Reagan vetar¨¢ la ley de comercio exterior que se debate en el Senado norteamericano
Los esfuerzos de tres a?os en el Congreso de Estados Unidos para preparar la nueva ley de comercio exterior podr¨ªan resultar in¨²tiles si el presidente Reagan consigue imponer el veto con que ya la ha amenazado. La ley, aprobada el pasado jueves por una amplia mayor¨ªa de la C¨¢mara de Representantes (312 a 107), ser¨¢ probablemente sometida a votaci¨®n en el Senado durante esta semana y se espera que tambi¨¦n sea aprobada. El ministro de Comercio de Jap¨®n, Hajime Tamura, ha calificado la nueva normativa de "racista, arrogante y proteccionista".
Considerada como la modificaci¨®n m¨¢s importante de los ¨²ltimos 14 a?os, la ley prev¨¦ que se apliquen represalias a los pa¨ªses con pr¨¢cticas comerciales que perjudiquen "injustamente" a Estados Unidos y, aunque no especifica de qu¨¦ pa¨ªses se trata, est¨¢ dirigida en gran parte contra Jap¨®n. Un apartado incluso aplica sanciones a la empresa Toshiba, en castigo por haber violado las normas que proh¨ªben vender tecnolog¨ªa a la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Durante tres a?os, el Gobierno norteamericano no podr¨¢ comprar mercanc¨ªas de Toshiba.Jap¨®n registra un gigantesco y creciente super¨¢vit comercial con Estados Unidos no s¨®lo en venta de aparatos el¨¦ctricos y autom¨®viles, sino tambi¨¦n en el mercado de construcci¨®n, pues empresas japonesas tienen actualmente contratos por valor de 3.000 millones de d¨®lares para construcciones en Estados Unidos.
Los norteamericanos lamentan la falta de cooperaci¨®n japonesa en abrir sus mercados, especialmente a los productos agr¨ªcolas, que Estados Unidos puede suministrar en abundancia y a precios mucho m¨¢s bajos. Especialmente la carne de vacuno y las naranjas est¨¢n ahora en primer plano, y los agricultores norteamericanos todav¨ªa recuerdan indignados la justificaci¨®n de Tokio para no importar carne de Estados Unidos: los japoneses, dicen, tienen un tubo digestivo m¨¢s largo que los americanos y no pueden digerir bien su carne.
Protestas
La reacci¨®n del Jap¨®n ha sido tan negativa como cab¨ªa esperar. El ministro de Comercio, Hajime Tamura, calific¨® la ley de arrogante, proteccionista y producto de "discriminaci¨®n racial y sentimientos antijaponeses". Los campesinos japoneses quemaron ayer una bandera norteamericana y se manifestaron en contra de la exigencia de Washington de vender carne y naranjas en su pa¨ªs. La irritaci¨®n oficial japonesa se comprende a¨²n m¨¢s al recordar que gastaron, in¨²tilmente, 60 millones de d¨®lares en relaciones p¨²blicas para impedir la aprobaci¨®n de la ley.
Entre las medidas aprobadas se halla tambi¨¦n un amplio programa de readaptaci¨®n profesional de los trabajadores perjudicados por las importaciones, con un presupuesto de 1.000 millones de d¨®lares, y tambi¨¦n normas para proteger las industrias v¨ªctimas de la competencia extranjera, a condici¨®n de que hagan los reajustes necesarios.
Discrepancias
No son las medias propiamente comerciales las que han motivado la protesta de Reagan, sino una parte de la ley no relacionada en modo alguno con el comercio.
Como ocurre frecuentemente en el Congreso norteamericano, se le ha a?adido un apartado que atiende otras ¨¢reas, en esta ocasi¨®n, los sindicatos y el mercado laboral: exige notificar a los empleados, con 60 d¨ªas de antelaci¨®n, cuando las empresas con m¨¢s de 100 trabajadores deciden cerrar sus puertas.
Reagan considera que ello ser¨ªa una carga insoportable para los empresarios. Sin embargo, los congresistas se?alan que tanto Europa como Jap¨®n tienen normas semejantes de protecci¨®n a los trabajadores y no parecen tener problemas para exportar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.