igual que su antecesor, M. Beguin, cabecilla entonces del Irgun-, particip¨® activamente en la destrucci¨®n y matanza de poblados palestinos (sirva para ejemplo el de Deir Yassin en 1948), provocando el ¨¦xodo por terror entre la poblaci¨®n palestina. Es importante no perder de vista que el trampol¨ªn de algunos de los l¨ªderes m¨¢s destacados del Likud comienza en la destrucci¨®n y exterminio de poblados palestinos. Indudablemente, el contexto ha cambiado a lo largo de estas d¨¦cadas, pero Shamir (al igual que Beguin y Sharon) tambi¨¦n fue inculpado de la matanza de Beirut (1982) por la propia comisi¨®n israel¨ª que, bajo presiones internacionales, investig¨® aquella carnicer¨ªa.
Por todo ello no debieran extra?arse los israel¨ªes de que quienes condenamos el genocidio que con los jud¨ªos se cometi¨® en la Europa nazi condenemos ahora de la misma manera el genocidio que el Gobierno israel¨ª est¨¢ Hevando a cabo con el pueblo palestino. As¨ª pues, por favor, que no nos tachen de antisemitas. El cafificativo de antisemita contra toda cr¨ªtica formulada a la Administraci¨®n israel¨ª est¨¢ ya muy gastado. Evidentemente -salvo aberrantes excepciones patol¨®gicas-, no somos antisemitas quienes censuramos los atropellos del Gobierno israel¨ª- J. Ram¨®n Rivero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.