La segunda muerte de Mao
LA SESI?N de la Asamblea Nacional China recientemente concluida en Pek¨ªn ha confirmado el predominio en la direcci¨®n del pa¨ªs de la tendencia reformista representada sobre todo por Deng Xiaoping y por el secretario general del partido comunista, Zhae Ziyang. Se ha cerrado m¨¢s herm¨¦ticamente la tumba de Mao y se han desvanecido los residuos de extremismo izquierdista.Tampoco se habla ya de campa?as contra el liberalismo burgu¨¦s u otras, utilizadas antes por los conservadores para frenar la pol¨ªtica de modernizaci¨®n. El predominio de la pol¨ªtica reformista se ha plasmado no s¨®lo en leyes y directivas econ¨®micas que impulsar¨¢n la autonom¨ªa de las empresas, el sector privado y las relaciones con el extranjero, sine en el desarrollo mismo de la Asamblea, en la que -hecho sin precedente- hubo voces minoritarias discrepantes, que obtuvieron incluso cierto eco en los medios de comunicaci¨®n.
La Asamblea Nacional ha dado un paso decisivo hacia la consolidaci¨®n de las nuevas estructuras estatales de China. No se puede olvidar que hablamos de estructuras para gobernar un pa¨ªs de m¨¢s de 1.000 millones de habitantes, es decir, una cifra que supera a los habitantes de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Estados Unidos, la Comunidad Europea y Jap¨®n tomados en su conjunto. China no ha tenido nunca una tradici¨®n de Gobiernos parlamentarios, y hasta muy avanzado el siglo XX el emperador -un ser casi divino- era la pieza ideol¨®gica y pol¨ªtica decisiva para la cohesi¨®n del pa¨ªs. Esta tradici¨®n favoreci¨® el culto a Mao, que solamente se ha extinguido en. los ¨²ltimos 10 a?os.
Desde 1978, la transici¨®n hacia un Gobierno sin emperador, con unos instrumentos de poder civil susceptibles de reflejar y encauzar las complejas realidades de un pa¨ªs tan multifac¨¦tico, se ha hecho en unas condiciones excepcionales. Deng, el hombre fuerte que pod¨ªa haber sido el sucesor de Mao, ha hecho todo para evitarlo. Su pol¨ªtica ha consistido en promocionar a una nueva generaci¨®n de dirigentes de entre 50 y 60 a?os. Ese rejuvenecimiento se hizo en el partido comunista en el congreso del pasado oto?o. Ahora se ha trasladado a las estructuras estatales. La propia composici¨®n de la Asamblea Nacional expresa ese proceso de reforma y rejuvenecimiento: la edad media de sus miembros ha pasado de 76 a 62 a?os. Ser¨ªa, sin embargo, absurdo establecer comparaciones con lo que son los sistemas parlamentarios pluralistas de Occidente. El monopolio del partido comunista permanece, y el nombramiento como ministro del dirigente de uno de los peque?os partidos democr¨¢ticos, que tienen una existencia puramente formal, es una simple operaci¨®n de imagen. Los planes de una democratizaci¨®n m¨¢s efectiva -como la que quiso impulsar Hu Yaobang, destituido en enero de 1987- han sido, por lo menos, aplazados.
Ello no resta significaci¨®n al juego pol¨ªtico que existe, aunque la cancha est¨¦ acotada por el monopolio comunista. Hay m¨¢s que matices en el seno del equipo dirigente sobre la forma de interpretar la reforma. Los discursos del secretario del partido, Zhao, propugnan una reforma audaz, mientras los del jefe del Gobierno, Li Peng, abogan por tesis m¨¢s moderadas. Ambas posiciones tienen apoyos entre la generaci¨®n de tecn¨®cratas que hoy ocupan muchos cargos dirigentes. Estas diferencias reflejan contradicciones reales que existen en el pa¨ªs y que han aflorado en los debates de la Asamblea Nacional. Por ejemplo, las regiones costeras, abiertas al extranjero, propenden a un desarrollo acelerado, mientras las del interior tienen serias dificultades para superar su atraso. Todo indica que la l¨ªnea de Zhao Ziyang ha prevalecido en la Asamblea, que ha decidido impulsar las zonas econ¨®micas especiales, situadas en la costa y en la isla de Ham¨¢n, para convertirlas en motores que ayuden al desarrollo del conjunto del pa¨ªs. En t¨¦rminos m¨¢s generales, las leyes votadas por la Asamblea en materia econ¨®mica, as¨ª como las reformas constitucionales para legalizar el sector privado y las transferencias del uso de la tierra, indican un triunfo de la orientaci¨®n m¨¢s abierta, sin duda con el apoyo, desde su original posici¨®n de semirretiro todopoderoso, de Deng Xiaoping.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.