24 horas en busca del alma de Dukakis
Un 'tecn¨®crata transistorizado' en lucha por la candidatura dem¨®crata a la Casa Blanca
No habr¨¢ cafe¨ªna suficiente para aguantar una campa?a entre estos dos pol¨ªticos carentes de carisma, se ironiza en Estados Unidos. EL PA?S viaj¨® en busca del alma de Dukakis el pasado fin de semana por el Estado de Nueva York, que hoy celebra una primaria decisiva para este hijo de inmigrantes griegos, liberal sin excesos, que pretende suceder a Ronald Reagan.Dukakis, 54 a?os, abogado por Harvard, tres hijos, no es un pol¨ªtico al uso en. Estados Unidos, y su estilo no se acopla a esta democracia televisada en directo, que exige actores capaces de explicar su pensamiento y las soluciones para un mundo complejo en p¨ªldoras de 20 segundos Este mediterr¨¢neo -sus padres llegaron como inmigrantes a las isla de Ellis, en Nueva York- de pobladas cejas y tez m¨¢s bien oscura parece m¨¢s un pol¨ªtico europeo.
Es cerebral, amigo de la reflexi¨®n y la pedagog¨ªa pol¨ªtica. Se niega a hacer populismo, "soy el que soy y no voy a cambiar"; no es un buen orador, le es imposible relajarse del todo, y para la pirotecnia de Disneylandia de una campa?a electoral norteamericana resulta m¨¢s bien soso ?sta es la historia de 24 horas de viaje con un hombre que bloquea sus emociones pero que puede ser el pr¨®ximo presidente de Estados Unidos.
Jueves, 14 de abril
21.00 horas. Estudios de la CBS en Manhattan. Debate entre los tres candidatos dem¨®cratas: Dukakis, Jackson y el senador sure?o Albert Gore. El gobernador de Massachusetts, traje gris y corbata roja, es atacado por Gore por su afirmaci¨®n unas horas antes de que no dudar¨ªa como presidente, en responder con un primer golpe nuclear estrat¨¦gico contra la URSS ante una invasi¨®n sovi¨¦tica de Europa con armas convencionales. "Es usted un irresponsable ingenuo", denuncia Gore, que ha convertido la "inexperiencia internacional" de Dukakis en el argumento principal de su campa?a.
22.45 horas. Astoria, Queens Esquina de la calle 31 con Broad way. 60.000 griegos viven en esta vecindad. Es Dukakis Country 500 compatriotas esperan entusiasmados en la calle y otros 4.000, vestidos de domingo, se amontonan en la sala de banquetes del Crystal Palace, un palacio para bodas -incluso vende en la planta baja trajes de novia "de estilo americano y europeo"- similar a los restaurantes de bautizos y casamientos de la calle de Bravo Murillo, en Madrid.
"Nunca he estado tan orgullo so como ahora de ser griego americano", dice el candidato, que parece abrumado por la caliente respuesta de su gente. La sala se viene abajo con gritos de "Tha kerdisome" (Vamos a ganar).
Promete que har¨¢ una gran fiesta griega en la Casa Blanca, "no se d¨®nde os ineter¨¦. a todos", y afirma que la carrera. presidencial "es una marat¨®n, y, nosotros, los griegos, sabemos c¨®mo correr maratones. Pero la miel m¨¢s dulce s¨®lo se hace lentamente".
Viernes, 15
9.15 horas. William McKinley Junior High School, Brooklyti. Una escuela bastante mod¨¦lica de un barrio de clase media muy ¨¦tnico (griegos, italianos, puertorrique?os asi¨¢ticos), en un barrio neoyorquino que ofrece la peor educaci¨®n p¨²blica de Estados Unidos. 1.300 estudiantes. Dukakis ha desayunado en su habitaci¨®n del Omni Central Park, 160 d¨®lares por noche, en la S¨¦ptima Avenida, con el ¨²lthrio sondeo del Niw York Post, que le da un 49% frente a un 32% a Jackson.
Dukakis comienza una sesi¨®n pedag¨®gica de preguntas-respuestas con un ?cu¨¢ntos ten¨¦is padres de otro pa¨ªs? Se levantanun mar de manos. ?El hijos de hispanos?, pregunta en espa?ol. Varias decenas. Cuenta que sus padres tambi¨¦n vinieron de Grecia. ?Cu¨¢ntos hab¨¦is probado algunavez droga, un 25%, un 30%, un 50%? Los alumnos aseguran que un 40% o un 50% lo han hecho y que los narc¨®ticos se venden en la escuela, y "en el parque vecino". Dukakis explica que el problema no est¨¢ s¨®lo en los pa¨ªses de: Am¨¦rica Latina proveedores de drogas, "sino aqu¨ª, en EE UU, el principal consumidor". "No arruin¨¦is vuestras vidas", y cuenta lo que significa la adicci¨®n con el ejemplo de su mujer. "A los 19 a?os pensaba que estaba muy gorda, y le recetaron anfetaminas, y durante 26 a?os, sin decir nada, las estuvo tomando. Se volvi¨® adicta y necesit¨® pasar cuatro semanas en una cfinica para desint.oxicarse".
11.45 horas. Aeropuerto de La Guar,dia. Un Boeing 737 de la compa?¨ªa Presidential Airways espera en la pista a Dukakis y a los 50 periodistas que le acompafiamos.
13.00 horas. Centro de Convenciones Empire State Plaza. Albany. 500 personas. Es s¨®lo un entrem¨¦s para aprovechar el viaje a esta ciudad: una peregrinaci¨®n, como los enfermos a Lourdes, a ver al gobernador, el poderoso e influyente Mario Cuomo.
13.30 horas. Capitolio de Albany. Un impresionante edificio barroco de piedra que recuerda al Parlamento de Westminster, en Londres. San Mario, de quien los cuom¨®logos dicen que a¨²n podr¨ªa saltar a ¨²ltima hora como candidato para salvar al partido, recibe, a Dukakis en su despacho. Jesse y Gore ya han rendido pleites¨ªa a la principal figura dem¨®crata. Pero ninguno ha conseguido su apoyo antes de la primaria de Nueva York. Dukakis s¨®lo logra buenas palabras.
17.10 horas. El avi¨®n de Dukakis aterriza en el aeropuerto Edwin Link, de Binghamton, una ciudad industrial de 70.000 habitantes en el sur del Estado. Cae una leve aguanieve. Un piquete de protesta espera a Dukakis ante el Centro Comunitario Polaco, donde va a hablar. Denuncian que el gobernador apoya el aborto. En el interior saluda a un sacerdote ortodoxo. Un grupo de ni?os griegos ataviados con trajes regionales le hace entrega de un ramo de flores, y Dukakis realiza la primera concesi¨®n del d¨ªa: se pone una rosa en la solapa. Diez minutos despu¨¦s har¨ªa la segunda y ¨²ltima: coger a un beb¨¦ en brazos y besarlo.
20.40 horas. La Residencia Bailey, de enfermos del SIDA, en el Village neoyorquino, una zona con una alta poblaci¨®n de homosexuales. Partidarios de Jackson, le acusan a la entrada de no haberse manifestado a favor de los gay y lesbianas, como hizo el candidato negro el.pasado 11 de octubre. Dukakis se re¨²ne con 12 residentes del hotel, en el que han muerto ya 56 personas. Dos, la semana pasada, como recuerdan unas velas que arden en una mesita. Le preguntan a Dukakis si les invitar¨¢ a la Casa Blanca. "Podr¨ªa ser", responde, inc¨®modo, el gobernador, que no se compromete. En Queens, a poca distancia, Jackson es aclamado en un mitin callejero por 2.000 gay y lesbianas.
22.00 horas. Hotel Plaza, frente al Central Park. Dukakis acaba la jornada haci¨¦ndose una foto con el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, y prometiendo concluir el desastre de la pol¨ªtica centroamericana de Reagan. Diluvia sobre Nueva York cuando, a las once de la noche, el gobernador regresa a su hotel a tiempo de ver con sus asesores el ¨²ltimo telediario, que recoge su visita a la casa del SIDA, y califica de fracaso su entrevista con Mario Cuomo en Albany.
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